una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
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Capitulo 24: dulce amor
María despertó justo cuando cruzaba la puerta, quiso gritar, pero no quería asustar al chico que cargaba con ella.
- hasta cuando me tendrás así - pregunto cuando ya tenían un tiempo considerable caminando de una habitación a otra.
- hasta que encontremos alguna puerta que no se abra por si sola.
- pero... - ella quiso protestar, pues el chico la llevaba como a un costal de papas y comenzaba a marearse por culpa del movimiento constante - bájame - grito cuando ya no aguanto más las ganas de vomitar.
el chico la ignoro y solo continuo caminando, tenía una habilidad especial, para descubrir rápidamente, como se abría cada puerta que encontraba en su camino.
- ¿cómo lo haces? - pregunto María cuando sus ganas de discutir se esfumaron y no tuvo otra opción más que aceptar que aquel chico haría lo que quisiera.
- no lo sé, supongo que las puertas me lo dicen - comento el chico sin importarle lo que pudiera pensar María
- espera, dices que las puertas te hablan - María quiso burlarse de el por sus palabras, pero cuando hubieron cruzado, varias puertas más, sin dificultad alguna, decidió que lo mejor era no molestarlo, ya que el podría ser la persona que la sacará de aquella casa.
después de que el chico se negara a contestar a sus preguntas tontas, según el, continuaron por otras siete puertas más, donde encontraron desde un gran palacio hasta una hermosa playa y una aburrida biblioteca, por fin llegó el momento, en el que el chico se detuvo, frente a una puerta que no tenía cerradura.
Bajo a María, que por fin pudo estirar las piernas y se quedó observando la puerta con enojo.
- ¿que sucede, está puerta no te dijo la respuesta correcta? - se burlo ella al ver como el chico trataba de abrir la puerta por la fuerza.
- no, parece ser muda - respondió el chico con enojo.
- una puerta que no habla, que raro - dijo María con sarcasmo, tratando de hacerlo enojar aún más. Solo con la intención de divertirse a su costa.
- escucha niñita tonta, si no logramos salir de este lugar rápido, no volveremos a ver a nuestros seres queridos de afuera - comento el chico buscando por la habitación algo que lo ayudara a descifrar el método de salida.
- Que tal si está vez, me dejas a mí - pidió ella buscando algo inusual en la superficie de la puerta - justo aquí - presiono en un punto que era casi imperceptible y un mensaje en letras doradas apareció en la superficie de la puerta.
"solo alguien con un amor profundo en su corazón puede abrir esta puerta"
- eso es una tontería - grito el chico estampando su cuerpo contra la puerta, que en lugar de ceder, se convirtió en una puerta de hierro.
Y mostró el siguiente mensaje, debajo del primero.
"si intentas forzar el amor, nunca saldrás de este lugar"
- está puerta está loca - el chico ya no tenía paciencia para seguir con todo eso.
Se alejó hacia un rincón de la habitación y se sentó de manera obstinada, a esperar a ver qué pasaría a continuación.
María curiosa por la mala actitud del joven, se acercó hasta él - ¿te encuentras bien?
- por supuesto que no- él chico tenía la mirada perdida
María notó la tristeza que reflejaba su voz y quiso ayudarlo, pero el joven se negó a compartir sus problemas con ella.
María contrariada por su falta de sensibilidad, se fue a sentar en el otro extremo de la habitación - bien, que resuelva sus problemas por su propia cuenta - dijo para sí misma en voz baja.
Para pasar el tiempo se puso a pensar, en como podría abrir la puerta, ya que ella no tenía ningún amor profundo que pudiera demostrar a nadie en ese lugar.
Pronto ambos se quedaron dormidos.
...****************...
Emma entro a la habitación con el rostro surcado de lágrimas, miró alrededor y pudo ver a la hermosa joven que la esperaba, sentada en medio de la cama
- hola, aventurera - le dijo la chica, sonriendo de manera inocente - no debes llorar, tu amigo ahora va a ser muy feliz. Deberías alegrarte por él - la chica estaba eufórica por él resultado de la habitación anterior - no todos tienen la suerte de encontrar el amor verdadero.
- si, lo que digas - Emma no se dejó engañar por la dulzura que mostraba la chica - solo dame mi premio y dime dónde está la siguiente puerta - se negaba a seguir perdiendo su tiempo en aquel lugar.
- de acuerdo - la chica saco un frasco diminuto del interior de su vestido, el líquido que se veía en su interior, era de color púrpura y parecía brillar cada vez que la chica lo agitaba - aquí está - le entrego el frasco sin mucha ceremonia. - poción del olvido, servida.
- ¿y la puerta?
- aquí mismo, señorita - la voz de la chica era dulce, pero a pesar de parecer una persona dulce e inocente, Emma conocía su verdadera naturaleza. La chica hizo aparecer una puerta azul justo frente a ella
- adiós - Emma la cruzo sin esperar indicaciones.
- adiós emma, ya nos volveremos a ver - la joven también salió de la habitación, con rumbo a ver a sus hermanas, ya había completado su tarea.
Katy la vio entrar, ambas se sonrieron por haber conseguido una victoria.
- muy bien, Nathan ya no se irá más - dijo contenta - solo falta que Emma conozca al amor de su vida y los tendremos aquí para siempre.
- si, me encargaré de que se encuentren antes de llegar a la última puerta.
- bien, entonces ayudemos a la futura pareja a conocerse lo antes posible. Las tres hermanas cambiaron al monitor donde se veían Sara, Leonardo y Thiago, caminando por un campo de girasoles.