Melina siempre se sintió fuera de lugar en su manada. Mientras sus amigos se transformaban en lobos a los 10 años, ella permanecía humana, aislada y decidida a escapar para llevar una vida normal lejos de allí.
A los 19 años, escondida durante la intensa temporada de la bruma, su destino se cruza con Eron, el alfa viudo, quien juró hace años no volver a amar. El encuentro despierta un deseo avasallador en ambos, culminando en un vínculo irrompible.
Atrapados entre un amor prohibido y las tradiciones de la manada, Eron y Melina deben decidir si están dispuestos a desafiar al destino. ¿Podrá su amor superar las barreras impuestas o las obligaciones de la manada los separarán para siempre?
Descubre la pasión y los secretos de "La Elegida del Alfa Viudo".
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Capítulo 4
Melina
Solo quería una noche tranquila… hasta encontrarme frente a la nevera con la jarra de jugo y un vaso en la mano, mientras mi cuerpo ardía en llamas. Dejé caer el vaso y la jarra al suelo, estrellándose cerca de mis pies, sin herirme, ya que retrocedí dos pasos por reflejo al caos que me rodeaba.
Me arrodillo, coloco mis manos en el suelo. No estoy usando ropa interior precisamente para facilitar las cosas cuando esto sucediera. Pero algo está diferente esta vez: mi visión está borrosa, mi cuerpo tiembla y parece febril. La bruma me atrapó por completo. La sensación es demasiado intensa, imposible de ignorar.
Gateo hacia mi habitación, donde el baño me espera con una bañera llena de hielo. Mientras avanzo, un aroma familiar llena el aire. Hay alguien más aquí. Me detengo, sobresaltada.
Me levanto de golpe solo para ver a un hombre alto, de mirada intensa, frente a mí. Aunque mi visión está borrosa, reconozco su silueta. Mi mente me grita que corra, que entre al baño, pero mis piernas no responden. Todo en mi interior pide su cercanía.
Cuando sus labios tocan los míos, pierdo toda razón. El mundo parece desvanecerse, y solo él existe. Sus caricias me recorren como si ya conociera cada parte de mí. Me sostiene con firmeza, con hambre contenida, y siento como si todo en mí lo estuviera esperando.
No soy consciente de cuándo acabamos en la cama, pero de pronto él me envuelve en un torbellino de emociones. Sus besos me recorren, y cada roce es un nuevo incendio. Lo miro, jadeando, atrapada entre el deseo y el desconcierto. Él susurra mi nombre, acariciando mi rostro, y siento algo estremecer dentro de mí.
Cuando su voz pronuncia las palabras que lo cambian todo —“Soy Eron, tu alfa… y ahora eres mía”—, mi mente se llena de confusión. ¿Cómo puede un desconocido tener ese efecto en mí?
En algún momento, él inclina el rostro hacia mi cuello y lo muerde suavemente. La sensación me abruma. Mi cuerpo reacciona con un estremecimiento que no puedo controlar. Su marca en mi piel arde, y algo dentro de mí cambia.
Pero no luché. Me entregué al momento, perdida entre sensaciones que nunca antes había sentido. Todo en mí lo reconocía, como si estuviéramos conectados por la esencia misma de lo que somos.
Cuando todo termina y el silencio nos envuelve, me duermo en sus brazos… hasta que la claridad de la mañana trae consigo una furia que no puedo contener. Salto de la cama y lo encaro con el corazón latiendo con fuerza.
—¿Qué me hiciste? —pregunto, con los ojos llenos de rabia.
—Tú sabes muy bien lo que te hice. No hay vuelta atrás. Perteneces a tu alfa.
—¡No! —respondo, sintiendo cómo Havy despierta dentro de mí— ¡Yo no pertenezco a nadie!
Mi cuerpo cambia sin previo aviso, y en segundos, mi forma de loba toma el control. Gruño con fuerza, mostrando los colmillos. Pero él no se inmuta. Frente a mí, se alza un lobo de pelaje negro, imponente. Es él. El mismo de aquella noche.
—No puedes negarte… me perteneces, eres mía. —su voz suena dentro de mi mente.
—No lo soy… no en esta forma. —respondo, y corro hacia el bosque.
Pero no llego lejos. Mis patas se hunden en el lodo, dejándome atrapada. Havy no quiere luchar. Mi loba se rinde… y yo también.
Él me alcanza, me inmoviliza suavemente y susurra con una voz que me estremece:
—Ahora me perteneces en las dos formas. ¿Lo entendiste bien?
Sus palabras marcan mi alma más que cualquier mordida.
—Te haré arrepentirte de esto, alfa —gruño.
Pero él solo me mira con intensidad y calma.
—Será mejor que aceptes que estamos juntos. Ya no puedes hacer mucho al respecto.
—¿Aceptar? Me iré de aquí, Eron. No pienses que estaré a tu merced por mucho tiempo.
—Intenta irte… te buscaré hasta el fin del mundo. Y cuando te encuentre, te traeré de vuelta atada a casa.
Lo miro con rabia. Él está seguro de su victoria, pero no sabe que esta guerra apenas ha comenzado.
La trama se hizo excitante, sin darle tanta larga a la intriga.
💯 recomendada 😉👌🏼
hay vacío desde que sale a comer con la mamá hasta que llega con el papá de Hanna.??
o yo no leí bien.?
😠😠😠😠😠😠😠