AMANDO EN SECRETO

^^^"El amor es eso: cuando alguien, aun conociendo tus cicatrices, se queda para besarlas." ^^^

^^^Benjamin Griss^^^

Los rayos de sol se cuelan a través de la ventana de la habitación de Sophie; ella había quedado con sus compañeros en reunirse por la tarde, su amiga Pascale le había estado insistiendo toda la noche para que le declare su amor a Samuel, lleva dos años suspirando por él sin decirle nada, debido a que su amigo sigue enamorado de su exnovia.

La joven Klein se mordió el labio y cediendo a la idea de su amiga se dijo: <¡Está decidido! Intentaré decirle lo que siento hoy mismo. Alguien tiene que dar el primer paso.>

Hoy era la noche que había estado esperando desde hace tiempo, ya era una decisión tomada, le diría a Samuel lo que siente en cuanto lo viera. Sólo tiene que armarse de valor para hacerlo en unas cuantas horas.

A las 6:30 de la tarde partieron a toda prisa, para encontrarse con el resto de los chicos

-¿Cómo me veo? ¿Necesito más maquillaje?- Sophie se observa en el espejo del copiloto dentro del auto de Pascale.

-Estás preciosa, aunque no llevaras nada de maquillaje. Tranquila, todo saldría bien, la verdad, debiste haberle hablado de tus sentimientos hace más de un año- aseguró su amiga.

-¿Y si aun no se ha olvidado de su ex?- dijo ella con pesar.

-Él me dijo que ya la superó. Lo que necesita ahora es una mujer que lo ame de verdad, ¡y esa eres tú!- responde Pascale encogiéndose de hombros y sonriente.

- Okay sólo espero que sienta lo mismo que yo.- dice un tanto insegura.

Los amigos comenzaron a juntarse en la cafetería acordada.

-¿Y Samuel?- pregunta Pascale, en eso se escucha la campanilla de la puerta y entra el mencionado tomado de la mano con su ex.

-¡Hola chicos, Rebeca y yo hemos vuelto! - fue el infausto anuncio del recién llegado.

Al poco rato y ante la incomodidad del momento para las dos amigas, se despiden excusándose con un supuesto compromiso.

-Está bien, no vayas a llorar. Vamos a un lugar para cambiar de ambiente y de ánimos. Hay un bar cerca de aquí ¿Por qué no vamos para allá?

-Está bien. ¡Vamos! - secundó Sophie

A pesar de que está molesta, no quiere seguir quejándose sobre eso; solo encontrar un sitio para estar tranquila por un rato. En el bar, Sophie revisó el alcohol disponible en el menú antes de girarse a Pascale y preguntarle:

-Si me emborracho esta noche, ¿me llevarías a tu casa?

-¡Sin duda! En el peor de los casos, le pediré ayuda a alguien. ¡Solo déjate llevar, chica!- contestó - Ella siente la tristeza de Sophie, por lo que piensa que es mejor para su amiga disfrutar su noche con alcohol y a su lado.

Sophie sacó el teléfono y comenzó a marcar el número de Anne.- madrina, me quedaré a dormir en la casa de una compañera esta noche.

- ¿Pasa algo importante?

- Sí, necesito su ayuda para cuando comience mi trabajo.

-Está bien, pero ten cuidado y llámame si algo pasa- contestó Anne.

Sophie es consciente de que beber no resolverá el problema, pero, a ese punto, sus ánimos estaban por los suelos y ella desea esa sensación de intoxicación para poder olvidar la vergüenza propia de estar a punto de declararse a un hombre para el que ella es solo una amiga.

Un par de horas después, el movil de Sophie suena.

-¿Sophie está contigo?

La voz del otro lado del teléfono era masculina, magnética y atractiva. Ekrem reconoció de inmediato que es otra persona quién contestó el teléfono. Pascale se queda impactada por algunos segundos, al escucha la masculina y aterciopelada voz.

—¡Oh! Hola, soy su excompañera de clase. Ella está un poco ebria para contestar el teléfono ahorita.

—¿En dónde está? —pregunta con un tono grave.

—¡Estamos en un bar!

-Envíame por mensaje la ubicación y las veré ahí -ordenó Ekrem con su voz calmada.

-Pero ella dijo que se quedará esta noche en mi casa. No se preocupe, yo la cuidaré.- la amiga trata de evitar que la vea en ese estado, pero él insistió en ir de todos modos.

-Soy su tío, por favor, envíame la dirección. Iré en este momento.- dice en un tono demandante que no admite objeción.

-Está bien. Enseguida la enviaré.

- Sophie, tu tío viene para acá a buscarte.

-Me voy a quedar en tu casa- contesta haciendo un puchero, es más que obvio que ya esta ebria y con su mente en otro lugar.

¡Tu tío insistió en venir por ti y no pude hacer nada para detenerlo!- exclamó Pascale, sintiéndose incapaz.- Por cierto, ¿por qué tienes un tío? Tu madre no tenía hermanos hombres y tu papá era hijo único ¿Es tu tío de sangre?

- Tengo un tío, humm, un tío que es muy, muy, pero ¡muy guapo!- Sophie alzó su rostro sonrojado y abrió sus ojos, los cuales lucieron perdidos, mientras se rio.- Bueno, no es mi tío de sangre, pero es muy bueno conmigo…

- Entonces, ¿puedo dejarte ir con él? No es una mala persona, ¿verdad?- pregunta su amiga, perpleja por la respuesta de Sophie.

- Él es… —sus palabras quedaron en el aire, sacudió un poco su cabeza y frunció sus labios.- No puedo decir quién es… No me permiten mencionar su identidad en público.

La compañera se quedó sin palabras. Tal vez, necesita observar bien al misterioso tío, antes de dejar que se fuera con él en ese estado, porque nisiquiera es su tío de sangre.

Mientras tanto, un Sedán negro, escoltado por otras dos camionetas negras, iba por las calles de la ciudad. El vehículo se detuvo de lleno enfrente del bar. Se escuchó abrirse la puerta del lado del pasajero y un guardaespaldas salió del carro.

—¡Señor, permítanos escoltar a la señorita Klein! —dice el guardaespaldas al hombre que ya está bajando del auto.

Ekrem hace caso omiso a las palabras del custodio. Él debía ir personalmente a recogerla, porque era probable que estuviese muy ebria. Durante el trayecto al bar, estuvo pensando sobre qué la llevó a embriagarse.

Desde donde las chicas están sentadas, pueden ver la entrada principal. Pascale está atenta, en ese momento, lo primero que nota es a dos hombres altos en traje ingresar al bar. Su actitud le recordó a esos guardaespaldas privados que solían salir en las películas de Hollywood; justo después de ello, entra una figura alta de porte noble y extraordinario. buscando con la mirada, se queda viendo hacia su mesa y se acerca con paso firme.

<¡Santo cielo! ¿Él es el tío de Sophie?.> No puede discernir su rostro con claridad debido a la luz tenue, pero si sentir el aire poderoso que proyecta. No obstante, cuando él se terminó de acercar, comenzó a gritar para sus adentros. <¡Madre mía! ¡Qué joven y guapo!>.

-Hola, soy el tío de Sophie.- dirige su mirada hacia a "sobrina", quien se encuentra recargada sobre la mesa, y no está seguro si ella duerme o solo esta ebria.- Vine para llevarla a casa. - Le indicó a la amiga.

-¿Usted es su tío de sangre?

Necesita asegurarse de quién es él, pues no quiere poner a su amiga en peligro y eso sin contar a los dos guardaespaldas serios detrás de él. Si algo le pasaba, Pascale jamás se lo perdonaría.

-No lo soy, pero te prometo que la llevaré a salvo a su casa- contestó con voz honesta.

-Sophie, tu tío llegó. Despierta.

-¿Por qué vino?- pregunta después de abrir sus ojos y miró hacia el hombre a su lado.

-Sophie, deja que te lleve a casa- le habla el hombre acercándose a ella.

Por su parte, Pascale se enfocó en el rostro del tío por algunos segundos y al fin pudo recordar quién era.

-¡Usted es…!-; Comienza a exclamar, emocionada, pero Ekrem entrecerró sus ojos e hizo un gesto para que guardara silencio. se apuró a cubrir su boca, aunque por dentro sigue gritando.

<¡Ah! ¡El tío de Sophie es el hombre más poderoso de Luxemburgo! ¡Santo cielo! ¡No puedo creer que tengo el placer de hablar con el señor Latouff!>.

Ya en el vehículo y ambos en el asiento trasero, Sophie se enfoca en desahogar toda la tristeza y decepción que siente.

-Estuve enamorada de él por dos años de mi vida que, al final, no significaron nada; nunca tuve ninguna oportunidad. Ni siquiera pude decirle cómo me sentía en verdad…

Ekrem frunce el entrecejo ante eso, se siente en conflicto, pero ella parece haberlo tomado como un confidente, por lo que continúa sollozando y diciendo:

-Esos dos años de los que estuve enamorada de él en secreto fueron una tortura. Tuve que ser cuidadosa y hacerme su amiga poco a poco. Le mostré mis preocupaciones y lo cuidé lo mejor que pude. Siempre me hacía presente deseándole lo mejor en cada momento, porque no quería que se olvidara de mí.… - Los sollozos interrumpen a la chica mientras habla. —Pese a todo, él regresó con su exnovia…

Se gira y se hunde en los brazos de Ekrem, limpiando sus lágrimas en su traje caro, entonces, él le palmea la espalda consolándola calmadamente.

- No tienes por qué estar triste, él perdió a alguien que se preocupaba por él, pero tú no perdiste a nadie.

- Usted no lo entiende… No sería capaz de comprender cuánto duele esconder estos sentimientos por tanto tiempo —replica Sophie en murmullos mientras esconde más su rostro.

En ese momento, una muestra de dolor se ve en el semblante de Ekrem. Después de todo, él sabe mejor que ella lo complicado que es amar a alguien en secreto…