No soy más que una niña, pero para salvar a mi familia debo casarme con un hombre desfigurado y que es mucho mayor que yo.
Es un matrimonio por conveniencia, debo cumplir con mi palabra
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22
En la familia Santos hay cuatro hermanos y hermanas.
Miguel es el tercero. Con dos hermanos mayores y una hermanita adoptiva.
El segundo cabeza y él eran de la misma sangre, y había escuchado que falleció hace cuatro años a causa natural. No se imaginaba que en realidad era otra historia.
Ella estaba impactada. Javier dijo: “De la segunda cabeza no se habla, ni el cabeza de la familia lo menciona. Señorita Claudia, haga pasar de qué hoy no escucho nada. La muerte de él le trae malos recuerdos al señor. Estuvo en depresión por muchos años, y ahora es que está mejorando.”
“Ya lo sé. Muchas gracias.”
Ella lo dijo de corazón. De repente sintió que Miguel no daba tanto miedo.
Él estuvo en el borde de la muerte y esa cicatriz que tiene no significa nada.
Al regresar a la casa, las sirvientas se preparaban para hacer una sopa contra la resaca.
Las sirvientas dijeron que Miguel no tenía buen estómago, y no podía beber demasiado alcohol. Así que cada vez que tenía una reunión era una necesidad prepararle una sopa.
Ella sabía que en el futuro iba a ser su esposa, así que personalmente se puso a prepararla y no dejo que nadie la ayudara.
“La señorita trata muy bien al señor.”
Antes de entrar por la puerta, todas las sirvientas cambiaron su opinión sobre ella.
Ella se sonrojó cuando le dijeron eso, y no pudo evitar mirarlos: “No es así. Tengo miedo que cuando regrese este muy borracho.”
Los minutos y segundos pasaron. Ella esperó desde las ocho hasta las diez de la noche.
Ya se sentía como su esposa, esperando que su amado regresara a casa.
Estaba un poco dormida, así que tomo una siesta y de repente escucho el sonido del cochemóvil.
¡Miguel había regresado!
Se apresuró a ponerse las pantuflas y fue a abrir la puerta. Pero afuera estaba un anciano de sesenta años, que tenía blanco todos los pelos de la cabeza. Aun así tenía una mirada muy energética.
Ella se congeló, preguntándose quien era aquel hombre.
“Claudia, este es mi padre.”
Miguel que estaba detrás dio un paso adelante por miedo a que su papá, Morgan, asustará a Claudia.
“Su...suegro...”
Ella no estaba segura de que era él. La vez pasada que fue golpeada, no pudo ver con claridad quien era Morgan y por eso le parecía desconocida esa persona.
Morgan es una persona con gran poder, pero se molestaba cuando escuchaba de eso. La organización de los Santos empezó pequeña, y fue este quien la hizo crecer.
El papá tenía sesenta y ocho años, y tenía la edad suficiente para ser abuelo de Claudia. Pero ahora ella y Miguel estaban juntos y aun así se sentía incómoda en llamarlo suegro.
“No tienes que llamarme suegro. Llámame papá, tontita. Serás la esposa de Miguel. Ya que estarán juntos me puedes llamar “pá”.”
El padre cada vez que miraba a Claudia le gustaba aún más. La muchacha era alta, pero estaba un poco delgada.
Estaba un poco molesto por lo que ocurrió la vez anterior y aun así vino a verla. Quiso observar de cerca cómo era la relación entre estas dos personas.
Miguel ya está comprometido, pero si un día no se casa, el corazón de su padre se destrozaría.
“Este...”
Claudia no pudo abrir la boca, así que miro a donde Miguel por ayuda.
Miguel tampoco supo que decir, pero no había nada de que temerle a su padre.
“Papá, Claudia y yo solo estamos comprometidos. Todavía no hemos casado. Esperemos dos años cuando termine su carrera escolar y de inmediato nos casaremos. Ahora es un poco temprano.”
“Casi se me olvidaba que ella solo tenía dieciocho años. Es verdad que es temprano. Pero no importa. ¡Tarde o temprano serás parte de esta familia!”
“Suegro, no estemos en la puerta. Entremos y le serviré un poco de té.”
Claudia lo hizo entrar. El suegro tenía algo de culpa por lo que había pasado la vez pasada y quería pedirle disculpas.
Ella creía que Morgan era una persona muy estricta, pero ahora que lo veía, parecía un niño pequeño.
Miguel tenía miedo de que ella se cansara de hablar, por lo que interrumpió: “Papa. Ya es tarde. Claudia debe dormir temprano porque mañana tiene que ir a clases.”
“Es verdad. Las chicas tienen que dormir temprano. ¿Ustedes dormirán juntos?”
Aunque sea dominante, pero lo quiero jajaja