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SEDUCIENDO A MI EX SUEGRO

SEDUCIENDO A MI EX SUEGRO

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Amor-odio / Venganza de la protagonista / Casada con el millonario / Jefe en problemas / Triángulo amoroso
Popularitas:16.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Lilith James

Emma lo tenía todo: un buen trabajo, amigas incondicionales y al hombre que creía perfecto. Durante tres años soñó con el día en que Stefan le pediría matrimonio, convencida de que juntos estaban destinados a construir una vida. Pero la noche en que esperaba conocer a su futuro suegro, el mundo de Emma se derrumba con una sola frase: “Ya no quiero estar contigo.”

Desolada, rota y humillada, intenta recomponer los pedazos de su corazón… hasta que una publicación en redes sociales revela la verdad: Stefan no solo la abandonó, también le ha sido infiel, y ahora celebra un compromiso con otra mujer.

La tristeza pronto se convierte en rabia. Y en medio del dolor, Emma descubre la pieza clave para su venganza: el padre de Stefan.
Si logra conquistarlo, no solo destrozará al hombre que le rompió el corazón, también se convertirá en la mujer que jamás pensó ser: su madrastra.

Un juego peligroso comienza. Entre el deseo, la traición y la sed de venganza, Emma aprenderá que el amor y el odio

NovelToon tiene autorización de Lilith James para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 20

Emma

El dolor de cabeza me golpea con fuerza. Parpadeo varias veces, intentando enfocar la luz cálida que entra por la ventana. La cama es increíblemente cómoda y reconozco que me estoy estirado sobre sábanas suaves y cálidas. Pero algo no cuadra. Abro los ojos y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación, ni en la casa de mis padres.

Giro la cabeza y veo el a la persona que duerme boca abajo junto a mí. Con el torso desnudo que brilla bajo la luz matinal, y un calor inmediato se extiende por mi cara. Fragmentos de la noche comienzan a desfilar en mi mente y la vergüenza me sube hasta las orejas.

Bajo la vista hacia mí y me quedo paralizada. No llevo ropa; el vestido rojo ha desaparecido, al igual que mi sostén. Levanto la sábana con un temblor de manos y descubro mis bragas. Un suspiro de alivio se me escapa, aunque el alivio no disipa el pánico.

Me cubro la cara con las manos, intentando recordar si realmente… si realmente me acosté con él. Me regaño por la tontería, por haberme dejado llevar, y concluyo que lo único sensato es levantarme, buscar mi ropa y salir corriendo de aquí.

Tiro de la sábana para cubrirme más, y justo cuando me preparo para moverme, siento que él se revuelve y se despierta. El aire se congela en mis pulmones. Sus ojos azules me atraviesan cuando se da la vuelta, y una sensación pesada cae sobre mí como si un bloque de concreto me aplastara.

—Robert…— Mi voz apenas se escucha. ¿Cuando llegó a Francia? ¿Y por qué está en la misma habitación que yo?

Él sonríe, esa sonrisa provocadora que me desordena los pensamientos, y se pone de pie. Su espalda desnuda queda frente a mí, sus glúteos firmes y sus piernas tonificadas me dejan sin palabras. La boca se me hace agua y mi corazón late con fuerza.

¡Dios, qué me está pasando!

Me sorprende cuando rompe el silencio, con una voz ronca de recién despertado.

—¿Hoy ya no estás tan valiente como anoche?

Antes de que pueda responder y preguntarle de a qué se refiere con anoche, desaparece en el baño, dejándome sola.

Me levanto de la cama con cuidado, tratando de no hacer ruido, y comienzo a buscar mi ropa. Nada. Cada cajón, cada rincón de la habitación: mi vestido y mi sostén están desaparecidos. Mi frustración crece con cada minuto que pasa y finalmente, me rindo.

Me siento en la orilla de la cama, abrazándome con la sábana como si fuera un escudo. No puedo irme sin mi ropa y no me queda otra que esperar hasta que él salga del baño. El silencio pesa, y mi corazón sigue acelerado los recuerdos de anoche que no llegan.

Después de unos minutos, lo escucho. La puerta del baño se abre y sale. El cabello húmedo cae sobre su frente, y viene solo cubierto por una toalla alrededor de la cintura. No puedo evitar mirarlo; cada movimiento suyo es hipnótico.

Se viene acercando a mí con quién sabe que intención, pero justo antes de llegar, un timbre interrumpe el momento: el servicio del desayuno. Ambos desvíamos la atención hacia la puerta. Robert se dirige a ella, abre y recibe el carrito que deja un empleado antes de marcharse. Él lo acerca hacia mí y me dice con calma:

—Come.

Me acomodo en la cama mientras él se queda detrás de mí y puedo sentir su mirada clavada en mi espalda, por lo que no me atrevo a voltear.

—¿Dónde está mi ropa?

—Más tarde te la traerán— Responde. —Estaba demasiado empapada como para dejartela puesta.

Niego con la cabeza, intentando no mirarlo, y tomo el vaso con jugo de naranja. El vacío en mi estómago me obliga a beber, aunque la sensación de tenerlo tan cerca me tiene bloqueada las ganas de comer. Siento cómo se mueve detrás de mí, rodeándome con sus brazos, acercando su cuerpo al mío. El calor de su piel me invade, y no puedo evitar disfrutarlo.

—Cuéntame… ¿qué pasó anoche?— Le pido, apoyando mis manos sobre las suyas sin darme cuenta.

Él se inclina un poco, su aliento acaricia mi cuello, y murmura:

—Solo necesitas saber que anoche conocí a una Emma muy risueña y juguetona… que puso a prueba todo mi autocontrol.

Su declaración me hace estremecer y una mezcla de nervios y deseo sube por mi garganta.

Genial, esta es la mañana más loca por la que haya imaginado que podría pasar. Desnuda bajo una sábana, con un vaso de jugo en la mano y mi ex suegro tan cerca que puedo sentirlo incluso cuando no lo miro.

El silencio se prolonga unos segundos hasta que decido romperlo. Tomo un trozo de croissant del carrito, lo muerdo lentamente y finjo indiferencia, aunque mi estómago aún está revuelto.

—Así que… ¿me cuidaste anoche?— Pregunto con ironía, arqueando una ceja sin atreverme a girarme del todo.

—Alguien tenía que hacerlo— Responde sin titubear.

Le doy otro mordisco al pan, esta vez más provocadora. Giro apenas mi rostro para atraparlo con la mirada. —Podrías haberte aprovechado de mí. Nadie lo hubiera sabido. Ni siquiera yo, ya que por lo visto, es nulo lo que puedo recordar.

Su expresión cambia en un segundo; su mandíbula se tensa y sus ojos azules se encienden. Se inclina hacia mí, apoyando una mano en el colchón a mi lado.

—No sigas con este jueguito de provocaciones, Emma— Me advierte.

Me recuesto un poco hacia atrás, sonriendo con descaro, jugueteando con la orilla de la sábana que me cubre. Me sorprendo de lo fácil que me sale desafiarlo, como si la resaca me hubiera borrado el miedo.

—¿Y qué pasa si lo hago?— Susurro, ladeando la cabeza.

Él me observa como un depredador que mide la distancia antes de lanzarse. Pero en lugar de atacarme, se aparta y se sienta en la cama a mi lado, cogiendo su taza de café como si nada. Esa calma suya me descoloca más que cualquier arrebato.

—Pasa que acabarás perdiendo un juego que no puedes ganar— Dice finalmente, bebiendo un sorbo.

Cruzo las piernas bajo la sábana, aún sonrojada, y lo detallo en silencio. La toalla a su cintura parece un desafío en sí misma.

—No estés tan seguro…— Murmuro, con una sonrisa peligrosa.

El aire entre nosotros se vuelve espeso, casi irrespirable. No aparto mis ojos de los suyos, aunque siento que el corazón me golpea contra las costillas como si quisiera escapar. Algo dentro de mí —esa voz insolente que nunca calla— me susurra que dé el paso. Que lo provoque. Que lo disfrute.

Robert me observa con la misma calma tensa de siempre, como si nada pudiera derrumbarlo, aunque sé que bajo esa superficie contenida se agita un volcán.

—Entonces solo tienes que decirlo— Me dice. —Pídeme que te folle y deja de negarte. Sé que lo quieres tanto como yo.

Trago saliva, con dificultad. ¿Quiero acostarme con él? Sí. Dios, sí. No necesito ni un segundo para responderme. Mi propio cuerpo lo delata antes que mi mente.

Él deja la taza de café a un lado, sus movimientos son lentos, y hace parecer que la habitación entera contiene la respiración conmigo.

—Dilo, Emma— Repite. —Pídeme que te coja y no voy a dudar.

El aire abandona mis pulmones en un jadeo. Me arrodillo en la cama, sintiendo cómo sus ojos recorren mi piel como si me quemara. Llevo las manos a la sábana, la aprieto entre los dedos y luego la dejo caer.

Estoy desnuda salvo por las bragas, pero en lugar de sentirme vulnerable, disfruto de la manera en que me mira. No es un simple deseo masculino. Es hambre y posesión.

Lo miro, desafiándolo, sosteniéndole la mirada como si estuviera lanzando una bomba.

—Hazlo.

La palabra apenas abandona mis labios cuando Robert se levanta, y en un instante estoy entre sus brazos, mi espalda contra el colchón y su cuerpo cubriéndome por completo. Su mirada arde, su respiración se mezcla con la mía, y el mundo entero se reduce al peso de su cuerpo.

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Alison Mendoza Sotelo
Nesesito una pareja contra viento y marea
Alison Mendoza Sotelo
Que se quede y de una vez cuente todo xfabor
Beth Bo
Será que nos pueden dar un baby Falcone por favaaaaaar
Beth Bo
Pobrecita, Stefan la traumó con eso del aburrimiento
Beth Bo
No puedo creer que este cucaracho sea hijo de Robert
Beth Bo
Esooo!!! Robert no la esconde, quiere que todos la conozcan
Beth Bo
Esooo!!! Robert no la esconde, quiere que todos la conozcan
Mauge Albornoz Diaz
sii se tiene q quedar!! deben ser felices juntos
Monica Hernández
siiii que se quede y obvio ella le tiene que decir lo que sucedió con Stefan antes de que la víbora de la ex esposa lo sepa y se lo diga ojalá que Emma ya se lo diga y que Robert falcone le de la revolcada de su vida que saque a relucir lo celoso posesivo y que la marque así Emma sabrá a aquien pertenece 🤭🤭🤭
Monica Hernández: total ya le dijo que aunque se vaya la encontrará que más da si emma le da el susto para después darle el gusto🤭🤭🤭 ya le dio una probadita o adelanto
total 1 replies
Griselda Enrique
obvió no se le puede decir NO a un papucho como el 🥵🥵🥵🥵🥰🥰🥰🥰🥰🤭🤭🤭🤭
Nancy RoMo
si q se quede 😁
Nancy RoMo
yo tambien necesito uno con urgencia 🥹🥺😅🤣
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
que se quedé.!!!!! que se quedé... que sigan disfrutando de los placeres de la vida.. jajajaja ❤️‍🔥❤️‍🔥😍😍
ana luisa
Que se quede es su mujer que luchen los dos que hablen y sesn sincero
ana luisa
Que se quede es su mujer que luchen los dos que hablen y sesn sincero
Emperatriz Reales
Huy q caliente este capitulo
Emperatriz Reales
Enma tiene q hablar claro, las mentiras solo entierran lo bueno q pueda existir
Aracelis Durango
Emma sincerate con Robert y deja de lado la venganza ya no hay vuelta atrás ya están tan enamorados 😍 que se reconcilian de una vez
Aracelis Durango
Yo quiero un Robert también, pero allí está el pero que va a pasar cuando sepa que Emma era su nuera y ya no solo espero que lo tome bien. Emma aprovecha y dile a Robert porque en algún momento lo tiene que saber
Neuris González
te entiendo amiga 👌😃 estoy igual q tu.🫂❤️‍🔥💐
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