Valentina es una chica, dulce cariñosa, con un rostro angelical. A pesar de quedó huérfana a la edad de tan solo tres años, su abuelo sé ha hecho cargo de ella. El día menos pensado al amor de su vida. Esté sé convertirá en su protector sin que ella lo sepa. Su vida dará un cambio drástico, tras un intento de homicidio. Y tendrá que abandonar el país, si quiere sobrevivir.
Acompañame en esta nueva historia a descubrir como será capas Valentina a sobrevivir, tras los intentos de homicidios que sé le presenten y sí podrá descubrir quienes son los que quieren asesinarla.
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capítulo. 03. Un día como cualquier otro
Valentina sé dirige de inmediato pidiendo los helados a la chica, comprando para ella y para también sus guardaespaldas. Estos al ver que Valentina les estaba invitando, no querían aceptar. . Vamos no sé quedan ahí, parecen un par de robots, si no me voy a enojar con ustedes.
Ellos solo sé quedaron viendo unos a los otros, después cada quien tomó su respectivo helado. . Mientras que Valentina y su amiga disfrutaban de su rico helado y platicaban. Entro un chico, de muy bien ver, alto, delgado. Vestía unos jeans negros, camiseta blanca ajustada a su cuerpo.
Se notaban sus músculos muy bien trabajados, abdomen plano, con un rostro casi perfecto sé podía decir. "Hecho por los mismísimos dioses". Que Valentina al verlo sé quedó boquiabierta, ningún chico antes había llamado tanto su atención por completo como este chico.
Georgina enseguida le dice. . Ya amiga sé va a dar cuanta que lo estás viendo como una boba. . a lo que Valentina le responde a su amiga. . No importa amiga que sé dé cuenta, es que está demasiado hermoso para mis ojos.
Valentina había quedado impactada con ese chico que hasta sus guardaespaldas lo habían notado, ella nunca había sido una chica de quedar viendo a nadie así de esa manera.
El chico después de comprar su helado pasó cerca de donde estaban ellas sentadas, dedicándole una sonrisa a Valentina. Está al verlo sé sonrojo, qué el chico, no pudo evitar sonreír nuevamente.
El chico salió del establecimiento, Valentina lo siguió con la mirada hasta no verlo más dando un largo suspiro, colocando una de sus manos sobre su mejilla recargada sobre la pequeña mesa, diciendo. . No creó volver a verlo.
Georgina la quedó viendo desconcertada, llevaban años siendo amigas y nunca la había visto qué sé interesará por algún chico, ni siquiera en la universidad, y eso que habían muchos chicos detrás de ella. . Pero Valentina que fue eso, te comiste a ese chico con la mirada.
Valentina le sonríe a su amiga con mirada pícara. . Amiga nunca había visto a un chico así de guapo. Lástima que no lo vuelva a ver. . Valentina puso cara de tristeza y siguió disfrutando de su helado, cuando terminaron sé dispusieron para marcharse.
Fue entonces que Valentina recordó que iría a haber a su abuelo a la empresa. . Amiga iremos a visitar a mi abuelo a la empresa. Ya sabes que hasta los domingos está trabando.
A lo que Georgina le respondió que sí. Así que sé dirigieron a la empresa, cuando llegaron su abuelo no estaba en su despacho, así que lo esperaron, Valentina sé dirigió hasta él amplió y largo escritorio de manera fina sentándose en la silla, donde solo su abuelo sé ha sentado por más de cuarenta y cinco años, Georgina la queda viendo con una sonrisa para después decirle. . Que bien te ves ahí amiga, te imaginas tú ahí sentada en el lugar de tu abuelo, dirigiendo la empresa.
Valentina cruza sus piernas moviendo la silla de un lado a otro diciendo. . En un futuro tal vez amigo, eso es lo que mi abuelo quiere, por eso estoy estudiando mucho para algún día llegar hacer como él, y sé sienta orgulloso de mí.
Estaban tan distraídas en su plática que no escucharon cuando entró Abraham diciendo. . Hoy me visitan un par de señoritas hermosas.
Valentina enseguida sé levanto y fue donde su abuelo abrazándolo y dándole un beso en la mejilla. . Sabes que eres el mejor abuelo del mundo.
Georgina los quedo viendo con cariño, pues ella no tenía una familia así de unida, pues sus padres sé divorciaron cuando ella era pequeña. Durante ese tiempo sé la pasó un tiempo en casa de su madre y otro tiempo con su padre. Cuando cumplió la mayoría de edad, ambos decidieron que le comprarían un departamento, para que sé fuera a vivir sola.
Pues ninguno de los dos la querían con ellos pues ya tenían sus respectivas familias, y ella ya no podía seguir viendo con ellos.
Ella es dos años mayor que Valentina, tiene un trabajo de medio, está becada, con eso paga sus estudios y sus gastos personales.
Abraham retomó la plática al ver que Georgina sé había quedado en silencio por varios minutos. . Bueno, donde quieren ir a comer, ustedes solo tienen que elegir el lugar.
Valentina sé quedó viendo a su amiga. . Esta vez le toca a Georgina elegir. ¿Qué quieres ir a comer amiga? ¿No? Por mí está bien, lo que ustedes decidan está bien para mí. dice Georgina
Bueno, como no quieres elegir que quieres comer amiga, sé que te gusta mucho la comida italiano, así que iremos a un restaurante italiano. Que te parece. . Georgina sé encogió de hombros y asintió con la cabeza.
Medía hora después sé dirigieron al restaurante, una vez ahí ordenaron cada quien lo que comerían.
Entre pláticas y risas las horas fueron pasando, cuando salieron del restaurante ya casi anochecía.
Llevaron a Georgina a su departamento, después de dejarla y estar seguros que ella estaba bien casa, sé fueron a la mansión, cuando entraron a la casa seguidos de los guardaespaldas que llevaban las compras que Valentina había hecho.
Valentina quedo viendo a su abuelo por unos segundos y después le dijo. . Abuelo después de mi cumpleaños quiero ir al cementerio a llevarles flores a mis padres. No tendré algunas clases por la mañana, así que aprovecharé para ir, y después me voy a la universidad.
Me llevaré a una de las empleadas para que me ayuden a limpias las lápidas.
Está bien hija, ya sabes que puedes ir donde tú quieras, siempre y cuando no vayas sola. . Le dice Abraham con mucha tristeza reflejada en sus ojos.
Está bien abuelo, llevaré mis guardaespaldas, pero yo iré en mi propio auto, y compraré lindos ramos de flores para ponerles. En esos momentos fueron interrumpidos por Rosa. . Señor, la cena está lista.
No Rosa, ve a descansar, hemos comido ya.
Bien, señor.