Reina Luna

Aitana regreso con Byron a la recamará, aunque él no se quedó mucho tiempo pues tenía que reunirse con Emilio y Fabián.

-Fabián vendrá por ti cuando sea el momento, por favor, no salgas mientras tanto, a pesar de que son invitados, aún son considerados enemigos – Dijo mientras la mantenía rodeada de la cintura, Aitana escuchó atenta a sus palabras.

- Prometo no salir, confía en mi – Respondió con una dulce sonrisa, Byron asintió no pudo evitar sonreír ante aquellas palabras le gustaba el acercamiento que estaban teniendo.

- Bien te veré en un rato- Beso sus labios y después con mucho esfuerzo se separó de ella.

Al salir, Byron se encontró con Irina y el grupo de guerreras, todas incluyendo Irina mantenían su cabeza baja, avergonzadas por su error, Byron suspiró, no podía culparlas, sobre todo a Irina que a pesar de que le habían encomendado estar con Aitana aún se ocupaba de sus responsabilidades como pareja del Beta del rey.

-Esta vez no te separes de ella, por nada del mundo, ella es prioridad- Ordeno, Irina levanto la cabeza y asintió- Fabián vendrá por ustedes cuando sea el momento, así que mientras eso pase, es tu responsabilidad- Dijo.

- Si, majestad- Dijo haciendo una reverencia, esta vez cumpliría con su deber, una vez que Byron se marchó ella se relajó y no solo ella el resto de las guerreras también- Permanezcan aquí y no bajen la guardia – Ordeno y entró a la habitación.

-Irina, lo siento- Dijo Aitana al verla entrar, Irina la miro molesta, pero poco a poco su mirada mostro preocupación se acercó a ella y la abrazo.

- No me vuelvas a dar un susto así…por favor, casi me mata Emilio – Dijo terminando el abrazó, Aitana la miro preocupada por aquellas palabras.

- ¿Te lastimó? – Pregunto preocupada observándola de pies a cabeza, Irina comenzó a reír por aquella reacción.

- Claro que no, jamás lo ha hecho ni lo haría, el me ama mucho, pero si se enfadó y mucho- Le explicó- Por suerte Drave se controló muy bien y no paso a mayores- Dijo mientras se dirigía al armario y sacaba la ropa que habían elegido para que usara. – Me entere que tuviste un encuentro con las visitas- La miro, Aitana asintió nerviosa recordando aquel incómodo momento.

- Ese hombre, no me agrada- Dijo recordando aquella desagradable mirada que le dio.

- Lo sé, es un hombre con pésima reputación tratándose de mujeres, pero necesitamos firmar el tratado de paz- Respondió- Por suerte, Fabián llegó a tiempo y no te hicieron nada- Dijo, miro la gabardina reconocida para ella en la cama- ¿Te la dio él? - Pregunto curiosa, Aitana asintió. - ¿La usaste frente a Drave? – La miro, Aitana afirmo a su pregunta.

- ¿Estuvo mal? – Preguntó al ver la reacción de Irina.

- No del todo, es decir, puede que a Drave no le guste que se te impregne el olor de otros hombres…debes tener cuidado, te dije que su lobo es muy posesivo – Le explico, Aitana asintió ante aquella respuesta, pero no recordaba que él haya reaccionado mal e incluso fue ella quien se quitó la gabardina cuando se besaron.

- Tal vez funciono lo de anoche- Susurro, Irina la miro curiosa, se sentó en la cama y dio unas palmadas a su lado para que ella se sentará y le contara y así lo hizo, Aitana confiaba en ella y le contó lo sucedido anoche y como logro controlarse aquel dominante lobo.

- Lo sabía, sabía que podía hacerlo, menos mal- Dijo feliz y a la vez nerviosa de que sus consejos hayan sido de utilidad y no haya pasado algo grave- Entonces, ustedes dos…- Le dijo de manera pícara, Aitana comenzó a reír mientras su rostro se ponía totalmente rojo.

- Iré a darme un baño – Dijo nerviosa corriendo al baño donde se encerró.

Aitana se miró al espejo su rostro estaba tan rojo, suspiro para controlar sus nervios y recordó el momento en el bosque, no dejaba de sonreír y solo recordar su cuerpo comenzaba a arder, se quitó aquella ropa y se miró al espejo, notó aquella marca roja en su cuello, recordó cuando Byron le mordió ahí, se sintió avergonzada jamás pensó que ella podía tener aquel tipo de marcas, había escuchado de sus amigas que sus novios lo hacían como muestra de posesión, simulando una marca de parejas.

-Oh, hace mucho calor- Dijo nerviosa, mientras se metía a la regadera y abría la llave de agua fría.

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Byron estaba en su estudio analizando el encuentro con el Rey de Clover y sus hombres, la manera en la que llegaron no fue la adecuada, incluso si Byron hubiera llegado antes que Fabián, él habría atacado sin pensarlo, miro a Fabián su fiel amigo y Gamma el tercero al mando, era tan solo dos años mayor que él, no tenía a su pareja, desafortunadamente ella murió mucho antes de que ella cumpliría la mayoría de edad, solo él supo que era su pareja destinada y aunque no la marco, sufrió mucho, ahora que ya tenía los treinta seguía solo, podía elegir una pareja de elección como lo hacen algunos hombres lobos cuando pierden a su pareja destinada, pero incluso después de eso la diosa luna les enviaba una segunda oportunidad de una nueva pareja destinada y eso complicaba las cosas pues tenían un pacto de sangre con su pareja de elección a la cual no podía rechazar sin sufrir las consecuencias. Fabián aun así era fuerte y el castigo de romper un pacto de sangre no sería difícil para él, también tenía sangre licántropo, podía fácilmente elegir una pareja de elección y si la diosa luna decidía darle una segunda oportunidad, podía romper el pacto de sangre, pero él no era así, no se atrevería a jugar con los sentimientos de una mujer, no desde que ella murió.

-Por fortuna llegaron a tiempo- Hablo Emilio, Fabián asintió, aunque no apartaba su mirada de Byron sabía que algo lo inquietaba y podía deducir que era.

- Estaba más cerca que tú y lamento no haberte dicho, pero si perdías el control en la central solo nos íbamos a enfocar en ti y reina Luna podría haber sido lastimada- Hablo, Byron chasqueo la boca- También sé que fue un error darle mi gabardina, pero estabas molesto de que la vieran y sabes que mi deber es protegerlos a los dos, sobre todo a ella, como tercero al mando, mi principal deber es proteger a Reina Luna – Explico, Emilio suspiro y entendía a Byron hasta cierto punto.

- Lo sé y lo agradezco, pero no puedo evitar sentirme… Celoso- Admitió muy a su pesar, Emilio trato de ocultar su sonrisa.

- Byron, más que mi rey Alfa, eres mi amigo desde hace muchos años, cuando me encontraste en aquel lugar y me salvaste, te debo la vida, así que jamás te traicionaría de ninguna manera, mucho menos pondría mis ojos en tu pareja, es lo más preciado para ti, la protegeré incluso con mi vida y no porque sea mi reina Luna, sino por ti, no quiero que pases lo que yo pase, ninguno de los dos, yo siempre cuidare de sus parejas- Hablo con franqueza a pesar de ver un hombre rudo, aquella perdida lo afecto mucho y aunque haya pasado ya años de aquello, aún no podía olvidarla y seguía doliendo mucho su muerte.

Los tres se quedaron en silencio, aquellas palabras habían llegado tanto a Byron como a Emilio, incluso lo había llamado por si primer nombre cosa que casi nunca hacía.

-Gracias, Fabián…- Dijo Byron con una sonrisa- Y perdóname por dudar- Continuo, se sentía mal por haberlo hecho, Fabián y Emilio eran sus mejores amigos y habían estado con él en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas, podía confiar plenamente en ellos.

- La diosa Luna, te dará una segunda oportunidad, lo mereces- Dijo Emilio con sinceridad, Fabián asintió con una sonrisa, aunque hacía mucho había perdido las esperanzas de ser bendecidos por la diosa luna y recibir una segunda oportunidad.

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La hora de la comida llego, Aitana terminaba de arreglarse con ayuda de Irina quien no se apartó ni un solo segundo de ella, se miró al espejo y le gustaba como se veía pocas veces usaba el negro no era mucho de su agrado, pero ahora le gustaba, incluso le recordaba a Byron pues normalmente él usaba ropas negras, por suerte el vestido cubría aquella marca en su cuello, no es que no le gustará, pero no podía evitar sentirse avergonzada.

Irina abrió la puerta, Fabián había llegado, ya era momento de escoltar a su Reina Luna al comedor, miro a Irina y le dio unas indicaciones sin que Aitana lograra escuchar.

-Fabián, gracias- Dijo Aitana entregándole la gabardina, el asintió y la tomo, le abrió paso para que saliera y caminara delate de él.

-Quémala- Ordeno entregándole a una de las guerreras aquella gabardina, no quería provocar celos en Byron así que lo mejor era que esa gabardina desapareciera por completo. La guerrera asintió y se marchó en otra dirección con aquella gabardina a cumplir la orden del Gamma