Sacha, buscando una lectura emocionante, se topa con "Emperador, ¿por qué mataste a mi hermano?", una novela BL donde el emperador, obsesionado con Leo, lo mata accidentalmente al proteger a su hermana adoptiva.
Al terminar la novela, Sacha se ve transportada al mundo ficticio, convirtiéndose en la hermana adoptiva de Leo. Ahora, con el conocimiento del futuro, debe proteger a su hermano del emperador, un hombre que, aunque lo amaba, lo mató por un error trágico.
Sacha se enfrenta a un dilema: ¿puede cambiar el destino de Leo sin sacrificar su propia felicidad? ¿O se verá atrapada en un romance peligroso con el emperador, un hombre que, a pesar de su amor, es capaz de cometer actos terribles?
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En la red del depredador
Él cabalgaba a su lado, como una sombra imponente, impecable incluso en el caos de la cacería. Había algo en su porte, en la manera en que dirigía todo con una sonrisa sutil, que hacía que el ambiente se sintiera cargado, como si la tormenta estuviera al borde de desatarse.
—¿Te sientes cómoda, Sacha? —preguntó de repente, su voz grave rompiendo el silencio.
Ella giró hacia él, obligándose a sonreír.
—Por supuesto, su majestad. Este bosque es... hermoso.
El emperador la observó con una intensidad que hacía que las palabras de Sacha parecieran flotar en el aire sin peso.
—Hermoso, sí. Pero también traicionero. —Sus labios formaron una ligera sonrisa, que no llegó a sus ojos—. Una rama en el lugar equivocado, un caballo asustado, y algo tan pequeño puede convertirse en un desastre.
Sacha intentó desviar la conversación.
—Es por eso que la experiencia es tan valiosa. Estoy segura de que usted no teme a nada en este bosque.
Él soltó una carcajada suave, pero el sonido no era cálido; era como el filo de una daga deslizándose por su piel.
—No temo a los bosques, ni a los animales salvajes. Pero los humanos, Sacha... Ellos son los verdaderos depredadores.
Antes de que pudiera responder, el emperador hizo un gesto rápido, indicándole que lo siguiera. El sonido de los demás nobles y sus caballos se desvanecía, dejándolos en un rincón apartado del bosque.
El emperador detuvo su caballo en un pequeño claro donde un arroyo serpenteaba entre las piedras. Bajó con la misma gracia que un felino acechando, y luego extendió una mano hacia Sacha.
—Baja.
Ella dudó, sintiendo que cada fibra de su ser le advertía que no debía obedecer. Pero no podía permitirse desobedecerlo. Tomó su mano y descendió, cuidando de no tropezar.
—¿Por qué nos hemos separado de los demás? —preguntó, tratando de mantener su tono ligero.
—Porque quería hablar contigo, lejos del ruido. —El emperador caminó hacia el arroyo, pasando los dedos por el agua cristalina antes de girarse hacia ella—. Dime, Sacha, ¿te gusta jugar?
Jhan Darteyu ( Emperador de Darteyu)
Ella parpadeó, desconcertada por la pregunta.
—¿A qué se refiere, su majestad?
—A los juegos de máscaras. Los disfruto mucho, ¿sabes? —Se acercó lentamente, su mirada clavándose en la de ella como si quisiera arrancarle cada secreto—. Tú llevas una muy interesante.
El corazón de Sacha comenzó a latir con fuerza.
—No entiendo a qué se refiere.
—Oh, claro que lo entiendes. —El emperador sonrió, pero la oscuridad en sus ojos la hizo sentir como una presa acorralada—. No he llegado a donde estoy sin aprender a leer a las personas, Sacha. Y tú... —Se inclinó hacia ella, apenas dejando espacio entre ambos—. Eres un enigma que me tiene fascinado.
Ella retrocedió un paso, pero tropezó ligeramente con una raíz.
—Su majestad, creo que deberíamos volver con los demás.
—¿Por qué tanta prisa? —El emperador alzó una ceja, cruzando los brazos mientras la observaba—. Pensé que estabas disfrutando del paisaje.
—Lo estoy, pero...
—Entonces, quédate. —Su tono no admitía réplica.
Sacha sintió un nudo en la garganta, pero no podía permitirse perder la calma. Mantuvo la compostura mientras buscaba una forma de escapar de la conversación sin provocar su ira.
El emperador dio un paso hacia ella, eliminando cualquier distancia restante.
—¿Sabes, Sacha? Las mujeres como tú son peligrosas. No por su fuerza, sino por su habilidad para enredar a los hombres sin que siquiera se den cuenta.
—No entiendo lo que quiere decir.
—No lo entiendes, ¿verdad? —Él alzó una mano y rozó un mechón suelto de su cabello—. Pero yo sí. Tú entraste en mi vida como una chispa, y ahora me encuentro preguntándome si deberías ser protegida... o consumida.
Emperador y Sacha Lin
El escalofrío que recorrió a Sacha fue imposible de disimular.
—Yo no soy nada más que su humilde súbdita, su majestad.
—¿Humilde? —El emperador soltó una risa seca—. Eso es lo más gracioso que he oído en semanas.
Antes de que pudiera responder, el sonido de cascos interrumpió la tensión. Ambos giraron hacia el bosque, donde Leo apareció montado en su caballo, con el rostro cargado de preocupación.
—¡Sacha! —exclamó, deteniendo su caballo bruscamente al verlos.
El emperador lo miró con calma, pero en sus ojos había un destello de irritación.
—Parece que tienes un guardián dedicado.
Sacha respiró aliviada, aunque sabía que esto solo era el comienzo de un juego mucho más peligroso.