Madre Soltera a los 18

Rebecca se detuvo para el beso, estaba muy confundida y desesperada.

Ella le miró sin creerse lo que había pasado, él le acarició la cara mirando sus ojos confusos, Rebeca dejó caer una lágrima, no sabía lo que sentía y su miedo a enamorarse y volver a sufrir llamaba a la puerta de su corazón.

Augusto le limpia una lágrima de la mejilla, sabe que está confusa y asustada, le da un beso como para decirle que no pasa nada, ella permanece inmóvil, baja la cabeza pero él la levanta.

Augusto:Está bien, no te pongas así, sé que estás pasando por muchas cosas en tu cabecita pero que sepas que te quiero y no tengo intención de hacerte daño ni de hacerte sufrir.

Rebecca:No soy la mujer a la que estás acostumbrado, no podrías haber hecho eso.

Ella se aleja de él.

Augusto:Gracias a Dios por eso, no eres la mujer que estoy acostumbrado a ver, pero eres la mujer que busco, la mujer que necesito. Sé que tenemos una diferencia de edad y entiendo si eso te molesta, pero tenía que decirte esto.

Rebecca: No es eso, no puedo Augusto, de verdad que no puedo, no hagas esto más...*habla entre lágrimas.

Augusto se acerca a ella y la abraza

Augusto: Quiero a ti, te quiero tanto, eres todo lo que necesito, lo que he estado buscando durante tantos años. Estoy enamorado de ti, Rebecca, hablo con sinceridad, sé de mis sentimientos y estoy seguro de ello.

No sé lo que te ha pasado, pero sé que hay una herida, voy a sanar todas tus heridas y hacerte feliz, voy a conquistarte, ganarme tu confianza, cuidar de ustedes y hacer que me quieras tanto como yo te quiero a ti.

Analu: Abrazo.

Analu abraza sus piernas mirándolos, se separan, Augusto la levanta y le da un beso en su pequeña mejilla, Rebecca se da la vuelta y limpia sus lágrimas, mira a Analu al recomponerse y besa su mejilla.

Rebecca: ¿Tienes hambre, hija?

Analu: Sí.

Rebecca: Mamá terminará la cena.

Augusto: No pienses demasiado, déjalo suceder, no te lastimaré, Rebecca.

Ella vuelve a cocinar, Augusto va a la sala con Analu, pero no deja de mirar hacia la cocina, viéndola llorando, él no sabía qué hacer, la intención no era esa, sino resolver las cosas.

Rebecca hace algo rápido, se ha retrasado con este acontecimiento, mientras cocina, piensa en lo que ocurrió, su contacto, sus palabras, su aliento cálido, las sensaciones que sintió con su beso, su cariño... fue una sensación incomparable, era algo muy fuerte, intenso, se sentía bien con él pero su miedo era grande, no lo conoce, no sabe lo que ha hecho/vivido, no sabe nada de él, podría conocerlo, pero solo si está realmente dispuesta a tener una relación.

Rebecca estaba confundida, se prometió a sí misma que no se involucraría con nadie más, sería solo ella y su hija, pero ahora ha entrado alguien en su vida que no solo la quiere a ella, sino también a su hija.

Rebecca termina la cena, intenta no creer las palabras de Augusto, intenta hacerlas vanas, pero algo dentro de ella le dice que no lo haga.

Pone la cena en la mesa, Analu corre hacia allí porque tiene hambre, Rebecca la levanta y termina de poner la mesa. Augusto las mira desde el sofá, son las dos mujeres de su vida, Rebecca sienta a Analu en la silla, le pone un babero y prepara su plato.

Rebecca: Come todo, hija.

Analu: Sí.

Rebecca: Ven a cenar.

Augusto se acerca a la mesa, se sientan, él acaricia su rostro y se sirve a continuación. Analu tenía hambre, pobrecita, comía en silencio mirando solo el plato, Rebecca le limpia la boca, pero ella se ensucia aún más, haciendo que ella se ría.

Analu: Carne, mamá.

Rebecca: Voy a cortarte, come despacio.

Analu: Come, tío.

Augusto: Estoy comiendo, pequeña.

Analu: Mira, tío.

Augusto: Termina de comer primero.

Analu: Sí.

Comen en silencio, solo se oye a Analu parloteando, Rebecca no está de humor para jugar, Augusto siempre acaricia su rostro, ella está cada vez más confundida, sus caricias son agradables, pero la confunden aún más y sus sentimientos están pidiendo ayuda a gritos.

Después de la cena, Rebecca recoge la mesa, lava los platos mientras Augusto mira con Analu en la sala, están en el colchón, Rebecca va hacia ellos y se sienta en el sofá, ya que no tiene nada más que hacer.

Augusto le pide que vaya al colchón, pero ella no quiere ir, Analu sigue viendo su dibujo hasta quedarse dormida, se duerme rápidamente y el teléfono queda apartado.

Rebecca arregla la cuna, Augusto lleva a Analu a la habitación, Rebecca le cambia la ropa, aunque esté dormida, le pone su pijama y la cubre con la manta.

Van a la sala, Rebecca está un poco incómoda, así que busca cosas que hacer, Augusto la toma del brazo y la acerca a él, abrazando su cintura.

Rebecca: No hagas eso.

Augusto: ¿Qué sientes por mí?

Rebecca: Nada.

Augusto: Pero quieres sentir, sé que en el fondo lo deseas, de hecho, ya lo sientes, si no, no estarías así. Sé que todo está sucediendo rápido e confuso para ti, porque has sufrido y decidiste no gustarle a ningún otro hombre más. Voy a conquistarte, ganarme tu confianza, solo dame una oportunidad de hacerlo, dame la apertura en tu vida.

Rebecca: ¿Por qué yo? ¿Por qué estás haciendo esto?

Augusto: Porque eres la mujer de mi vida.

Rebecca: ¿Cómo lo sabes?

Augusto: Quiero estar contigo, he deseado este beso durante mucho tiempo, he soñado con este momento. Quiero estar a tu lado cada segundo, cuando estoy contigo me siento completo, feliz, realizado simplemente por estar cerca unos minutos. Cuando te vas, mi vida pierde color, es como si una parte de mí se fuera, es como una broma sin gracia. Si pudiera, dormiría y despertaría a tu lado todos los días solo para ver tu sonrisa por la mañana, no quiero que esta noche termine.

Rebecca: Para, Augusto.

Augusto: Dime qué te ha pasado.

Rebecca: No quiero hablar de eso, creo que es mejor que te vayas.

Augusto: ¿Quieres que me vaya?

Rebecca: Necesito trabajar mañana.

Augusto: Está bien, me voy. No te pongas triste por lo que sucedió, te demostraré que me gustas y que solo quiero hacerte feliz.

Rebecca se acerca a la puerta, la abre y se queda mirando afuera. Augusto coge su celular y se acerca a la puerta. Antes de que ella la cierre, él se acerca y le da un beso en la frente, luego se va. Rebecca cierra la puerta y cae al suelo llorando, su pecho le duele, ella no sabe qué hacer, si debe o no, pero de algo está segura, no quiere sufrir de nuevo.