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VENDIDA AL MEJOR POSTOR

VENDIDA AL MEJOR POSTOR

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Novia sustituta / Matrimonio arreglado / Novia subastada / Amor-odio / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:919.7k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yazz García

Ella siempre supo que no encajaba en esa mansión. No era querida, no era esperada, y cada día se lo recordaban. Criada entre lujos que no le pertenecían, sobrevivió a las humillaciones de su madre y a la indiferencia de su hermanastra. Pero nada la preparó para el día en que su madre decidió venderla… como si fuera una propiedad más. Él no creía en el amor. Sólo en el control, el poder y los acuerdos. Hasta que la compró. Por capricho. Por venganza. O tal vez por algo que ni él mismo entendía. Ahora ella pertenece a él. Y él… jamás permitirá que escape.

NovelToon tiene autorización de Yazz García para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Jaula de cristal

Thalía despertó sobresaltada.

Sus muñecas dolían por lo fuerte que se había aferrado a las sábanas durante la pesadilla. Aunque… no era una pesadilla. Era real.

Estaba de nuevo en esa mansión.

Joshua… no sabía si estaba vivo o muerto. No la dejaban tener el teléfono, ni salir, ni hablar con nadie. Desde el incidente, un médico la había revisado y confirmado que el bebé estaba bien, pero ella no lo estaba. Su alma estaba rota en mil pedazos.

Amelia no podía acercarse. Las órdenes eran claras: mantener a Thalía alejada “por el bien de todos”. Adrián no la visitaba. No decía nada. No pedía disculpas. Solo mandaba comida a través de una criada.

Y entonces… llegó una noche.

La puerta se abrió.

Era Amelia.

—Me escapé de mi cuarto —susurró, con una linterna de unicornio en la mano—. Nadie me vio.

Thalía se levantó de la cama con los ojos vidriosos.

—Amelia… no deberías estar aquí.

—¿Por qué todos están enojados contigo? —preguntó la niña, frunciendo el ceño—. Yo solo quiero estar contigo.

Thalía se arrodilló, la abrazó con desesperación, conteniendo un llanto ahogado.

—Perdón, mi amor. Perdón por hacerte vivir todo esto. No soy buena amiga. Ni buena para cuidar de ti. Te hice escuchar cosas horribles.

—No me importa —dijo Amelia—. Yo te quiero igual. Aunque los grandes estén locos.

Thalía soltó una carcajada entre lágrimas. Le acarició el cabello.

—Tú mereces un mundo mejor.

En ese instante, la puerta volvió a abrirse.

Adrián.

Sus ojos se encontraron. Había tensión.

—Amelia, vuelve a tu habitación —dijo Adrián con voz firme.

La niña dudó, pero Thalía asintió.

—Ve, estaré bien.

Cuando la puerta se cerró, el silencio los envolvió.

Adrián se acercó, con el rostro serio.

—¿El bebé está bien?

—Sí —respondió Thalía, sin mirarlo.

Adrián se sentó en el sillón. Parecía cansado. Vacío.

—¿Por qué no lo detuviste?

Thalía lo miró, congelada.

—¿Qué dijiste?

—A Joshua. ¿Por qué no lo detuviste?

Ella se levantó bruscamente.

—¿Escuchas lo que dices? ¡Casi lo matas! ¡Y me preguntas por qué no lo detuve!

—Ese niño podría no ser mío.

—¡Claro que es tuyo! —gritó—. ¡Eres el único hombre al que me he entregado de esa manera!que a pesar de todo, lo empecé a querer con tanta rabia como para odiarlo!

Adrián apretó los dientes, se levantó también.

—No digas eso. No juegues conmigo, Thalía.

—¿Y tú? ¿Tú sí puedes jugar conmigo? ¿Con mi cuerpo? ¿Con mi vida?

Silencio.

Y entonces, con voz rota, Adrián confesó:

—Mi padre quiere dar a ese bebé en adopción… y decirte que murió. Pero yo no puedo hacer eso. No puedo. No quiero.

Tú… tú me estás rompiendo por dentro, Thalía. Estoy perdiendo el control. De todo.

Thalía se quedó helada.

—¿Lo harías…? ¿Mentirías así? ¿Me harías eso?

—No… —murmuró él—. No si tú luchas conmigo. No si me prometes no huir otra vez. No si…

—¿No si qué, Adrián?

—No si todavia me quieres —susurró él, apenas audible.

Y Thalía, con lágrimas en los ojos, respondió:

—Yo no sé si lo que siento es amor… o dolor. Pero sí sé que ya no confío en ti. Y el amor sin confianza… es solo veneno.

Adrián se quedó allí.

Y Thalía volvió a recostarse. Acariciando su vientre.

...****************...

Thalía seguía encerrada en esa habitación ornamentada como jaula de oro. Las cortinas cerradas, el reloj avanzando lento, y la única compañía eran los recuerdos que volvían una y otra vez a golpearla cuando cerraba los ojos.

—¿Puedo hacer una llamada? —preguntó por tercera vez en el día a la mujer que le dejaba la comida.

—El señor Muñoz indicó que no puede recibir visitas ni llamadas. Necesita descansar.

—¡Yo no necesito reposo! ¡Quiero saber si él está bien! ¡Por favor!

—Lo siento, señorita Thalía. Es por su bien —murmuró la criada, saliendo sin mirarla a los ojos.

Por su bien.

Thalía se dejó caer en el sillón, con la respiración agitada. Las paredes empezaban a cerrarse sobre ella. Joshua… ¿seguía vivo? ¿Se estaba recuperando? ¿Sabía lo que habían hecho con ella?

Se sentía culpable.

Muy culpable.

Por haberlo arrastrado a este mundo.

Por haber huido sabiendo que no había un lugar seguro para ella.

Por dejar a Amelia en esa mansión, con esas bestias.

Se llevó las manos al vientre, cerrando los ojos con fuerza.

—Lo siento, pequeño. Lo siento tanto…

Y entonces, escuchó pasos. Pasos firmes. Más pesados. Diferentes.

La puerta se abrió.

Era Adrián.

Con el rostro pálido, los ojos oscuros, y una camisa arrugada que jamás había llevado puesta sin planchar.

—Te traje noticias —dijo sin rodeos, mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

Thalía se puso de pie, alerta.

—¿Qué noticias?

—Joshua salió del hospital esta mañana.

Su corazón latió con fuerza.

—¿Está bien?

Adrián no respondió de inmediato. Cerró la puerta detrás de él y caminó hacia la ventana.

—Físicamente, sí. Mentalmente… eso es otro tema.

Thalía lo miraba con rabia y odio.

—Quiero verlo.

—Eso no va a pasar.

—¡Tú no puedes decidir eso! —gritó.

—Puedo. Y lo estoy haciendo —respondió con frialdad—. Porque ahora no estás sola. Tienes un hijo dentro. Y hasta que no decidas dejar de querer escapar de todo, no saldrás de esta habitación.

—¡¿Me estás castigando?! ¡¿Eso es lo que haces ahora, Adrián?! ¡¿Castigarme por querer salir de tu juego?!

Adrián se acercó. Tenía una mezcla de tristeza y dureza en el rostro.

—No te estoy castigando, Thalía. Te estoy protegiendo. Aunque no lo veas. Aunque me odies por ello.

—No quiero tu protección. Quiero mi libertad.

— Por favor, Thalía. Yo sé que esto es horrible, pero no huyas. Por… nuestro hijo. Buscaré la forma de salir de todo esto, de sacarte de toda esta locura, así no me quieras, así me odies.

Las palabras se estrellaron como cuchillos en su pecho.

—¿Sabes qué, Adrián? —susurró, mordiéndose el labio—. No te tengo miedo. Pero sí te tengo lástima. Porque eres igual que tu padre.

Adrián se quedó helado. El insulto más letal de todos.

—Sal de mi habitación. —dijo finalmente ella

—Thalía…

—¡Sal! —gritó, con lágrimas en los ojos.

Él asintió sin mirarla, cerrando la puerta con suavidad.

Thalía cayó de rodillas.

1
Olga Nempeque
están de psiquiatra la Verdad
Mirtha Lilian Tyan
no es mala la trama pero cansa, sin avances siempre en el mismo plano
Chali Ortiz
una excelente novela, me tocó mi corazón, me hizo sentir impotencia al leer tanta maldad de alguien desquiciado y perdido en el poder
muchos éxitos más
gracias por compartir
👏👏👏👏👏💐💐💐💐💐
Felisa Grasso
parecía igual z muchas pero no es distinta me gusta tu novela autora
Lupita Aguilera Olivas
Y k paso con la mama de Talhia y la hermana, esas no recibieron su castigo ni el papá de Adrián, no me parece bien eso
Linilda Tibisay Aguilera Romero
otro bebé
Linilda Tibisay Aguilera Romero
el tiene la razón tiene que decirle la verdad que van a esperar que Adrián lo manipule
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Amelia escápate poro no para donde Milo o búscalo Pero valla se de ahy
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Talhia debes contarle todo a Tiago
Linilda Tibisay Aguilera Romero
que poco hombre desgraciado
Linilda Tibisay Aguilera Romero
pobre Amelia todo lo a ha tenido que pasar con un padre tan desgraciado
Linilda Tibisay Aguilera Romero
un capítulo fuerte ella no debió pasar por tanto Pero Talhia no podía llevársela y tampoco podía seguir hay por ella
Linilda Tibisay Aguilera Romero
tan bellos me encanta
Linilda Tibisay Aguilera Romero
ya vienes el bebé que bueno
Linilda Tibisay Aguilera Romero
así se halla ido yo subo a las redes y noticias lo que que hizo
Lau de López
ay ya asta llore y apenas voy empezando a leer 😔😔
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Adrian es igual o peor que el padre
Linilda Tibisay Aguilera Romero
creo que Adrián necesitó fue terapia para sobrellevar la ira no sabe manejar las frustración
Lau de López
wooo se está poniendo interesante
Linilda Tibisay Aguilera Romero
es decir que Adrián al final es un desgraciado igual al padre
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