¿Qué estarías dispuesta a hacer por salvar la vida de la persona más importante en tu vida?
María Bedoya era una joven que a tan corta edad tuvo que salir a trabajar para pagar los tratamientos de su madre que comenzó a sufrir insuficiencia cardíaca después de la muerte de su padre y hermano.
Hasta que todo se le vino abajo cuando le dijeron que su madre estaba cada vez más grave y necesitaba con suma urgencia un trasplante de corazón y la operación salía muy cara
Por lo que envuelta en la desesperación terminó entrando en un mundo de lujuria nocturno vendiendo su cuerpo. La realidad, el placer y el deseo de convertirán en una guerra interna para ella
Pero todo cambia cuando se entera que la persona con la que estuvo por dinero, esa que la llevaba hasta el cielo todas las noches por los placeres que le daba, era nada más y nada menos que Mariano Benítez el médico de su madre y del cual ella estaba enamorada secretamente
¿Qué pasará entre María y Mariano cuando descubran la verdad
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Cap 10 - Solo dos días más
Maria …
Cuando Mariano me dijo de las marcas en el cuello, corrí al baño a mirarme y no podía creer, no me había dado cuenta que ese hombre me había dejado marcas la noche anterior
Comencé a entrar en pánico, sabía que mí madre me interrogaria ahora y no sabría que le iba a decir. Por lo pronto los taparía con maquillaje para que no se vieran, ya que hacía demasiado calor como para colocarme pañuelo en el cuello para cubrirlo
Cómo había dicho antes, mí madre comenzó a interrogarme y al no saber que decirle, preferí salir de ahí y correr hasta mí trabajo, ya iba tarde, así que no quise perder más tiempo
Al llegar al restaurante, me dirijo a cambiarme y luego comienzo a trabajar
Estaba en silencio y trataba de evitarlos a todos por la vergüenza de que me vieran las marcas en el cuello
— Hey hey hey, ¿Qué te sucede? ¿Por qué parece que huyes de todos? — me dice Luli deteniendome en el pasillo
— Yo… nada, es solo que hoy no tengo ánimos para hablar con nadie — le miento
— ¿Por qué siento que me estás mintiendo? — me dice nuevamente
— Ya no importa, dime, ¿cómo te fue en el registro civil? — le pregunto para saber si se divorció
— El muy maldito no apareció, estuve casi una hora esperandolo y jamás llegó, parece que tendremos que ir a juicio. Debo conseguirme un buen abogado, ya que él siendo abogado puede salir ganando — me dice ella
— ¿Y ya has averiguado por uno? — le pregunto
— Si, llamé a algunos que encontré en internet, pero ninguno quiere tomar el caso porque son colegas o conocidos de Fernando — me dice ella con desánimo
— No te preocupes, veré si consigo alguno que no esté relacionado con él — le respondo, ya que recordé que una vez hablando con Mariano me comentó que tiene un hermano que es abogado, tal vez si le pregunto, me pueda ayudar
— ¿Qué tienes en el cuello? — dice agarrándome y pasando la mano
— ¡No! no tengo nada, deja — le digo haciéndome para atrás para que no se acerque a verlo
— María, ¿Eso que tienes en el cuello es un chupetón? — dice sorprendida intentando verlo
— Cállate o te escucharán los demás — le digo avergonzada
— Santo cielos mujer, ven vamos al baño y te lo volveré a tapar con maquillaje, porque el que colocaste ya se está corriendo — me dice y yo instintivamente llevó mí mano a mí cuello para cubrirlo
— ¡Ay no! ¿En verdad se corrió el maquillaje? — le pregunto asustada
— Si, debe ser por el calor en la cocina, pero ven, yo tengo una crema del color de tu piel que no se corre con el sudor ni el calor — me dice tomándome del brazo y arrastrándome hasta el baño
Después de que Lu me colocó la crema, ambas continuamos trabajando
Cerca de las 11 am mí teléfono comenzó a sonar insistentemente, al mirar la pantalla veo que era de la clínica, así que contesto de inmediato
Cuando me dijeron que mí madre había tenido un paro cardíaco y que estaban intentando reanimarla, todo mí mundo se me vino abajo y salí corriendo del restaurante para la clínica
Corrí un par de cuadras hasta que vi un taxi y lo paré para que me llevará. Me sentía agitada, pero no por haber corrido, sino por la desesperación de que a mí madre le pase algo. No podía perderla, ella era lo único que me quedaba aquí.
Saber que mí madre estaba estable y que Mariano hablaría para adelantar la cirugía, me llenaba de alegría
Quería que esto ya terminara, que mí madre se recuperara y poder volver a vivir una vida normal.
Me quedé sentada afuera de la habitación de mí madre por un buen rato, hasta que recordé la conversación con Luli, así que decidí ir a hablar con Mariano para saber por su hermano que es abogado, pero no sabía dónde estaba, por lo que decidí mandarle un mensaje
📨 — Mariano, perdón que te moleste, ¿Estás en tu consultorio? Necesito hacerte una consulta — le mando y enseguida me responde
📨 — Si, estoy en mí consultorio, ven — me pone y me dirijo hasta allá
Al llegar, golpeó la puerta suavemente y enseguida escucho del interior que dicen adelante
— María, toma asiento, ¿En qué puedo ayudarte? — me dice con una sonrisa y yo me siento frente a él
— Te quería hacer una pregunta, Recuerdo que me contaste que tu hermano es abogado, ¿Él vive acá en Cartagena? — le pregunto
— No, mí hermano Natanael vive en Bogotá, ¿Por qué? — me pregunta él con curiosidad
— Bueno, lo que pasa es que tengo una amiga, que se quiere divorciar del marido, y él no le quiere dar el divorcio. La cosa va en que cómo él es abogado, nadie quiere ayudarla a ella a llevar el caso de divorcio — le digo yo con algo de nervios
— Entiendo, no te preocupes, hablaré con mí hermano, le diré que venga para Cartagena unos días y vea el caso de tu amiga — me dice él y yo sonrió feliz, de que me quiera ayudar
— Muchas gracias Mariano, en verdad es muy importante esto — le digo con una gran sonrisa
— ¿Cómo se llama tu amiga? — me pregunta él
— Luciana Aguilar, ella trabaja conmigo en el restaurante — le digo
— Bien, no te preocupes, hablaré con mí hermano y está tarde te confirmo si él puede o no hacerse cargo del caso — me dice él y yo sonrió satisfecha, con eso me ayudaba bastante
— Muchas gracias Mariano, no sabes lo importante que es esto para mí, ella es mí única amiga y por eso quiero ayudarla — le digo agradecida
— Te entiendo, y no me agradezcas, si puedo ayudarte en lo que sea lo haré — me dice él con una pequeña sonrisa y yo me sonrojo por como me mira
— Bueno, te dejo, no quiero quitarte más tiempo, iré a ver a mí mamá — le digo levantándome de la silla
— Espera María, ¿Ya almorzaste? — me pregunta de repente
— No, no he comido aún — le respondo yo
— Te invito a almorzar — me dice con algo de nervios y yo lo miro sorprendida
— Mariano yo… — le iba a decir que no sería conveniente que nos vieran juntos, solo por ser el médico y yo la hija de una de sus pacientes, pero no me dejó terminar de hablar
— Lo siento, lo siento, se que tienes novio, no quiero generarte problemas — me dice mirando para otro lado
— Mariano, ya dije que no tengo novio, solo te iba a decir que no se si sería conveniente, ya que soy hija de una de tus pacientes — le digo para que entienda
— ¿Qué tiene que ver eso? No le encuentro nada de malo que salgamos a almorzar, María me gustas, desde que te conocí prácticamente, me gustas mucho y necesitaba decirlo — suelta de repente dejándome helada
Mí corazón comenzó a latir con rapidez, mucho tiempo había esperado escuchar esas palabras de él, Mariano me gustaba demasiado, pero ya no era una mujer pura y digna de él, mí cuerpo estaba sucio y usado, y si él se enteraba de lo que había hecho, me despreciaría, por lo que era mejor dejar las cosas en claro desde ahora . No teníamos un futuro juntos, no desde que tomé la decisión de vender mí cuerpo para salvar la vida de mí madre
— Lo siento Mariano, no puedo corresponder a tus sentimientos, lo lamento — digo saliendo del consultorio de prisa antes que la angustia y las ganas de llorar me derrumben frente a él
Corrí hasta la habitación que era de mí madre antes de que la trasladarán a terapia y una vez allí me derrumbe por completo, mis lágrimas comenzaron a salir sin control
¿Por qué tuvo que confesarse justo ahora? ¿Por qué todo tenía que ser así?
Solo quedaba hoy y mañana para reunir la plata que faltaba para la operación de mí madre, luego ya no volvería a verlo a Mariano, y tampoco volvería a ese club, todo se terminaba el miércoles, solo debía aguantar dos días más, solo dos días más.