Luca, un omega que ha ocultado su identidad en las sombras del crimen de Verona, es descubierto por Alessandro Moretti, el implacable capo de la mafia. Mientras Luca es arrastrado a un mundo lleno de peligro, traiciones y poder, la atracción entre ambos crece, desatando un juego mortal donde el deseo y la protección se entrelazan. En un entorno donde nadie es lo que parece, Luca y Alessandro deberán decidir si su conexión es una fortaleza o una debilidad que los destruirá.
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capitulo 22 : EL PESO DEL DESTINO
Luca y Alessandro se miraron a los ojos, las sombras que los habían envuelto comenzaban a desvanecerse, pero el eco de sus palabras y visiones aún resonaba en sus corazones. Ambos sabían que lo que habían enfrentado no era solo una prueba del templo, sino una confrontación con sus propios miedos más profundos.
El silencio en la cámara era pesado, pero Alessandro fue el primero en moverse. Dio un paso hacia el pedestal donde el antiguo manuscrito descansaba, sin moverse desde que la prueba había comenzado. Esta vez, no había guardianes para detenerlo.
—Esto es lo que estábamos buscando —dijo Alessandro en voz baja, su mano extendiéndose hacia el manuscrito.
Luca se acercó, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba cómo Alessandro levantaba el viejo tomo. Era más pequeño de lo que había imaginado, con páginas amarillentas y bordes desgastados, pero el poder que emanaba de él era innegable.
Alessandro lo abrió lentamente, las páginas crujiendo bajo sus dedos, y comenzaron a leer juntos. Las palabras estaban escritas en un idioma antiguo, uno que ni siquiera los dos hombres reconocían de inmediato, pero, a medida que pasaban los ojos por las líneas, las frases parecían cobrar sentido, como si el mismo texto se adaptara a ellos.
"Los Destinados están marcados por la luna y el fuego," leyó Alessandro en voz alta, su voz firme pero teñida de una inquietud contenida. "Su unión no solo es sagrada, sino necesaria para el equilibrio entre las fuerzas que gobiernan este mundo. Juntos, traerán destrucción o salvación. El poder que reside en ellos no puede ser ignorado, solo abrazado."
Luca sintió un escalofrío recorrerle la columna mientras las palabras se grababan en su mente. No solo hablaban de poder, sino de una responsabilidad monumental. Desde que había conocido a Alessandro, siempre había sentido una atracción hacia él, algo más allá del deseo físico. Pero ahora, esa conexión cobraba un significado mucho más profundo y peligroso. Estaban entrelazados por un destino antiguo, y cualquier decisión que tomaran afectaría no solo a ellos, sino al mundo que los rodeaba.
—Entonces... nosotros... —empezó Luca, su voz temblando levemente—, ¿somos esos "Destinados"?
Alessandro cerró el libro con suavidad, mirándolo con una expresión que mezclaba preocupación y certeza.
—No es una coincidencia que nos hayamos encontrado —respondió Alessandro—. Sabía desde el primer momento que había algo más entre nosotros. Y ahora entiendo que nuestro destino va más allá de lo que cualquiera de nosotros imaginaba.
Luca bajó la mirada hacia sus propias manos, sintiendo el peso de esas palabras. ¿Cómo podían dos personas cargar con algo tan grande? ¿Cómo podía él, un omega que hasta hace poco solo quería sobrevivir, estar destinado a algo tan colosal?
—Pero hay más —continuó Alessandro, volviendo a abrir el libro en una página más avanzada—. Aquí dice que "los Destinados serán probados, y aquellos que deseen destruir el equilibrio buscarán dividirlos." Esto significa que no solo estamos atados por el destino, sino que hay fuerzas que tratarán de separarnos, de usar esta unión en nuestra contra.
Luca levantó la cabeza de inmediato, su mente regresando a los momentos de peligro en Verona, las miradas llenas de odio y envidia en "El Paraíso", los susurros que habían seguido a Alessandro. Todo comenzaba a encajar. Los enemigos no solo buscaban herir a Alessandro. Buscaban romper lo que ellos representaban juntos.
—¿Qué hacemos entonces? —preguntó Luca, su voz apenas un susurro—. Si estamos destinados a traer o destrucción o salvación, ¿cómo podemos saber qué camino tomaremos?
Alessandro se acercó a él, sus ojos oscuros pero llenos de una determinación feroz.
—Lo que hagamos, lo decidiremos juntos, Luca. No dejaré que nos separen, y no permitiré que nadie use esto en nuestra contra. Este poder es nuestro, y debemos aprender a controlarlo.
El silencio que siguió fue interrumpido solo por el crujir de las paredes del templo, como si el mismo lugar estuviera aprobando las palabras de Alessandro. Pero antes de que pudieran discutir más, un sonido distante, como un estruendo, llegó desde el exterior.
Alessandro frunció el ceño y guardó rápidamente el manuscrito en su chaqueta.
—Tenemos que irnos —dijo, su voz volviendo a ser la de un líder que sabía que el peligro se acercaba—. Algo o alguien nos ha seguido hasta aquí.
Luca asintió, su cuerpo tenso con una mezcla de miedo y adrenalina. Sabía que lo que venía no sería fácil, pero ahora estaba más decidido que nunca a enfrentarlo.
Salieron del templo, la luz del sol filtrándose débilmente a través de las nubes. Pero el paisaje tranquilo de las montañas había cambiado. A lo lejos, figuras oscuras se movían entre la niebla, acercándose rápidamente.
—No estamos solos —dijo Luca, con el corazón en la garganta.
—Nunca lo estuvimos —respondió Alessandro, sacando su pistola mientras se colocaba delante de Luca, protegiéndolo como siempre lo hacía.
Los Destinados ya no podían escapar de su destino. Solo quedaba enfrentarlo.