Cristina es una joven de 16 años, que se ve obligada a casarse, para cul.inar su profesión, ya que en el orfanato en donde ella vivía eran escasos los recursos para que la sigan apoyando.
Luego de contraer matrimonio, vive un calvario, que luego del divorcio su vida cambia.
¿Desean saber más de Cristina? síganme en mi nueva novela que espero que les guste.
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CONOCIENDO A PERSONAJES
NOTA:
En esta novela, el coprotagonista aparecerá en el transcurso de la novela, así que no se encariñen con los guapos personajes, que cada uno tendrá en su momento en la historia de Cristina.
********** MARTIN BUSTAMANTE
Hola soy Martin y tengo 23 años, hace un año fui obligado a casarme con una horrible niñata, mi abuela Luisa madre de mi padre me obligó a sacarme con ella, con la amenaza de desenredarme, así que me case con esa chiquilla e hice de todo para no consumar el matrimonio.
Me pasaba viajando y pasándolo de lo más rico con el amor de mi vida, con Vanesa, así que apenas mi abuela falleció la obligue a firmar el divorcio y se fue de mi vida, no sé dónde está ni me interesa.
Ya habían pasado tres días, desde que me divorcié, estoy viviendo con Vanesa en la misma casa donde vivía Cristina, los sirvientes la miran con mucho recelo, ya que Vanesa tiene una mala manera para tratarlos, no pensé que ella era así, pero bueno ella es mi pareja y ellos son unos asquerosos sirvientes.
- Señor Martin lo busca un notario. - Me dice la muchacha de servicio.
- Hágalo pasar a mi despacho.
- Si señor. - Contesta la muchacha.
Estoy sentado en mí despacho a la espera del notario, no sé que se trae, no creo que mi abuela haya tenido tiempo para hacer un testamento, espero que no.
Veo ingresar al notario, tiene cara de ambicioso de eso no cabe duda, conozco a los míos como si tuviera un radar.
- Al ingresar el notario, me pongo de pie, le saludo dándole la mano y pudiendo que tome asiento frente a mi escritorio.
- Señor Martin, lo que venía es Para comunicarle, sobre la lectura de testamento, tengo por entendido que se divorció de la señora Cristina, pero es necesario que ella esté presente.
- ¡Mi abuela dejo testamento! - Eso me enfureció, si este notario quiere que ella esté presente, es porque mi abuela lo dejo parte de la herencia, me puse a pensar y llegué a un acuerdo monetario con el notario.
Así que compre al notario, sé que todo en la vida se compra con dinero, así que pague una fuerte suma de dinero al notario, para que desaparezca el testamento y redacte otro donde diga que todo me lo dejaba a mí.
En la actualidad, soy el CEO de las empresas heredadas a la fuerza de mi abuela, me casé con Vanesa y mi matrimonio es un martirio, he cambiado de asistente como veinte veces, ya que nadie la soporta, prefiero tenerla lejos para estar tranquilo, de Cristina no supe nada, desde que me divorcié, no sé por qué, pero la echo de menos.
**** DARÍO HERMES WERTHEIRMER
Hola soy Dario, tengo 26 años, soy el magnate más joven y despiadado del mundo empresarial, pero no sé confundan no soy ningún asesino.
A mí no me tiemblan las manos, si quiero destruir algún acreedor moroso o a mis enemigos es por eso que soy el más temido, soy hijo único y huérfano a la vez, mis padres fallecieron en un accidente aéreo, no tengo familia solo me acompaña mi fiel mayordomo y amigo y por supuesto mis dos y únicos amigos de toda la vida.
Soy un hombre solitario, solo tuve una novia que me fue infiel con un cliente, los descubrí manteniendo relaciones sexuales en el propio departamento que le compré, al ingresar al departamento los escuche planear cómo me sacarían dinero los muy desgraciados.
Desde esa decepción, a las mujeres las tengo a dos o tres metros de distancia y les rechazo fríamente, hasta me creen homosexual, como a mí no me interesa lo que piensen la gente, no aclaro nada.
Hace muchos años, me detectaron un mal cardíaco inoperable, estoy condenado a muerte, eso me volvió más solitario, hasta que la conocí.
Hace aproximadamente seis meses, regresaba de una junta de empresarios a nivel mundial, que se celebró en Montreal, me encontraba apurado, ya que deseaba regresar pronto, puesto que tenía que regresar a tiempo a Italia, para cerrar la compra de una empresa aeronáutica, así que pido al chófer que aceleré, minutos después escucho un fuerte impacto.
- ¡Jefe creo que atropelle a una persona! - Dice mi chófer.
Siento mi corazón palpitar a mil por hora, salgo del auto y me acerco a la parte delantera, observo a una jovencita tendida en el asfaltó, a su lado estaba una maleta al parecer es una turista, que no se percató que venía el auto a toda velocidad.
- Fausto súbela al auto y hay que llevarla a la mansión, para que Matías la revise.- Mencionó muy preocupado.
- Pero jefe, no sería mejor, llevarla a la clínica privada, puede que tenga un hueso roto. - Si Fausto, tienes razón llama a Matías dile que tenga todo preparado para su llegada, tengo que cerrar ese trato, tú te encargarás de todo, gasta lo que necesites.
Una semana después, regreso a Canadá, para cerrar un trato de la compra de una casa de modas, estaba feliz en tan solo quince días compré dos empresas con potencial en crecimiento, la aeronáutica y la casa de modas que años atrás fue la pionera en su rubro.
Llegó a mi mansión, al ingresar me quedé helado, por la bella mujer que estaba parada en el ventanal, ella miraba el jardín, al parecer sintió mi fuerte mirada, que la hizo que volteara y me quedara mirando.
- Señorita ¿Quién es usted? - Cuando está por contestar, sale Fausto y es quien contesta por ella.
- Jefe, ella es la muchacha que golpee con el auto, como su pierna aún no ha mejorado.
No me había dado cuenta de que usaba muletas, pero de todas maneras no me gustaba esa clase de sentimiento, que ella me hacía sentir.
- ¿Pero por qué no la llevaste a su casa? - Le pregunto a Fausto.
- Cristina me ha dicho que no tiene casa. - No sé por qué no me gustó que la tuteara de esa manera.
- Como que no tiene casa y porque la tuteas.
- Perdón Jefe, perdón señorita Cristina. - Déjeme hablar con ella y que nadie nos interrumpa.
Por favor señorita Cristina, acérquese y tome asiento. - La veo acercarse, con miedo creo que la asusté, no quería que ella me temiera al parecer sentí celos y eso me asusta, ella llega donde me encuentro y se sienta al frente mío.