Amar Entre Dos Mundos. 1

Katy tenía mucho que procesar en solo unos días había descubierto tantas cosas y para nada agradables que se sentía una idiota por confiar ciegamente en Bruno. Estaba tan abrumada caminando por la ciudad, sumida en sus pensamientos, que sin darse cuenta se encontraba frente al cementerio local. La curiosidad que experimentaba por saber donde descansaba su cuerpo fue mucho más fuerte que la razón y por impulso camino entre las tumbas, leyendo las placas, hasta que finalmente encontró su lápida junto con unas flores frescas que descansaban sobre el suave césped. La frescura del lugar por los árboles que se erguían firmes alrededor de la manzana y el olor a violetas hacía más agradable la experiencia de visitar los restos de un ser querido. Katy sentía que algo en su interior vibraba con intensidad, se arrodilló y con manos temblorosas acarició su nombre.

 ⎯ Hola, Katy, soy yo, tu alma.⎯ dice mientras se recuesta sobre el prado y todo su cuerpo se sacude ante los sollozos que salen desde el fondo de su ser.⎯ Perdón, fui una tonta, no cuide mi cuerpo como debía.⎯ agarra el césped tan fuerte que las finas hierbas se deshacen en su puño.⎯ Perdóname, estaba tan ciega de amor por Bruno, que me olvide lo más importante y que toda persona tiene que hacer y es amarse primero a uno mismo ante todo y antes que a los demás.

 Sus espasmos resonaban en todo el lugar, pero ella necesitaba reconciliarse consigo misma, liberar tanta opresión en su pecho. Cuando al fin sintió algo de paz, se limpió sus lágrimas y se recostó mirando el cielo, lentamente una sombra se atravesó en su campo de visión y ella se incorporó para encontrarse con la mirada penetrante de Bruno.

⎯ ¿Qué haces en la tumba de mi mujer?⎯ preguntó sin más rodeos.⎯ Espera un momento, yo te conozco, eres la asistente de Naomi.

⎯ Disculpe señor, no sabía que conocía a mi amiga.⎯ tenía que inventar algo mientras se incorporaba del suelo.⎯ Soy Kasandra.

⎯ ¿Tú conocías a Katy?

⎯ Sí, fuimos a danza cuando éramos pequeñas, éramos muy buenas amigas y hace unos días llegué a la ciudad y quise reencontrarme con ella; entonces fui a ver a sus padres y me contaron del asalto.⎯ por lo poco que Katy sabía, él ya no tenía relación con sus suegros, así que su mentira estaba a salvo.

⎯ ¡Que raro! Ella nunca te nombro.

⎯ La verdad que es extraño, ya que ella siempre me habló de su novio, aunque hace unos años deje de recibir sus cartas, justo después de que se graduó de la universidad.

Esa era justo la época donde su relación pasó a otro nivel y él no dejaba que tuviera amigos. Bruno frunce el ceño, entonces ella se da cuenta que está pensando en cada una de sus palabras y aprovecha la distracción de él y comienza a caminar a la salida.

Él se apresura en dejar las flores, deposita un beso en la fría lápida y se retira. Al llegar al portón ve como Kasandra cruza la calle y va a la parada de colectivos, Bruno cruza corriendo la calle y la mira a los ojos y de repente queda en shock, no se había fijado en su color hasta ese instante.

⎯ Tienes los mismos ojos que mi bella Katy.

⎯ Sí, siempre decían que éramos como almas gemelas.

⎯ Sé que no me conoces, pero algo en tí me da confianza y ahora que veo tus ojos sé que es una señal del destino, realmente necesito hablar con alguien de Katy o me volveré loco. ¿Puedes acompañarme a tomar un café?⎯ él ve como ella duda en aceptar su invitación, entonces en un tono casi de súplica le dice.⎯ Solo necesito desahogarme con alguien. Por favor.

Katy lo mira y ve que realmente está desesperado, entonces solo asiente y lo sigue hasta su auto. Esta era una oportunidad de descubrir al farsante que tuvo como novio y saber porque se deshizo tan vilmente de ella.

⎯ ¿A dónde vamos?

⎯ A mi departamento, ahí estaremos tranquilos y tengo un café exquisito.

⎯ No, no quiero ir a ese lugar. Sí mi jefa se entera que estuve con usted me quedaré sin empleo.

⎯ No te preocupes, ella nunca va a ese lugar. Esa casa es solo mía.

⎯ Mentiroso.⎯ musito entre dientes mientras miraba por la ventana.

⎯ ¿Qué?

⎯ Dije que hermoso, hace mucho que no veía la ciudad.

⎯ Sí, es muy bella.

⎯ Por cierto, ¿no tendría que estar en la excursión celebrando su aniversario?⎯ recordó de golpe la eficiente asistente.

⎯ Mi matrimonio es una farsa, por eso nadie sabe que estamos casados, esa bruja se aprovechó de mi. Ahora debe estar sola disfrutando del hermoso recorrido.

Kasandra busca en su rostro algún rastro de mentira, pero no hay indicio de nada, entonces decide confiar en su palabra para descubrir la verdad. Vuelve a mirar por la ventanilla y comienza a hacer preguntas como toda una detective.

⎯ No entiendo. ¿Acaso no se casó por amor?

⎯ Es complicado, pero te aseguro que no la amo.⎯ contesta y llegan al garaje del condominio.⎯ Ven te prepararé un café, desde que te vi que estas temblando como una hoja. Luego podremos hablar.

⎯ Gracias.⎯ su cercanía es abrumadora y por más que ella intenta controlar sus nervios su cuerpo la traiciona.⎯ En realidad tengo un poco de frío.

⎯Te daré un suéter.

⎯ Debo dejar de mentir o me iré al infierno.⎯ murmuró casi en un susurro inaudible.

⎯ ¿Dijiste algo?

⎯ Solo te agradecí, nada más.

Al llegar a la puerta que alguna vez fue su hogar duda en pasar, pero él amablemente empuja de su cintura y ambos ingresan. Ese simple contacto le produjo una sensación nueva y extraña. El departamento está exactamente igual, su abrigo aún cuelga del perchero junto a su cartera, las fotos de ellos dos están en cada uno de sus portarretratos que con tanto esmero eligieron, en el escritorio aún están sus libros y el trabajo escolar que estaba preparando para la clase de arte. En ese departamento el tiempo se detuvo un año atrás y entonces lo mira a los ojos y él solo agacha la cabeza, al parecer está apenado por la situación y ahora ella no entiende nada.