Sacha, buscando una lectura emocionante, se topa con "Emperador, ¿por qué mataste a mi hermano?", una novela BL donde el emperador, obsesionado con Leo, lo mata accidentalmente al proteger a su hermana adoptiva.
Al terminar la novela, Sacha se ve transportada al mundo ficticio, convirtiéndose en la hermana adoptiva de Leo. Ahora, con el conocimiento del futuro, debe proteger a su hermano del emperador, un hombre que, aunque lo amaba, lo mató por un error trágico.
Sacha se enfrenta a un dilema: ¿puede cambiar el destino de Leo sin sacrificar su propia felicidad? ¿O se verá atrapada en un romance peligroso con el emperador, un hombre que, a pesar de su amor, es capaz de cometer actos terribles?
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Entre Sombras y Verdades
El aire de la noche parecía más pesado de lo habitual, cargado de una tensión casi tangible. Sacha permanecía inmóvil, escondida tras unos matorrales, mientras las voces de los hombres resonaban en su mente.
"¿Qué hay de ella?"
La frase no dejaba de repetirse, cada palabra clavándose como un eco interminable. Aunque no tenía pruebas concretas, estaba segura de que hablaban de ella.
"¿Cómo podrían saberlo?" pensó, sintiendo que el miedo comenzaba a envolverla. "No pueden saber que no soy la verdadera Sacha... ¿o sí?"
La idea la aterrorizaba. Durante todo este tiempo había tratado de actuar lo más naturalmente posible, evitando llamar demasiado la atención sobre sus conocimientos o acciones. Pero si esos hombres realmente sabían algo, entonces sus esfuerzos habían sido en vano.
"Si lo saben, ¿qué quieren de mí? ¿Por qué me estarían vigilando?"
Los fragmentos de conversaciones que había escuchado a lo largo de su tiempo en este mundo comenzaron a encajar como piezas de un rompecabezas siniestro. La secta de magos oscuros, los asesinatos, las piedras imbuidas con magia, y ahora este medallón que claramente no era lo que parecía.
"Viajar entre mundos..."
Era una idea descabellada, pero tenía sentido. Si ellos sabían que su alma no pertenecía a este mundo, quizás buscaban una manera de utilizarla para cruzar dimensiones. Después de todo, este no era su hogar; su verdadera existencia pertenecía a otro lugar.
Cuando las voces cesaron, Sacha esperó unos minutos antes de regresar sigilosamente a su tienda. Cada paso se sentía más pesado, como si el conocimiento que acababa de adquirir la atara al suelo.
Dentro de la tienda, se dejó caer sobre la cama improvisada, su mente un torbellino de pensamientos.
"No puedo quedarme quieta. Si ellos están planeando algo conmigo, debo descubrirlo antes de que sea demasiado tarde."
El medallón seguía en sus manos, y ahora más que nunca quería destruirlo. Sin embargo, hacerlo podría alertar a Adrien, Cassian, o a quien fuera que estuviera detrás de todo esto.
De repente, recordó las palabras de Cassian más temprano: "Hay cosas que es mejor no saber."
"Eso confirma que él también forma parte de esto. ¿Pero hasta dónde llega su implicación?"
La mañana llegó con rapidez, y el campamento comenzó a cobrar vida nuevamente. El emperador había convocado a los líderes para discutir los próximos movimientos, pero Sacha notó algo extraño. Cassian no estaba cerca de Adrien como de costumbre.
—¿Has visto a Cassian? —preguntó Leo, mientras se acercaba a ella con una expresión seria.
—No, no lo he visto desde anoche —respondió, tratando de ocultar su nerviosismo.
Leo frunció el ceño.
—Eso no es normal. Siempre está al lado de Adrien.
"¿Se habrá dado cuenta de que lo escuché?" pensó Sacha, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda.
Decidida a averiguar más, se acercó al pabellón principal, donde Adrien conversaba con otros nobles. Observó su comportamiento, buscando cualquier señal de que estuviera al tanto de algo extraño, pero parecía tranquilo, casi despreocupado.
Fue entonces cuando notó algo en su cuello: un colgante con un diseño similar al medallón que le había dado.
"¿Será otro dispositivo mágico?"
Esa tarde, mientras los nobles se preparaban para una nueva expedición al bosque, Sacha decidió acercarse a Adrien. Necesitaba respuestas, y aunque sabía que era peligroso, también sabía que no podía quedarse de brazos cruzados.
—Lord Duval —lo llamó, fingiendo una sonrisa amable—. ¿Podría acompañarme un momento? Quisiera discutir algo en privado.
Adrien la miró con curiosidad, pero accedió con facilidad.
—Por supuesto, Lady Sacha. ¿De qué se trata?
Se alejaron unos metros del resto, hasta un lugar donde nadie podía escucharlos. Sacha eligió cuidadosamente sus palabras.
—Últimamente han ocurrido muchas cosas extrañas. Me pregunto si sabe algo al respecto.
Adrien arqueó una ceja.
—¿Extrañas? ¿A qué se refiere?
—Los ataques, las piedras con símbolos, incluso el medallón que me entregó ... —dijo, sosteniéndolo frente a él—. Me resulta curioso que todo parezca estar conectado.
Adrien sonrió, pero su expresión tenía algo de burla.
—¿Qué intenta insinuar, mi lady?
—Solo digo que parece saber más de lo que deja ver.
Por un instante, el rostro de Adrien perdió su compostura, pero rápidamente recuperó la calma.
—Es un halago que piense que tengo ese tipo de conocimiento, pero temo decepcionarla. El medallón es un simple regalo. Nada más.
"Mentira."
Sacha decidió no presionarlo más. Lo último que quería era que sospechara de sus verdaderas intenciones.
—Gracias por aclararlo. Supongo que solo estoy siendo paranoica —dijo, inclinando ligeramente la cabeza antes de retirarse.
Esa noche, mientras revisaba sus cosas, encontró un pequeño pergamino escondido entre sus pertenencias. Lo desplegó con cuidado, reconociendo la caligrafía de Cassian.
"No confíes en nadie. Nos vemos al amanecer en el claro al norte del campamento. Lleva el medallón."
El corazón de Sacha se aceleró. Cassian sabía algo, y si estaba dispuesto a hablar, no podía dejar pasar la oportunidad.
Al día siguiente, mientras todos dormían, se dirigió al lugar indicado. Cassian estaba allí, de pie bajo la tenue luz de la luna, con una expresión indescifrable.
—Pensé que no vendrías —dijo, sin preámbulos.
—¿Qué está pasando, Cassian? —preguntó Sacha, su voz cargada de tensión.
Él la miró por un largo momento antes de hablar.
—Ellos saben. No quién eres realmente, pero saben que hay algo diferente en ti. Y lo quieren usar.
—¿Usar cómo?
—Viajar entre dimensiones. Es un poder que pocos magos oscuros han intentado, pero todos han fracasado... hasta ahora.
La confirmación de sus sospechas la dejó sin aliento.
—¿Y tú? ¿Por qué me estás diciendo esto?
Cassian bajó la mirada.
—Porque no soy como ellos (ESTA MINTIENDO). Y porque si no haces algo pronto, te llevarán con ellos... y no regresarás jamás.
Sacha sintió que el mundo se tambaleaba bajo sus pies. La conspiración era más grande de lo que había imaginado, y el tiempo para actuar se estaba agotando.