Reencarne en la Emperatriz, que es asesinada por su esposo...
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Conversación
Al día siguiente, la emperatriz despertó con un fuerte dolor de cabeza. Tiro de la cuerda e inmediatamente llegaron las muchachas que la asistían.
- Majestad está listo su baño
- ¿Le traemos el desayuno?
- Esta con algún malestar, ¿llamamos al médico?
- Si, a todo lo que dijeron.
Las muchachas ayudaron a bañarla, le trajeron un desayuno variado y cuando estuvo lista, entro el médico a verla.
- Buen día, su excelencia
- Buen día, me duele mucho la cabeza y además quiero saber, si me puede dar algo para no embarazarme.
- Permítame revisarla…
El medico puso su mano sobre la cabeza de Jade.
- ¿Esa fue toda la revisión?
- Si, le dejare un te para el dolor de cabeza y una medicina que debe beber todos los días después de su desayuno para los embarazos.
- Muy bien.
- Ahora me voy su majestad, debo darle un reporte al emperador.
- Bien, le puede decir a mi esposo, que quiero verlo.
- Por supuesto su alteza. ¿Algo más?
- No, solo eso, gracias
El médico salió de la habitación de la emperatriz y se dirigió al palacio del emperador. Cuando le indicaron que podía pasar, hizo una reverencia y entro.
- Buen día su majestad
- ¿Cómo está la emperatriz?
- Ahora muy débil, su aura fue dañada por algún hechizo prohibido
- Mmm
- Le deje un medicamento para el dolor e hice lo que Lord Claude me pidió
- ¿Qué hiciste?
- Le deje medicamentos, para fortalecer su cuerpo y mejorar su fertilidad.
- Bien. ¿Algo más?
- Si, la emperatriz solicita verle.
- Bien, voy para allá.
El médico y Lord Claude, quedaron sorprendidos por la respuesta, asi que su primo y consejero, se atrevió a preguntar.
- Emperador, no asistirá a la reunión.
- No, la emperatriz quiere verme
- Pero…
- Asiste en mi reemplazo y después me informas.
El Emperador salió de su estudio directamente al palacio de la emperatriz, quien se encontraba con un vestido sencillo, que para las muchachas era un pijama, pero para ella era cómodo, además estaría ese día en la habitación, tenia muchas cosas que pensar.
- Majestad, el Emperador viene a verla, por favor arréglese.
- No quiero…
- Pero majestad…
Las muchachas no alcanzaron a responder, porque el emperador entro a la habitación y con un gesto, entendieron que tenían que salir.
- Buen día emperatriz
- Buen día
- Me dijo el médico que te sentías mal
- Si, me dolía mucho la cabeza…
[Tengo tantas preguntas que hacerle a este hombre, pero no me puedo concentrar mientras me mira…]
- Me dijo que querías que viniese.
- Si, me gustaria conversar contigo, si se puede
- Claro, dime
[Ya es ahora o nunca, maldición porque se ve tan sensual en la mañana, me pregunto si a él le habrá gustado estar conmigo, o sea... sé lo que disfruto, pero quizás tiene a otras… ¡Oh my God! Eso si que no…]
- Emperatriz
- Si
- ¿Me tenias algo que preguntar?
- Si, quiero saber si tienes otras amantes o algun otro romance… concubinas... no lo sé
- …
[¡Maldición! Porque no responde, quizás soy una de varias…]
- No, hoy eres la única que comparte la cama conmigo.
- Bien...
[¿Por qué tiene que ser tan jodidamente s3xi para responder?]
- ¿asumirás tus funciones como emperatriz?
- Si, claro, no tengo problemas en trabajar.
[Pensé que me preguntaría si yo tenía algún enamorado… quizás y no le moleste que pueda tener a algún amante, en la mansión hay…]
En ese momento, el palacio comenzó a temblar y varias cosas, cayeron de su lugar.
- ¡Un temblor!
Jade, instintivamente se acerco a abrazarlo y el temblor comenzó a disminuir.
Ethan, olió el pelo de su esposa y le acarició la espalda, acercándola con fuerza.
- Eres mía emperatriz.
En ese momento comenzó a besarla y a tocarla con una pasión y fuerza casi desmedida, provocándole al principio algo de dolor, pero después fue cediendo a la pasión, hasta que sintieron como la puerta sonaba fuertemente y escucharon gritos llamando al emperador.
- Creo que tu hom...bre favo…rito quie…re... ver…te
El Emperador se levantó y abrió la puerta, viendo, en su camino, varias cosas en el suelo. Saliendo de la habitación mostrándose muy molesto.
- ¿Qué quieres?
- Sentimos el temblor, ¿esta todo bien?, ¿necesitas la medicina?.
- ¡Ya no tiembla! ¡Ahora aléjense de la habitación, ah y colócale a la emperatriz solo de servidumbre, mujeres!
- ¿Y los guardias?
- ¡Eunucos! ¡No sé! ¡Soluciónalo!
Un enfurecido Emperador entro nuevamente en la habitación, para dar rienda suelta a toda su imaginación y lujuria desenfrenada…