Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 5 La fiesta.
Azahara.
Lo estábamos pasando bien, los invitados reían, bebían, comían y bailaban, la comida y la bebida parecía que nunca se acababa, había camareros pasando comida variada, muy deliciosa y toda clase de bebida fría, uno de los camareros que pasaba por mi lado me ofreció una copa de vino, la cogí de la bandeja dándole las gracias, él solo me dedicó una sonrisa y se marchó,
Con algunas copas y el estómago lleno de comida, mis amigas y yo decidimos bailar un rato.
Helen se acercó en varias ocasiones para saber si todo está en orden y si lo estábamos pasando bien, era imposible decirle algún fallo, ya que todo era perfecto.
Hubo un momento en que un chico se acercó a mí para bailar, la verdad que estaba muy bien, no me hubiera importado seguir bailando con él, pero de pronto desapareció sin decir nada y con cara de miedo, como si hubiera visto algo o alguien, como si hubiera recibido una amenaza que nadie se dio cuenta.
Tenía la garganta seca de tanto cantar y reír, me dirijo a la barra más cercana para pedir algo, ya que no veía ningún camarero cerca.
- Espero que lo estés pasando bien, la fiesta se ve divertida. - la voz de ese hombre era varonil.
- La verdad es que he estado en pocas fiestas como está y después de un viaje tan largo como el de ayer me viene bien una distracción. -
Respiré profundamente, mis pulmones necesitaban un poco de aire, con tanto baile estaba agotada, al respirar volví a oler ese aroma a menta y gel de afeitado, pero esta vez mezclado como a tierra húmeda, su olor lo había olido antes y no hacía mucho, pero no sabía dónde.
El camarero me sirvió la copa y me guiñó el ojo, yo le dediqué una sonrisa y sin saber de dónde se escuchó con un leve gruñido.
- ¿Qué has venido sola?. - su voz ahora era más ronca.
- No, vine con unas amigas. - le di un trago a la copa.
- ¿Y vuestros chicos están por aquí también?. -
Y a este tipo que le importaba con quien viniera o lo que hiciera, ni que fuera mi pareja o mi padre, ni mi hermano pregunta tanto.
- No, estamos solas, no queremos a hombres que nos incordien. -
Tras decir eso cogí mi copa y me marché de nuevo con mis amigas.
Aunque mi cuerpo me pedía que me quedara con él, que lo besara, y me dejara acariciar por él
Las chicas al verme se reían, me habían visto hablar con él y por la forma que me fui y él me miraba ya sabían que le había dicho alguna de las mías.
- ¿Qué le has dicho al bombón de la barra para qué te miré así?.-
-Nada, solo que no necesitábamos a hombres que nos incordiaran. - les guiñé el ojo de broma.
Todas nos reímos y seguimos bailando, no nos iban a estropear la noche.
Cuando mire a la barra aún seguía allí el hombre misterioso, pero esta vez no llevaba el antifaz, era el hombre que se me acerco la primera vez que llegué, el moreno del taxi, ahora sí le podía ver la cara, era guapísimo, mas de lo que recordaba, moreno de ojos verdes, mandíbula marcada y barba bien recortada y definida, su mirada estaba fija en mi, se encontraba de pie, con el codo dejado caer en la barra y la copa en la mano, al ver que lo miraba me dedicó una sonrisa y levantó su copa en firma de saludo,
#Unai#
No podía apartar la mirada de él, era intenso, desafiante, duro y hasta podría decir que erótico.
Todo el que pasaba se le quedaba mirando, algunos hasta bajaban la mirada y lo saludaban como si fuera alguien importante, las mujeres se contonean al pasar por su lado, pero ni caso les hace, no deja de mirarme y eso me pone nerviosa.
Mis amigas me hablan y lo sé porque oigo sus voces, pero no tengo idea de lo que me están diciendo.
- Azahara, deja de mirarlo con tanto descaro. - me toca el hombro para llamar mi atención
-La tensión sexual que hay entre vosotros se podría cortar con un cuchillo, madre mía. - Nataly se abanica con la mano.
-¿De que estais hablando?, no estoy mirando a nadie, no sé de qué habláis. -
Al volver la mirada hacia la barra ya no hay nadie, ha desaparecido, me siento un poco más aliviada, pero también siento como que lo necesito cerca.
#Perdon por no haber podido subir nada en dos días, intentaré subir entre hoy y mañana 3 capítulos más, espero que os guste. 😊 Gracias por leerme.
..recomendadisimo