mi futuro marido se revolcaba con mi hermana. para evitar que ellos sean la vergüenza de la familia me tendieron una trampa drogandome y dejándome en la habitación con un desconocido.
5 años después la empresa de mis padres cae en bancarrota y me necesitan. pero vuelvo a mi casa con mi pequeña sorpresa.
NovelToon tiene autorización de Pitufina💞 para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
12
Sé que no debería molestarme en ir a ver a Guillermo al hospital, por todo lo que me hizo, pero la verdad es que mal o bien no deja de ser mi padre y es familia.
La sala de espera está llena de familiares, obviamente no solo míos, aunque admito que encontrarla ahí sentada solamente a Ingrasia me causa un apretón en el estómago.
¿Cómo está él?- le pregunto tomando asiento a su lado.
Estable, se descompensó luego de discutir con Franco, al parecer alguien le dijo a tu padre que él robaba recetas de nuestro laboratorio y hoy cuando lo encaro empezaron a discutir- dijo mientras derramaba lágrimas. Sinceramente, no podía abrazarla, eso hubiese sido falso de mi parte, pero si pude ponerle la mano en el hombro para que supiera que no estaba sola.
¿qué más paso?- le dije con tono suave.
Luego de eso Franco admitió que jamás te amo ni a ti ni a tu hermana, admitió tener una relación con ella desde que estaba contigo. Dime Giselle ¿qué te hizo tu hermana hace 5 años?- me pregunto de repente y la verdad dudaba en decirle la verdad, pero a veces ocultar cosas es peor.
¿Ahora quieres la verdad? Ya paso el tiempo de decir las cosas, Ingrasia. El daño ya se hizo no es necesario revolver el pasado- le dije sacando mi mano de su hombro. Si Florencia no había hablado yo no tenía por qué hacerlo, después de todo fue ella la que me lastimó.
¿Podrías perdonarnos?- dijo en un tono tan bajo que creí que había alucinado.
No puedes pretender que haga como que nada pasó, me echaron como un perro a la calle y de no ser por Maria no sé que habría sido de mí. Hay cosas que no se perdonan y se sincera conmigo ¿si no te hubieras enterado de todo esto, habrías pedido perdón?- mis palabras fueron el baldazo de agua fría que ella necesitaba y la ausencia de su respuesta me dio a entender que jamás se hubiese disculpado conmigo por todo lo que me hicieron sufrir -eso pensé- le dije resignada.
El médico salió a decirnos que el estado de Guillermo era reservado, le harían varios estudios y quizás le colocarían dos estens, ya que había tenido un infarto leve. Consulte todo lo que necesitaba saber y me despedí, el horario de visita de terapia intensiva era solo de 15 minutos y creí que Ingrasia era quien debía estar a su lado.
El viaje a la empresa fue tranquilo, por suerte Yuri había reasignado mis reuniones y hoy saldría un poco más tarde, pero no tanto como había pensado al principio. Saqué mi celular debía avisarle a Maria que debía ir por Ignacio al colegio y prepararse para la cena con el señor Wood.
Hola tía ¿cómo está todo por allá?-
bien cariño, justo estaba terminando de acomodar la ropa- me dijo con un tono tranquilo.
Tía, debes dejar que eso lo haga yo, prefiero que te quedes tranquila sin hacer movimientos bruscos- le dije con tono de regaño.
Hija, me aburro- me podía imaginar su carita de perro mojado, de ella había aprendido mi hijo.
Pues te tengo noticias, hoy saldremos a comer afuera, así que necesito que vayas por Ignacio al colegio y se preparen a las 8 nos pasan a buscar- pude escuchar como reía por el otro lado.
está bien, hija, te esperaremos listos para salir- me dijo y luego hablamos un par de cosas más antes de que entrara en el edificio de la empresa.
¿cómo está tu padre?- me pregunto Yuri, mientras entraba en mi oficina con varios reportes que mandaban desde contabilidad.
tuvo un infarto, pero esta estable, creo. Yuri quiero que me seas sincera en algo- vi como se quedaba quieto en su lugar y me asentía -¿soy una mala persona si no los perdono?- ella era la única a la que le había contado la verdad de mi pasado.
Si yo estuviese en tu lugar, ni siquiera voy a la clínica. Giselle, tú puedes perdonarlos si así lo deseas, pero eso no cambiará el pasado, ni el hecho de que en 5 años jamás se preocuparon si tenías para comer o donde dormir- me dijo. Yuri era la única que sabía mi verdadero pasado, no había tenido la confianza con nadie más. Quizás era porque ambas nos habíamos hecho a los golpes, su padre había muerto cuando a penas era una niña y su madre enfermo dejándola a cargo de su pequeño hermano y obligándola a salir a trabajar para llevar el plato de comida a la mesa y pagar los costosos medicamentos de su mamá.
Tienes razón, a veces olvido todo lo malo que tuve que soportar, solamente por el hecho de que ellos creyeron en Florencia- le dije dándole una sonrisa que jamás llego a mis ojos.
¿Te digo los pendientes de tu agenda?- dijo cambiándome de tema para evitar que me pusiera mal si recordaba lo vivido.
El resto de la tarde fue de reunión en reunión, por suerte pude terminar mi día a las 6 de la tarde y no tan tarde como había imaginado que terminaría, tuve que usar uno de los chóferes de la empresa para no llegar demasiado tarde a mi casa.
Por suerte tanto Maria como Ignacio ya estaban listos esperándome. Ella Lucía un hermoso vestido verde con unas sandalias de tacón bajo del mismo color haciendo juego y llevaba el pelo recogido en un rodete y un sutil maquillaje que la hacía ver mucho más joven de lo que era, mi hijo, en cambio, iba con un vaquero de color negro, una camisa de color roja y unas zapatillas negras. Estaba para comérselo.
Me bañe y me cambie en tiempo récord, me puse un vestido azul con unas sandalias de taco alto negras y deje mi cabello suelto, tanto Maria como yo llevábamos carteras de color negras medianas.
¿Adónde iremos mamá?- me pregunto curioso mi hijo.
Cenaremos con un inversor que me ayudo a levantar la compañía- le conteste mientras me ponía mis pendientes.
A las 20 horas en punto sonó el timbre de entrada, al abrir pude ver a Elías que vestía un traje completamente negro, era un dios griego, se notaba que su cuerpo estaba bien tallado. Tome a mi tía del brazo y con la otra mano a Ignacio quien lo miraba de manera recelosa, afuera había un auto de lujo esperándonos. Ayude a Maria a subir en él, luego subí a mi hijo y después pase yo y por último Elías. Iba a ser una noche entretenida.