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Una Flor En Un Mundo De Espinas

Una Flor En Un Mundo De Espinas

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Maltrato Emocional / Malentendidos / Amor-odio
Popularitas:7.7k
Nilai: 5
nombre de autor: AMZ

Elena, la preciosa princesa de Corté, una joya, encerrada en una caja de cristal por tanto tiempo, y de pronto es lanzada al mundo, lanzada ante los ambiciosos, los despiadados, y los bárbaros... Pureza destilada ante la barabrie del mundo en que vivía. ¿Que pasará con Elena? La mujer más hermosa de Alejandría cuando el deseo de libertad florezca en ella como las flores en primavera. ¿Sobrevivirá a la barbarie del mundo cruel hasta conseguir esa libertad que no conocía y en la cuál ni siquiera había pensado pero ahora desa más que nada? O conciliará que la única libertad certera es la muerte..

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Capitulo 19

Los días habían pasado desde el incidente con Devon, e Isabella había hecho todo lo posible por evitar cualquier encuentro con él. Sus caminos no se cruzaban y, aunque a veces veía su figura a lo lejos, siempre encontraba una manera de desviar su atención. Para Devon, parecía que Isabella había captado su mensaje, y no había hecho ningún esfuerzo por buscarla.

Finalmente, llegó el día en que Isabella regresaría al marquesado Mascia. En la gran entrada de la mansión, el Duque Cortés esperaba junto a Devon. El Duque, siempre impecable y con una presencia imponente, sonreía con una amabilidad calculada mientras Isabella se acercaba.

—Señorita Isabella, ha sido un placer tenerla con nosotros. Esperamos que su estancia haya sido agradable.

Isabella esbozó una sonrisa cortés, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto.

—Gracias, Su Excelencia. Aprecio su hospitalidad y las atenciones que me han brindado.

El Duque asintió, y luego miró a Devon, esperando que también ofreciera unas palabras de despedida. Devon, con su habitual semblante serio, se inclinó levemente hacia Isabella.

—Buen viaje, señorita Mascia. Espero que tenga un regreso seguro.

Había una frialdad en sus palabras, pero algo en su tono era menos cortante que en sus últimos encuentros. Quizás, pensó Isabella, porque sabía que finalmente se libraría de su presencia. Isabella respondió con una sonrisa serena.

—Gracias, joven Duque. Lo mismo le deseo a usted.

El Duque Cortés intervino entonces, recordándole a Isabella la cuestión del compromiso.

—Recuerde, señorita, que esperamos una respuesta sobre la propuesta de compromiso entre usted y Devon. Tómese el tiempo que necesite, pero confiamos en recibir noticias pronto.

Isabella asintió.

—Sí, Su Excelencia. Tan pronto como sea posible, recibirán una respuesta de nuestra parte.

Tres meses pasaron sin novedades, hasta que un día llegó una carta del marquesado Mascia. El sello del marqués Mascia adornaba el sobre, y al verlo, el Duque esbozó una sonrisa anticipada. Rompió el sello y desplegó la carta, leyendo el contenido con atención, conforme leía, su sonrisa se ampliaba. Sin perder tiempo, mandó llamar a su hijo.

Devon entró en la oficina de su padre, sin saber lo que le esperaba. Al ver la expresión satisfecha del Duque, algo en su interior se tensó.

—Devon, acabo de recibir una carta del marquesado Mascia. La familia ha aceptado nuestra propuesta de compromiso. Isabella será tu prometida.

Devon sintió que el mundo a su alrededor se desmoronaba. Había hecho todo lo posible para disuadir a Isabella de aceptar el compromiso, y ahora, con una sola frase, todos sus esfuerzos parecían haber sido en vano. Durante unos segundos, permaneció en silencio, asimilando la noticia.

Devon apretó los puños, sintiendo una mezcla de incredulidad y rabia creciendo dentro de él. Alzó la mirada, desafiante.

—Padre, no accederé a este compromiso. No quiero comprometerme con esa mujer.

El Duque Cortés lo miró con severidad, su expresión endureciéndose. Había esperado una reacción adversa de Devon, pero no pensaba permitir que su hijo desafíara sus decisiones.

—No tienes palabra en este asunto, Devon. Este compromiso es beneficioso para ambas familias, y ya ha sido acordado. Se concretará, te guste o no.

Sin decir una palabra más, Devon giró sobre sus talones y salió del despacho, sus pasos resonando en el suelo de mármol con una intensidad que reflejaba su frustración. Se dirigió al campo de entrenamiento del ducado, el único lugar donde sentía que podía liberar la tensión que lo asfixiaba.

Mientras blandia su espada contra cualquier objeto que se le cruzará en el camino, en su cabeza maldecia a Isabella.

—Subestime a esa maldita mujer, es más codiciosa de lo que aparenta, no le importa ser humillada y despreciada con tal de tener la posición de Duquesa... Entonces haré que te arrepientas, haré que vivas un infierno...

Devon, incapaz de contener su frustración y rabia, desató toda su ira en una serie de ejercicios intensos, golpeando maniquíes y entrenando con tal ferocidad que los caballeros a su alrededor se preocuparon.

—Joven Duque, por favor, cálmese. Está fuera de control.

Pero Devon no escuchaba. Su furia era un torrente imparable. En su rabia, lesionó a varios caballeros y, en un momento de ceguera, se fue a los golpes con uno de ellos. El campo de entrenamiento se convirtió en un caos.

El Duque, al enterarse de la situación, llegó al campo de entrenamiento con una expresión de furia.

—¡Devon! ¿Qué demonios crees que estás haciendo?

Devon, respirando con dificultad y con la mirada perdida, no respondió. El Duque se acercó a él, su voz baja y peligrosa.

—Te has comportado como un niño malcriado. No toleraré tal comportamiento. Vas a regresar a la frontera con Kargath. Quizás allí puedas aclarar tus pensamientos y recordar cuál es tu deber.

Devon, aún furioso, no tuvo más opción que obedecer.

Isabella regresó a la mansión Mascia con una mezcla de emociones encontradas. Mientras el carruaje avanzaba por el camino de grava hacia la gran mansión, no podía evitar recordar los últimos días en el ducado Cortés, especialmente sus interacciones con Devon. Había percibido claramente la hostilidad en él, la fría indiferencia que bordeaba el desprecio. Pero en lugar de desanimarse, esa actitud había despertado algo en su interior.

Al llegar a la mansión, fue recibida con los brazos abiertos por su familia. Sin embargo, Isabella no podía concentrarse en sus palabras de bienvenida; su mente estaba atrapada en una espiral de pensamientos sobre Devon.

Esa noche, mientras la casa se sumía en el silencio, Isabella se retiró a su habitación. Se sentó frente a su tocador, mirando su reflejo en el espejo. Su rostro mostraba una calma perturbadora. Recordó claramente cómo se había prometido no tolerar ser humillada ni perder su orgullo, y sin embargo, aquí estaba, considerando aceptar un compromiso con un hombre que la despreciaba.

¿Por qué, entonces, no podía dejarlo ir? ¿Por qué no podía simplemente olvidarse de él y rechazar el compromiso?

La respuesta, pensó, yacía en su propia obsesión. A lo largo de su vida, Isabella había sido conocida por su dulzura y comprensión, pero también por una tenacidad que pocos podían igualar. Y ahora, esa tenacidad se había convertido en una obsesión hacia Devon. No podía aceptar que un hombre como él no la quisiera. No podía soportar la idea de que él fuera para otra persona.

Se levantó de golpe, con una resolución renovada. Se acercó a la ventana de su habitación y miró hacia la oscuridad exterior.

—Fue el Duque Cortés quien propuso este compromiso. Fueron ellos quienes me buscaron. Devon puede odiarme ahora, pero es solo porque no entiende que él me necesita. No importa lo que piense ahora; el Duque decidirá y Devon tendrá que aceptarlo. Y cuando esté conmigo, se dará cuenta de que soy la mejor opción para él...

En su mente, Isabella justificó su decisión con la creencia de que ella sería una influencia positiva en Devon, que con el tiempo, él llegaría a verla de manera diferente. Se dijo a sí misma que no era solo una cuestión de orgullo, sino que estaba convencida de que Devon la necesitaba en su vida, aunque él mismo no lo supiera todavía.

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Laura Aguado
q le dirá su padre 🫣
Mercedes Silvia Cordoba Caballero
me está gustando mucho y la quiero el otro capitulo verdad
claudia morales
Excelente
Carolina Rondón Echeverria
😊
Carolina Rondón Echeverria
Cuando su hermano se entere le va a dar un infarto. asta su archi enemigo va querer ser su cuñado. 😊🤣
Tatiana Borja
Por un momento olvide que para Devon Elena está en una perfecta caja de cristal, como podría creer que ella quiere algo diferente como una persona normal que quiere salir, tipo enfermo
Tatiana Borja
Bueno el desarrollo de cada personaje masculino me ha gustado, los cuatro son interesantes con sus miedos, obligaciones, deseos y aspiraciones. Pero el desarrollo de nuestra protagonista es lento hasta ahora solo hay 35 capitulos de un constante miedo, tristeza y soledad, no veo la hora de que algo pase con ella, espero que no sea solo una damisela en peligro constante.
Laura Aguado
pobre Elena,espero q no le pase nada malo
Tatiana Borja
Ay Devon cuánto la lastimaras cuando entiendas tus sentimientos y ella también vea lo feo que se esconde en esos gestos, tu su único salvavidas y tu sales con sentimientos de obsesión de forma antinatural por tu hermana .
Alexa Campaña
Excelente
Cielito Cruz Escobar
ojalá puedas actualizar pronto
maria eugenia muñoz carcamo
Excelente
Tatiana Borja
Ya no le creo al capitán, cuál sangre real si el abuelo no supo administrar el reino y el padre es débil y se refugio de diferentes formas de tras de faldas de mujeres, los ducados salvaron al abuelo y la reina salvó al padre ese niño es fuerte por alguien más.
Carolina Rondón Echeverria
💗
Carolina Rondón Echeverria
Será que el de verdad es su hermano de sangre. ojalá que no porq si no está novela se va a tornar extraña.
Laura Aguado
Me encanta,es muy interesante ❤️
Laura Aguado
pobrecita 😢
Carolina Rondón Echeverria
😔💔
Yuri Zamira Gonzalez Castaño
Excelente
Yuri Zamira Gonzalez Castaño
Bueno
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