Mi Pequeña Muda

Quizás estaba pensando demasiado.

Además…

¿No sé supone que Dominik sabe el lenguaje de señas?

Después de todo, en su autobiografía estaba escrito que cuando era niño tenía un problema de audición debido a un accidente automovilístico, por lo que tuvo que aprender el lenguaje de señas.

Quizás él estaba sorprendido, sí, tal vez solo era eso.

Karla pensó para sus adentros mientras

sacudía rápidamente la cabeza y empezaba a explicarle que no podía hablar.

Pero, antes de que Dominik pudiera decir alguna palabra, su tío apareció.

— La ceremonia va a empezar pronto, Karla — dijo mientras le lanzaba una mirada despectiva a Dominik — ¿Quién invito a este don nadie?

Karla bajó la mirada sintiéndose avergonzada ante su comentario, cuando ella intentó disculparse con Dominik, aquel hombre de ojos azules ya se había ido.

¡Ah!

Tío, ¿por qué dijiste eso?

Sé que siempre has despreciado a las personas del círculo de entretenimiento, pero esto era demasiado audaz de tu parte.

Acaso no sabes que lo que más le molesta a Dominik es cuando mencionan sus antecedentes familiares.

Karla refunfuño mientras le lanzaba dagas con la mirada a su tío.

Después de todo, Dominik no era igual a Jeremy, que tenía un fuerte respaldo familiar e incluso si hacía un lío, al final, ellos le cubrirían sus pasos.

Dominik había llegado hasta donde está ahora debido a su esfuerzo y dedicación.

Por eso Karla lo admiraba.

Su tío al notar el malhumor en la cara de Karla colocó una expresión sonriente en su rostro.

— Vamos, Karla. No te concentres en este tipo de asunto. La ceremonia está por empezar, así que sonríe mi niña.

Karla colocó los ojos en blanco antes de seguirlo.

Mientras caminaba de la mano de su tío hacia el altar, Karla pudo darse cuenta de la cantidad de gente que había sido invitada.

Había tantos rostros conocidos y desconocidos.

Todos parecían haber salido de la portada de alguna revista, llenos de lujo y glamour.

Después de todo, el casamiento de uno de los herederos Cash era algo que no podía pasar desapercibido.

Karla lanzó un suspiro cuando sus ojos vieron al hombre que estaba parado en el altar.

Aquel sujeto que en menos de un par de horas se iba a convertir en su esposo.

Él era alto, quizás media cerca de un 1. 90 metros, el traje de boda le quedaba como una segunda piel sobre su cuerpo.

Totalmente comestible.

Sin duda alguna parecía un dios griego que se había adentrado al mundo de los mortales.

Jeremy Cash sí que era guapo, eso Karla no lo podía negar.

Parecía tan varonil, frío e inalcanzable, como si no perteneciera a este mundo terrenal.

Karla no pudo evitar contener la respiración en cuanto miró los ojos oscuros de Jeremy que parecían magnéticos, como si la oscuridad de su mirada pudiera tragarla en cualquier momento.

Había una intensidad en sus ojos que por un momento hizo que el corazón de Karla saltará un latido más rápido de lo normal.

Cuando él sonrió ella sintió como si el mundo entero se había vuelto mucho más colorido.

Era como si solo pudiera verlo a él. Como si él fuera el centro de atención.

Incluso Karla olvido por un momento la razón por la que estaba aquí.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo?

— ¡Luces preciosa! — mencionó con una sonrisa haciendo que Karla saliera de sus pensamientos.

Fue entonces que Karla cayo en cuenta de que todo esto era un acto.

Jeremy no estaba enamorado de ella, ni Karla de él.

Tampoco aquella sonrisa había sido real, ni siquiera la mirada que le había dado en cuanto la vio.

Después de todo, Jeremy era un actor nato.

Este matrimonio solamente era el telón de fondo para esta historia llena de mentiras que había creado con la intención de limpiar su reputación.

Al final, esta unión que se había gestado entre ellos dos nada más era una actuación.

Karla lanzó un suspiro mientras dejaba que tome su mano, para luego sonreír como si estuviera feliz, como si frente a ella estuviera el amor de mi vida.

Ella también era buena en fingir.

Había fingido durante toda su vida que estaba bien, que las palabras, actos y desplantes que le habían hecho no le importaban.

Cuando en realidad cada acción se había sentido como una puñalada en su alma.

— Espero que sean felices — mencionó su tío con lágrimas en los ojos haciendo que Karla lo miré desconcertada.

Bueno…

Su tío incluso era mejor actor que todos.

Hollywood lo estaba esperando, señor Ayers.

Pensó Karla sintiéndose divertida antes de asentir.

Durante todo el tiempo que duró la ceremonia, Karla no pudo evitar sentirse ansiosa. En más de un momento quiso salir corriendo, pero al final no lo hizo.

La mano de Jeremy rodeaba la de Karla como si fuera una cadena de la que no podía zafarse, su piel se sentía tan cálida que parecía derretir todo el frío de su corazón.

Por un momento la mente de Karla empezó a divagar, que cuando fue el momento de intercambiar anillos, Karla no pudo hacer nada más que sacudir la cabeza. Incluso cuando fue el momento de besarse, ella solo actuó por inercia.

Solamente el ruido de los aplausos pudo traerla de vuelta a la realidad.

Yo estaba casada.

Me había casado.

— ¿Por qué no dices nada? — cuestionó Jeremy mientras tomaba un sorbo de vino — ¿Acaso estás siendo arrogante?

Al escuchar sus preguntas, Karla no pudo evitar mirarlo sorprendida.

Él se había casado con ella, pero no conocía la información más básica de su esposa por contrato. Parece que ni siquiera le había importado investigar.

Karla no sabía cómo sentirse al respecto. Sin embargo, debido a que iban a pasar juntos durante mucho tiempo, Karla decidio no hacer de esto una mina, por lo que recogió un lápiz y un papel.

«Soy muda, no puedo hablar»

Eso fue lo que escribió.

Jeremy en cuanto terminó de leer aquello la miró confundido, parecía que aquello lo había tomado por sorpresa.

Frunció el ceño como si estuviera analizando si lo que había escrito Karla era cierto o falso.

— ¿Acaso esto es una broma? — cuestionó.

Luego le dio una larga mirada a Karla antes de alejarse en dirección desconocida.

Karla bajó la mirada mientras miraba el anillo en su dedo anular.

Él parecía estar enojado.

¿Acaso estaba molesto porque era muda o porque había tenido la mala suerte de conocerme?

Karla sacudió la cabeza mientras empezaba a comer algunos bocadillos que estaban encima de la mesa.

Sea cual sea la razón de su enojo, no iba a cavar un hoyo y saltar en conclusiones.

— Es la muda, ¿cierto? — alguien comentó a su lado — Jeremy realmente tuvo mala suerte para casarse con este tipo de mujer, eso de que se enamoró a primera vista y que han estado saliendo en el pasado es pura basura. Claramente, se vio obligado a casarse para que su carrera como actor no desaparezca. La presión mediática en los últimos días fue insoportable, muchas de las marcas que lo patrocinaban quitaron su respaldo. Incluso escuché que perdió la oportunidad de audicionar en algunos roles.

La chica que estaba escuchando lanzó un suspiro.

— Sofía está como loca, ya sabes, ella ha estado enamorada de Jeremy desde niños. Escuché que intentó hacer cambiar de opinión a Jeremy, pero este se negó rotundamente.

Sofía…

¿Acaso es la misma Sofía que Karla conocía?

Karla esperaba que no.

— Ven, vamos — comentó Jeremy haciendo que Karla saliera de mis pensamientos.

¿Qué estaba pasando?

¿A dónde íbamos?

Karla no tuvo el tiempo suficiente para pensar en lo que estaba pasando, porque cuando se dio cuenta ya se encontraba subida en un carro con dirección desconocida.

— No me gusta estar rodeado de tanta gente — mencionó Jeremy mientras la miraba de reojo — Por lo que decidí ir a casa.

Así que era eso…

Luego de aquello, Jeremy encendió la radio.

El resto del viaje transcurrió sin ningún contra tiempo.

Quizás el viaje duro cerca de una hora, la casa de Jeremy parecía estar a las afueras de la ciudad, en una zona algo retirada.

Cuando llegaron al lugar designado. Karla no pudo evitar sentirse anonadada por el paisaje que había alrededor.

Otra vez Karla se dio cuenta de la diferencia que había entre su familia y la de Jeremy.

La casa en la que iban a vivir durante los próximos dos años era magnífica, cada acabado y detalle era exquisito.

Cuando entraron un grupo de personas salieron a recibirlos, todos parecían animados. Por lo que de manera ingenua Karla penso que su estadía iba a ser cómoda.

Bueno…

Claramente, eso no fue así.