(+ 18 ) Alessandra, es la amada hija del gran empresario Alessandro Sandoval.
Ella hasta los 18 años vivió en burbuja, escondida del mundo real y en una vida de cuento de hadas.
Pero un día se entera que ha vivido en una mentira, se da cuenta que para enfrentar la vida, debe ser fuerte y hacer cosas que jamás imaginó, como cumplir con la voluntad de su Padre, que le pide casarse con su mejor amigo.
Ella cree que será un matrimonio ficticio, pero su deseo por el mejor amigo de su Padre, la hará empezar un juego de seducción inocente, que hará enloquecer a Nicolás su distinguido esposo, y desencadenará una pasion tan desmedida que no podrá ser controlada.
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19- Cumpliendo...
(Nicolás)
Después de despedir a mi amigo, y pasar dejando a su casa a Marlen y su hija; decidí ir esa misma noche a darles la noticia a la casa Sandoval.
Debo cumplirle a mi amigo.
Llegó y toco el timbre, un empleado me abre la puerta y le pido que me anuncie con la Señora Andrea Sandoval.
Me quedo parado esperando, un par de minutos después, veo a la fina mujer con pelo grisáceo, me saluda como si yo soy su gran amigo.
—Señor Grecco, buenas noches esta si es una sorpresa, por favor pase adelante.
NIÑAS VENGAN... TENEMOS VISITA.— La escucho gritar cerca de mi oído, llamando a sus nietas, sin siquiera preguntarme de su hijo, el que tenía más de un mes sin venir a esta casa.
—Señora, voy a ser muy breve, le traigo una noticia.—Le digo extendiendo él sobre.
La mujer toma el sobre con serenidad, lo está abriendo cuando veo bajar corriendo a una de las mellizas.
La rubia malcriada, sin saludar y sin decirle nada a su abuela, arrebata el sobre que Andrea está abriendo.
—Dame esto, yo lo abriré más rápido.—le dice la rubia.
—Ay Andreita, debes ser menos brusca hija.—Es lo único que le dice la señora que se queda esperando a que su nieta saque los documentos.
—¿Que es?...
—Andreita, no sabemos que es, pero puede ser algún documento importante.— Sigue diciendo la señora.
—¿Qué pasa?.—Escucho la voz de Antonia Negrete, que viene bajando con la otra rubia y la verdad al ver a estás mellizas, no puedo creer que sean hijas de mi Amigo, no tienen ningún rasgo de Él, ni físico ni de su carácter.
No son feas, son hermosas pero con mi amigo nada que ver.
Y no puedo dejar de pensar en la Preciosa Alessandra, que es la perfecta mezcolanza de la hermosa Marlen y Alessandro, que aunque soy hombre, puedo reconocer que Él era muy bien parecido, además la Princess Sandoval en unas cuantas horas de verla actuar, al recibir la noticia y la manera de procesar el dolor me da la impresión de qué Alessandra es tan fuerte como su Padre.
Pero estas niñas, de Alessandro solamente tiene el apellido...
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Y entiendo que razón tenía mi amigo en huir de esta casa.
—Hola Nicolás, supongo que vienes a verme a mí...
Ayyyy que es eso...
¿Es un regalo?—Escucho a la otra melliza bajando las escaleras, creyéndose mis universo en pasarela.
Me quedo en silencio, ante las palabras de Antonia Sandoval; aquí no dan ganas ni de abrir la boca.
Para todo esto, la otra niña malcriada, ya está leyendo los documentos médicos, pero se vé que no entiende nada.
Veo a La madre de Alessandro, tomar de nuevo los papeles.
—¿Que son estos papeles Señor Grecco?.—Me pregunta.
—Señora, esos documentos son del hospital central de New York, es el diagnóstico médico de Alessandro.
También vienen otras hojas con el mismo resultado de otro médicos especialistas en la misma rama.
Y la última hoja, es la partida de defunción de su hijo Alessandro,
El murió...
Murió ahora a las 6 de la mañana en el hospital central.
Y en este cofre están sus cenizas, esta fue la última voluntad de Alessandro, que le trajera a usted sus cenizas.—Le digo a la mujer de edad avanzada.
La veo caer al sillón en total shock... Y veo a Antonia Negrete dar la vuelta sin decir nada, saca su móvil del bolsillo y llama a su Padre.
Las mellizas empiezan a hacer el más grande escándalo que visto en mi vida.
Los rostros de ambas, empiezan a mancharse de oscuro por el exceso de maquillaje mezclado con sus lágrimas.
Lloran a gritos como si fueran niñas de 3 años, llamando a su Papá.
Pero en todo el tiempo que no vino a está casa, no lo llamaron ni una sola vez... Esto es solo un Show.
—Pero por qué mi hijo, no me dijo que estaba enfermo, yo soy su Madre.— dice la señora entre lágrimas, que la verdad no creo que sean sinceras.
La verdad esta familia da asco y es mejor que me vaya.
—Señora...
Yo sé, por qué Alessandro decidió no decirle nada; y es porque a usted nunca le importó el bienestar de su hijo, ni su vida y menos su felicidad.
Y eso es todo lo que yo vine a hacer. Ya cumplí con mi amigo.
En esta semana les llamará el notario para programar la lectura del testamento de Alessandro, tambien me pidió encargarme de eso.—Le digo a la mujer que se queda viéndome con una mirada indescifrable.
Doy la vuelta dejándo allí, las cenizas de un pobre perrito, para que esta nefasta familia le llore.
Llego a mi casa, con un nudo en mi garganta, pero sintiéndome satisfecho de haber cumplido con una pequeña parte de todo lo que mi amigo me pidió.
Me acuesto en mi cama, y pienso en Ella.
En la Princess Alessandra Sandoval.
Cierro mis ojos y veo los de Ella.
Abro la gaveta de la mesita de noche y saco la fotografía que Alessandro me dejó junto con la nota donde me recordó cumplir con su voluntad.
Y solo pienso...
Ay Alessandro, cuál es tu propósito en todo esto.
Porque créeme que a pesar de entenderte muy bien; no logro comprenderte.
Pero me es más complicado comprenderme Yo mismo.
Amigo, si estás en algún lado, y puedes escúchame, hazlo, porque ahora si me quedé totalmente solo, ahora sí no tengo a nadie.
Tú ya sabes, mi Padre es un anciano encerrado en el odio a su detestable primo, yo siempre lo he querido sacar de ese encierro en si mismo, pero una persona que odia no está amargada no escucha razón.
Y mi hermano si acaso me llama para algo del trabajo y mi sobrino es un niño...
Así que, como bien sabías, solo te tenía a ti.
Ahora estoy más solo que nunca, lo peor de todo es que no dejo de pensar en tu Princess.
No sé que me pasa, cada vez que pienso en Tú hija, se me comprime el corazón...
Le hablo a mi amigo, aunque ya no puede responderme.
Y asi...Pensando en mi amigo y en su hija, me quedo dormido...
Me despierto por la mañana, con el mismo pensamiento que tenía en mi cabeza anoche.
La Princes Sandoval...
Veo el móvil y son las 7 a.m.
Me levanto y me preparo algo para desayunar, después llamaré al notario para fijar el día y la hora de la Lectura del testamento.
Tomando mi café expreso estoy, cuando entra la llamada de mi hermano Camilo.
—Dime Camilo.—Le digo.
—Nicolás, que lamentable noticia estoy viendo en el noticiero.
Es el noticiero de la mañana, dice que El gran empresario Alessandro Sandoval, falleció él día de ayer, a causa de un accidente; y que la familia ofrecerá un servicio religioso de cuerpo presente, en la iglesia de principal de Manhattan y que después se enterraran sus restos en el cementerio de la ciudad, este día en horas de la tarde.
Termino la llamada, después de oír el pésame de mi hermano.
La verdad ya no pude pasar el desayuno, así que me voy a la regadera y una hora después salgo de mi apartamento, para la casa de mi Amigo, su verdadera casa.
En el camino aprovecho de hacer la llamada al Notario y él me dice que puede programar la lectura del testamento para mañana a las 9 a. m.
Le digo que voy a estár presente porque represento a Alessandra Sandoval, pero me dijo que es necesario que Ella esté presente.
Tal parece que es un tema que no trató con mi amigo, asi que yo voy a informarle a Alessandra.
Quedo de acuerdo con Él, y sigo mi camino.
Mi corazón empieza a palpitar fuerte al saber que ya casi llego a mi destino.
Pero yo mismo de doy la respuesta, y es que entiendo que por el amor que le tenía a Alessandro y por la promesa que le hice de cuidarla me siento así, como si tuviera un compromiso con Ella, con deseos de estár pendiente de Ella, con ganas de verla y preguntarle como está, y decirle que Yo estoy para ayudarle en lo que ella necesite.
Llego a la preciosa casa de mi Amigo, toco el timbre y espero...
—Buenos días Señor.—Me recibe una amable señora.
—Buenos días, soy Nicolás Grecco y quisiera hablar con la señora Marlen o con la Señorita Alessandra.—Le digo a la señora.
—Claro que sí, por favor pase adelante, en un momento le aviso a mis niñas.—Me dice.
Espero tranquilo y en unos minutos, veo a las Escaleras viene bajando Marlen con sus ojos muy hinchados.
—Nicolás buenos días, por favor siéntate, con confianza esta es tu casa—Me dice Marlén saludándome con un beso fraterno.
Estoy por sentarme cuando volteo a las escaleras, y allí viene bajando con un porte de verdadera princesa, Alessandra Sandoval.
Su mirada está en mí, y por un carajo, jamás nadie me había hecho sentir tantas cosas solo con una mirada.
Pero es que no son unos ojos cualquiera.
Son los ojos más Preciosos que he visto jamás.
Están enrojecidos e hinchados como los de su hermosa Madre, pero aun así son bellos como los de nadie más.
—Buenos días, Nicolás...