Bernada, estaba con el alma rota y un gran dolor en el alma, un angel le envío un gran regalo y ella resurgió de entre sus cenizas para tomar revancha, pero..., sin poder evitarlo, el amor la encuentra y ella solo podía decir. "Cariño, déjame ayudarte"
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Cap. 12 Jefa, no te preocupes
Samira, al ver a Bernarda, saltó de la silla y se puso a llorar a mares, corrió hacia Bernarda totalmente agraviada, esto pasaba cada vez que hablaban de la familia o se hacía una actividad con respecto a esto, Samir no quería tomarse esto a pecho, pero había días en que le dolía en su pequeño y suave corazoncito.
—Mamá…, mani, ellos me dicen mentirosa, cuando les cuento de ti me dicen que eres un fantasma —lloró abrazada de la cintura de Bernarda, quien sintió su corazón romperse en pedacitos.
Bernarda miró a la maestra quien se puso pálida, esa maestra era quien recibía a los niños en la entrada, así que la había visto, le había dicho que era la esposa del padre de las niñas y que se haría cargo de los deberes de mamá en la vida de las niñas.
Las mujeres querían seguir a Bernarda, pero Joel se aproximó de forma amenazante, era claro que ellas no podrían acercarse a ella.
La directora gritaba desesperada, Bernarda era como un demonio que los destruirá, está segura. Cuando salieron, vieron el auto de lujo que las esperaba, donde la belleza que era un demonio disfrazado metió a su Samira y el auto partió sin contemplaciones.
Los niños estaban mudos en el auto, Belle estaba con su pañuelito en la frente mirando todo con timidez, Samira hurguetear de rato en rato, pero Bernarda, llamaba a un pediatra para que revise a su Belle, no quería que le quede una fea cicatriz, además que era bueno hacerle una tomografía por si acaso.
Llegaron a un hospital de lujo, por el susto y la ira, Bernarda no se dio cuenta de lo que hacían, sin embargo, Angie miraba todo y trazaba una ruta para explicar todo esto.
El pediatra revisó a Belle y obviamente dijo que llamaría a un cirujano plástico para cerrar la herida, se hizo la tomografía entes, felizmente la herida era superficial, unos puntos de cirujano hechos por un experto sería suficiente para que eso quede como una línea casi imperceptible aunque se mire con detenimiento.
Samira estaba feliz siendo consentida por un par de enfermeras que le daban dulces, nunca había estado en un lugar tan elegante y a la vez que la traten con tanto cuidado.
Mientras terminaban de hacerle los puntos a Belle, Angie decidió hablar con su jefa que se veía más relajada.
—Berny, ellas no saben quién eres, debemos explicar esto de una forma clara —dijo su asistente mientras que Bernarda apretó los labios, cerró los ojos y se dio cuenta de que se había ofuscado al ver la frente de Belle.
—Jefa, no te preocupes, yo tengo la solución —dijo risueña mientras Bernarda la mira atenta.
Una hora después de que Belle esté totalmente fuera de peligro, ya que usaron anestesia local para hacer los puntos y nada más, llegaron a la casa, Alex estaba preparándose para ir a recoger a las niñas al colegio, pero se sorprendió al ver a Bernarda bajar con su ropa elegante. Se veía más hermosa que siempre, pero cuando Belle bajó detrás de ella, con cara de agotamiento y un gran parche de gaza en la frente, casi se muere de la impresión.
—Belle, mi vida, ¿qué pasó?, preciosa, lindura —Alex estaba nublado de preocupación.
—Una niña en el colegio la agredió, Belle cayó y se golpeó fuerte, ya la llevé al médico, todo está bien, pero ellas no regresan a ese colegio, no voy a discutir eso contigo —dijo Bernarda tranquila mientras que Alex la miró y asintió, después hablaría con bernarda, no puede poner a las niñas en otro colegio, no tiene el dinero suficiente, pero por ahora las niñas se quedaran en casa unos días.
Bernarda le contó lo que vio, le mostró los hematomas en los delicados brazos de Belle y contó cómo maltrataban a Samira. Las cosas no eran fáciles.
Cuando estaban hablando, Joel se acercó a la puerta para decirle que debían irse.
Alex frunció el ceño, ese hombre era simpático, parecía tener mucho respeto por Bernarda, pero no le gusto su cercanía, hasta que se dio cuenta de la ropa de su esposa, ella parecía una alta ejecutiva, es más, era más elevada que eso.
—Bernarda…, tu ropa no es la misma que la de la mañana —dijo Alex un poco contrariado, sentía que ella se vestía así para verse más hermosa con sus compañeros de trabajo.
Bernarda se miró y sonrió tranquila para luego explicar.
—No imagines cosas, mi jefa tenía una reunión en un restaurante, no quería ir sola, y me prestó ropa, esos lugares que tienen etiqueta para la vestimenta, es solo un préstamo, fue cuando me llamaron del colegio, mi jefa se preocupó y me envió con otra colega y su guardaespaldas por si tenía problemas, así que debería volver para devolver esto —dijo mirando a una Belle que se dormía en el sofá con una bolsa de masmelos en la mano, ¿son tan fáciles de complacer?, pensaba Bernarda, las niñas no eran majaderas ni complicadas, Belle ni siquiera estaba preocupada por una cicatriz fea en su frente, ella estaba pensando en lo caro que era todo eso.
Alex parpadeó y se sintió muy animado.
—Oh, ¿tu jefe es mujer? —preguntó casi emocionado, no sabía la exacta razón por la que lo emocionaba tanto que Bernarda tenga una jefa femenina.
—Sí, es muy buena, me trata bien, además, es casada, así que no anda por ahí conquistando hombres —dijo risueña, mientras que Alex se quedó encandilado por la belleza de su esposa por contrato.
—Sí, ya veo, me gustaría hacer la cena mañana —dijo Alex. Hubo unos segundos de silencio. Alex tragó en seco, no sabía si lo dijo o lo pensó, pero lo había dicho.
Bernarda tomó su bolso y se dio la vuelta para retirarse, pero sus mejillas se ruborizan de inmediato.
—Bien, está bien que mañana hagas la cena, venderte más temprano —dijo suavemente, dejando a Alex que parecía un camarón de lo rojo que se había puesto.
Alex se dio golpecitos en la cara frustrado.
—Alex…, no te portes como un adolescente, ya tienes casi 30 años, debes ser más maduro —susurraba. Había tenido novias, muy superficialmente, ya que las niñas no podían estar expuestas a situaciones de incomodidad, pero Bernarda, ella era un sueño hecho realidad.
Bernarda subió al auto sonrojada y un poco divertida, no puede creer que lo haya pedido, pensó que él no quería, además. Ella estaba muy estresada, no le parecía mal desestresarse con su guapo marido por contrato. Su vida sexual con Arnold no fue muy fluida, en realidad, pasó pocas veces, Arnold temía que Sisi se entere de que tenía intimidad con Bernarda, ya que se suponía que no la tocaría nunca.
... sin embargo, todo hay que decirlo: tu trabajo es muy bueno, está historia es bella y atrapante. Ánimo, continúa. tienes mucho, pero mucho Talento... saludos