Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
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Capítulo 22
En la noche todos nos dirigimos hacia la gran mansión del señor Felipe. Me sorprendió al ver lo hermosa que era. Rápidamente, nos dirigimos a la entrada y al ingresar el señor Felipe se acercó a nosotros y saludándome cálidamente miró a mi padre y dijo.
– Amigo migo, tendrás que disculparme, pero pienso robarte a tu hija. Estoy muy feliz por esta unión.
Veo como mi padre frunce su rostro y apartándolo dijo.
— No me provoques, aún no me hago a la idea.
Veo como pronto ambos cambian de postura y se abrazan.
— ¿Cómo hasta estado?
— Muy bien ¿y tú?
Pronto todos empezaron a saludarse y pasando al comedor la cena fue servida.
Todo iba muy bien entre risas y conversaciones alegres, hasta que Laura dijo.
—¿Y cuándo piensan hacer la fiesta de compromiso? Ya falta muy poco para su boda y aún no la organizaron. Nerea habíamos quedado que con mamá organizábamos la boda, pero no pretenderás que hagamos todo nosotras ¿o si?
Mire a Dylan como pidiendo su ayuda pero luego agregué.
– No habrá fiesta de compromiso.— Veo como todos nos miran y agregó — Estamos muy ocupados con un proyecto grande en la empresa y...
–¿Es broma verdad? — Pregunto mi madre sería.
Estaba por contestar, pero pronto Dylan contestó.
— Queríamos hacer una cena con ustedes nada más. A Nerea no le gustan las grandes multitudes, ni tampoco ser el centro de atención.
Pronto el señor Felipe se metió en la conversación y agregó.
— Pues lo lamento, pero creo que ellas tienen razón, ustedes son hijos de dos familias muy importantes en nuestro círculo. Deberían hacer una fiesta e invitar a nuestros socios, los de sus padres. Tú eres mi único hijo me gustaría que tu boda sea anunciada en las revistas.
Mi hermana al oír las palabras del señor Felipe agregó.
— Además, hermana tú prácticamente perteneces a la realeza de la moda, todo el mundo va a querer estar presente.
— Hermana yo no quiero que mi boda sea como un evento de esos a los que ustedes están acostumbradas. Tu boda fue hermosa, pero más de la mitad de tus invitados ni siquiera sabían como se llamaba tu esposo...— Veo como mi cuñado me mira y agregó — lo siento Andrea... pero es la verdad.
Andrea sonrió y solo contesto.
— Tranquila, pero tienes razón, yo no pertenecía a ese mundo, lo empecé a conocer con Laura.
— Y te admiro y respeto por haber aceptado todo lo que ella quiso para su matrimonio, pero yo no quiero eso. Es más con cincuenta invitados estamos más que bien.
Veo como mi madre se alarma por lo que dije y contestó.
— ¿Por qué no se casan en las Vegas mejor? — Veo como mi padre intenta calmarla y contestó.
— Pues tal vez sea lo mejor. — Dylan al ver como de un venado asustado pase a ser una fiera, tomó mi mano e intentando calmar las aguas dijo.
— Cariño tranquila, tu madre intenta darte lo mejor, tal vez deberíamos pensar en hacer una fiesta para...
— No Dylan, yo no quiero estar sufriendo toda la noche para darle gusto a ella. Si no pueden entender eso pues dejamos todo hasta aquí y no nos casamos.
Deje los cubiertos sobre la mesa y levantándome de mi asiento me encaminé a la salida.
Narrador omnisciente.
Al ver como Nerea se iba Dylan quedo frío, no espero que ella se enojara de esa manera. Es más nunca la había visto así. Sin esperar también se levantó y mirando a todo en la mesa dijo.
– No voy a ir en contra de las decisiones de Nerea, si ella no quiere hacer una gran fiesta yo lo acepto, sé cuáles son sus motivos y no voy a arruinar nuestra armonía y tranquilidad por esto. Con su permiso iré con ella.
Sin decir nada más Dylan se encaminó detrás de ella y en la mesa todos quedaron en silencio. Pronto Felipe dijo.
– Por mí no hay problema, quería que mis amistades y familiares compartieran mi felicidad, pero si ellos no quieren eso...
– De ninguna manera, ella tiene que entender que su familia es importante, no puede hacernos esto. Creí que al encargarme yo misma de su boda iba a poder evitar esto, pero tal parece que no es así. Felipe lo siento, no queríamos arruinar esta cena.
– No te preocupes Eliana.
— Envíame la lista de tus invitados que yo me encargaré de hacerla entrar en razón.
Nadie dijo nada más y siguieron comiendo esperando a que los novios volvieran.
Nerea...
Salí a tomar aire después de ese enfrentamiento con mi madre, me sentía muy apenada con todos, pero aun así no podía dejar que ella hiciera lo que quería. Pronto sentí como el saco de Dylan cubría mis hombros y al ver como me miraba dije.
— No me mires así, debía oponerme a lo que ella estaba proponiendo.
Vi como levanto sus manos en señal de rendición y agregó.
— No dije nada...— Veo como duda, pero después agregar — Podríamos hacer una fiesta pequeña para darles gusto. No me molesta la idea...
— Pues a mí si Dylan, tú y yo no somos una pareja de verdad, tal vez el estar tanto tiempo juntos nos está afectando y estamos cayendo en nuestra propia mentira, pero tú y yo no nos vamos a casar de verdad y tampoco tenemos porque anunciar a los cuatro vientos que somos felices cuando no es así. Somos amigos, tenemos un trato y eventualmente tenemos sexo, pero nada más. No quiero que mi familia gaste tiempo y energía en esta mentira.
Veo como Dylan al escuchar mis palabras se queda en silencio pero después agregar.
—Entiendo que estés algo frustrada con todo esto, pero tu sabías que esto iba a pasar.
— Sí... es por eso que intento que esto no se haga más grande de lo que ya es. No quiero fiesta de compromiso, ni que hagan de nuestra boda el evento del año, porque cuando tú y yo terminamos con todo esto nuestros padres serán la burla y comidilla de todos en nuestro círculo social. Si eso es lo que quieres adelante, entra y diles que haremos una fiesta.
Dylan al pensar en lo que estaba diciendo, se mantuvo en silencio y luego se acercó para tomar mi mano y mirándome a los ojos dijo.
— Lo siento, no me di cuenta de todo lo que estabas poniendo en juego hasta ahora. — Veo como me abraza y agrega— Intentaremos avanzar con todo eso lo menos posible.
Asentí y no paso mucho cuando mi hermana nos llamó para volver a dentro. Al regresar ya nadie toco más el tema de la boda, pero podía notar por la mirada de mi madre que no estaba todo dicho...