¿Qué estarías dispuesta a hacer por salvar la vida de la persona más importante en tu vida?
María Bedoya era una joven que a tan corta edad tuvo que salir a trabajar para pagar los tratamientos de su madre que comenzó a sufrir insuficiencia cardíaca después de la muerte de su padre y hermano.
Hasta que todo se le vino abajo cuando le dijeron que su madre estaba cada vez más grave y necesitaba con suma urgencia un trasplante de corazón y la operación salía muy cara
Por lo que envuelta en la desesperación terminó entrando en un mundo de lujuria nocturno vendiendo su cuerpo. La realidad, el placer y el deseo de convertirán en una guerra interna para ella
Pero todo cambia cuando se entera que la persona con la que estuvo por dinero, esa que la llevaba hasta el cielo todas las noches por los placeres que le daba, era nada más y nada menos que Mariano Benítez el médico de su madre y del cual ella estaba enamorada secretamente
¿Qué pasará entre María y Mariano cuando descubran la verdad
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Cap 1 - Haré lo que sea por mí madre
Maria …
— Maria, tu madre se encuentra muy delicada, necesitamos hacer la operación cuánto antes o ya no podremos hacer nada si su situación se agrava — Me dice Mariano el médico cardiólogo que se está encargando de la enfermedad de mí madre desde que le detectaron insuficiencia cardíaca
— Lo sé Mariano, estoy intentando reunir el dinero lo más rápido que puedo, pero sabes que mí salario es bajo, intentaré buscar otro empleo, solo deme un poco más de tiempo — le digo con angustia, ya que me preocupaba la salud de mí madre
Me siento junto a mi madre como todos los días y tomo su mano, verla en ese estado me partía el alma.
Todo comenzó hace 4 años, el día que nos informaron que mi padre y mí hermano habían tenido un accidente y habían fallecido en el momento, a mí madre le dio un infarto y desde entonces comenzó a sufrir de insuficiencia cardíaca
Desde ese tiempo es que Mariano ha estado tratando a mí madre con su enfermedad, pero ahora su situación se está agravando, los tratamientos que Mariano le hace ya no surten mucho efecto, y la única opción para que sobreviva es el trasplante y la cirugía cuesta muy cara.
Desde que mí madre enfermó, tuve que abandonar mis estudios y comenzar a trabajar para poder pagar sus tratamientos, tenía apenas 16 años cuando abandoné mis estudios, no pude terminar la secundaria, ni seguir la universidad, pero era más importante la salud de mí madre
Busque trabajos por mucho tiempo, nadie me quería contratar por ser menor de edad, hasta que por fin había conseguido un empleo donde me contrataron aún siendo menor, fue en un restaurante, trabajando como ayudante de cocina, y desde entonces es el único empleo que he tenido
Aunque ahora ya soy mayor de edad, estoy en mis 20 años, aún así el salario que me pagan en el restaurante es bajo, apenas me alcanzaba para pagar los tratamientos de mí madre y para comer
Pero ahora con su operación se me complicó todo, la cirugía de trasplante cuesta mucha plata y ni siquiera ahorrando todo mí salario por varios meses me alcanza para pagarla, por lo que no me queda más opción que salir a buscar otro empleo.
— Maria — me dice mí madre despertando
— Mamá, ¿Cómo te sientes? — le pregunto preocupada
— Me cuesta un poco respirar, pero estoy bien — me dice ella algo agitada
— Tranquila mamá, pronto conseguiré la plata para tu trasplante y vas a volver a estar bien como antes — le digo con angustia
— Maria, déjame morir hija, déjame ir con tu padre y tu hermano, ya no te estreses por mí, aún eres joven, vive tu vida normalmente como todas las jovencitas de tu edad — me dice mí madre con tristeza, y yo la miro con lágrimas en los ojos
— Eres lo único que me queda mamá, no pienses en dejarme — le digo comenzando a llorar, la tristeza de saber que mí madre quería morirse y dejarme me deprimia
No podía imaginarme una vida sin ella, ya había perdido a mí padre y a mí hermano, no quería perderla a ella también
Tenía a mí tía Eleonor, hermana de mí mamá, pero ella vive en Italia, y al igual que nosotras, no está bien económicamente, por lo que no puede viajar para venir a vernos, pero siempre trata de ayudarme con algo de dinero transfiriendolo a mí cuenta
En cambio la familia de mí padre jamás aceptó a mí mamá en su familia, y por ende a mí hermano y a mí tampoco nos aceptaron, así que por parte de mí padre no tengo familia.
Después de estar un par de horas con mí mamá, ella se volvió a quedar dormida, los medicamentos que le suministran la hacen tener mucho sueño, por lo que la mayor parte del tiempo se la pasó dormida
Salgo de la clínica y me dirijo al restaurante. Mis horarios laborales eran de 8 a 12 pm y de 20 a 00 am, trabajaba solo 8 horas por día por eso mí salario era bajo
Iba en el bus al restaurante y veía a las palenqueras bailar con sus vestidos coloridos, si algo me gustaba de Cartagena era que acá los bailes los veías en cada esquina, era un lugar muy alegre y eso me llenó de tristeza, porque ellas se veían tan felices bailando sin preocupaciones, en cambio mi vida no es como la de las demás jóvenes, mí vida se dividía en dos partes, el trabajo y mí madre
Al llegar, me dirijo a la cocina, me coloco el delantal y comienzo a trabajar
— Maria ven — me dice Luli, una de mis compañeras y mí mejor amiga, tomándome de las manos y arrastrándome hacia afuera
— ¿Qué sucede Lu? — le digo confundida por como me sacó
— Tengo que decirte algo y no podía decirlo delante de los demás, por eso te traje hasta acá afuera — me dice hablando bajito
— ¿Y qué es eso que me tienes que decir que los demás no puedan oír? — le pregunto aún más confundida
— Mari, dime ¿qué estás dispuesta hacer para conseguir la plata para el trasplante de tu mamá? — me pregunta sería
— Lo que sea Luli, con tal de conseguir lo más pronto posible esa plata, haría lo que fuera — le digo con desespero, esperando que ella me de una buena noticia
— Bien, me pasaron el dato sobre un empleo. De entrada te digo que es clandestino, pero la paga ahí es mucho más de lo que ganas aquí trabajando todo el mes, son casi dos salarios mensuales en una sola noche, el tema es que estés dispuesta a hacerlo — me dice ella en voz baja y mirando hacia los lados para ver qué nadie esté oyendo
— ¿Qué debo hacer? Tengo miedo Lu — le digo preocupada, ya cuando dijo que es clandestino me arrepentí
— Amiga, buscan chicas para complacer a los clientes, ahí debes ser sumisa, y lo esencial, ser ciega, sorda y muda. Obedecer a todo lo que se te ordena y jamás quejarte de nada. Yo se que suena horroroso para ti, pero piensa en el dinero Mari. Una noche ahí, son casi 2 meses de lo que ganas aquí — me dice ella y yo abro los ojos como platos, está chica estaba loca, ¿cómo podría yo trabajar de eso? Si jamás estuve con un hombre en mí vida
— Luli no puedo trabajar de eso, yo no sé nada sobre sexo, sabes que jamás estuve con un hombre — le digo asustada
— Mari, no te preocupes por eso, no tienes que hacer nada, ellos te guían en lo que debes hacer y lo mejor es, que es con máscaras, por lo que tú no verás el rostro del hombre, ni él el tuyo — me dice ella emocionada, y a mí que me matan los nervios
Pero en ese momento recuerdo las palabras de Mariano, “Necesitamos hacer la operación cuánto antes o ya no podremos hacer nada” , no quería que mí mamá muriera, y estaba dispuesta a hacer lo que sea con tal de conseguir ese dinero cuánto antes
— Está bien, ¿a dónde tengo que ir y cuándo? — le pregunto suspirando, pero más por nervios por lo que estaba por hacer
— Es está noche, el trabajo es de doce a tres am, coincide justo con tu horario de salida de acá, yo te voy a acompañar porque el dato me lo dio una chica que conozco que también trabaja ahí y quedé en presentarte si aceptabas — me dice ella y yo estoy que tiemblo de los nervios
— De acuerdo, no me queda de otra, necesito conseguir la plata para el trasplante cuánto antes, pero por favor Luli, aclarale a tu amiga, que esto solo lo haré hasta que junte la plata para la cirugía de mí mamá y ya después no lo seguiré haciendo — le digo a Lu para que aclare eso de entrada
No sé qué va a salir de esto, el miedo y los nervios me tienen desconcentrada, pero pienso en mí madre y en que quiero salvarla, así que todo esto lo haré por ella.
Después de hablar con Luli y de quedar para ir a ese lugar después del restaurante, ambas volvimos a entrar y continuamos trabajando, aunque mí cabeza no estaba en el trabajo, aún así no dejé que se notara.
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Soy María Bedoya, tengo 20 años, vivo en Cartagena - Colombia, vivo con mi madre Elena Santillan. Mi padre y mi hermano quienes fallecieron hace 4 años, eran Rafael Bedoya y Felipe Bedoya de 17 años de edad
A mís 16 años tuve que abandonar mis estudios para poder hacerme cargo de mí madre que por su estado de salud tuvo que dejar de trabajar
Mi sueño siempre fue estudiar medicina en la universidad, pero eso es algo que retomaré el día que mi madre vuelva a estar bien
Tengo una mejor amiga Luciana Aguilar , pero yo le digo Luli , ella tiene 22 años y nos conocimos en el restaurante, desde entonces nos hicimos grandes amigas