El Cachorro Del Rey

Kaelen llegó a la recamara donde Astrid y su cachorro estaban, sonrió al ver al pequeño Alain acariciando la cabeza de su mamá, mientras hacía todo el esfuerzo para no dormirse, ambos estaban acostados, Astrid rodeaba con sus brazos a su pequeño.

- ¿Qué haces cachorro? – Preguntó Kaelen con voz baja ya estando al lado de él.

- Papi\, shhh- Dijo el pequeño- A mami le duele la cabeza – Susurro el pequeño lo mas bajo que pudo para no despertar a su madre.

Kaelen asintió y acaricio el cabello negro de su cachorro, luego dirigió su mirada a Astrid, tal vez aun eran efectos de su celo, pero también podía ser por el hecho de que su loba quiere comunicarse.

Astrid, abrió sus ojos lentamente, se encontró con la mirada de Kaelen, sus bellos escarlatas la miraban con ternura.

- Mami\, ¿Te sientes mejor? – Preguntó Alain colocando sus manos sobre las mejillas de su mamá.

- Si\, cachorrito\, gracias por cuidarme – Respondió Astrid soñolienta.

Alain sonrió, sus mejillas enrojecieron, Astrid sonrió ante ese lindo rostro de su pequeño y le dio un beso en la frente.

- Ya es hora de comer\, ¿vamos? – Preguntó Kaelen.

- Iré a lavarme las manos – Dijo el pequeño Alain.

Kaelen lo ayudo a levantarse, luego el pequeño salió corriendo hacía el baño.

- ¿Ya no te duele la cabeza? – Preguntó Kaelen sentándose a su lado.

- No\, bueno\, ya casi no…la voz se ha calmado – Susurró sentándose y frotando su sien.

Kaelen se inclino a ella y llevo su rostro a su cuello, aspirando su aroma, Astrid mordió su labio, pero no lo aparto, él aprovecho para depositar un húmedo beso en ese lugar, donde su marca debería estar.

- Tu aroma es adictivo – Susurro – Cualquier hombre se volvería loco – Agregó y su ceño se frunció\, levanto su rostro para encontrarse con la mirada de ella y sus mejillas estaban sonrojadas.

- ¿Qué pasa? – Preguntó ante la mirada aparentemente molesta del Rey.

- Tengo que marcarte – Dijo – Eres solo mía – Afirmo.

Astrid colocó una mano en la mejilla de Kaelen, su toque hizo que su mirada se suavizara.

- Okay – Respondió.

La idea de llevar la marca del rey, hacía que su corazón latiera con fuerza.

Kaelen sonrió y se inclino a darle un tierno beso en los labios.

- ¡Mami! ¡Papi! ¡Vamos a comer! – El grito de Alain los interrumpió\, él al salir del baño solo se percató de la cercanía de sus padre - ¡Ah! ¡Mami y papi se quieren mucho! – Grito corriendo a ellos y subiéndose a la cama\, para sentarse sobre las piernas de su mamá.

Astrid lo rodeo con sus brazos.

- Así es – Aseguró Kaelen y beso la cabeza de su pequeño – Tanto\, que a lo mejor te demos un hermanito pronto – Continúo.

Astrid lo miro con sorpresa, su rostro parecía un tomate de lo rojo que estaba.

- ¡Si! ¡Que sea una niña! – Grito Alain con emoción\, sus ojos azules brillaban de felicidad.

Kaelen empezó a reír.

**************

Oscar estaba en su oficina analizando el video que grabo cuando Leandro estaba insultando a los padres de Astrid, era claro que no digno de ser un alfa de una manada del Reino Greven, debía mostrárselo a Kaelen en cuanto sea el momento adecuado.

- ¿Por qué los Cameron no tienen el estatus que merecen? – Susurro.

A pesar de que Astrid es la primera mujer desde Chandra Cameron, la familia debía ser una de mayor prestigio, pero no era así, vivían como simples habitantes de una manada.

Dirigió su mirada al acta genealógica.

- Bueno\, hay trabajo que hacer – Susurro. Se encargaría de investigar la historia de los Cameron\, después de la existencia de Chandra y como es que la familia dejo de ser reconocida en el reino.

***************

Alain dejaba que su madre lo peinara, finalmente volvería al colegio, estaba tan nervioso de como sería su nueva escuela, quería que fuera diferente, tener amigos y que no lo rechazaran por ser “raro”.

- Loki\, deséame suerte – Susurro el pequeño.

Astrid sonrió, y beso su frente, ella igual estaba nerviosa por ese día, solo quería que su pequeño disfrutara su nueva escuela e hiciera amigos.

- Cachorrito\, recuerda que de momento no puedes decir quién es tu papá – Le recordó.

Alain infló sus mejillas, su mamá le había estado diciendo eso desde hace unos días, aunque quería decir que tenía a su papi y mami juntos, tenía que obedecerla, por lo que asintió desanimado.

- Será temporal\, hay algunos asuntos de adultos que se tienen que solucionar primero – Astrid beso la frente de su cachorro.

- Si\, mami\, no diré nada\, lo prometo – Comentó.

Los dos salieron de la recamará, antes de ir a la escuela, desayunarían en familia como lo habían estado haciendo desde que se mudaron al palacio.

- ¡Tío Oscar! – Grito el pequeño\, al ver a Oscar al final de las escaleras.

Danilo arqueo las cejas y miró a Oscar con sorpresa, él solo se encogió de hombros.

- ¡Hola\, pequeño! – Oscar cargo en brazos al pequeño Alain\, una vez que termino de bajar las escaleras.

- ¿Quién es él? – Preguntó señalando al rubio.

- Nadie interesante – dijo. Danilo le dio un golpe en la cabeza.

- Mi nombre es Danilo. También seré tu tío – Sonrió Danilo y miro de reojo a Oscar\, quien puso los ojos en blanco.

Astrid solo observo a aquel par, no se imaginaba que el beta y gamma del reino Greven actuaran de una manera tan relajada.

- Está todo listo para llevar al pequeño al colegio – Comentó Danilo mirando a Astrid.

Astrid asintió y miró a los lados, no había visto a Kaelen esa mañana.

- ¿Papi no me llevará a mi primer día? – Pregunto Alain.

Danilo y Oscar dirigieron su mirada a Astrid, esperando que ella supiera como responder.

- Mi amor\, recuerda que tenemos que guardar el secreto\, así que no podrá ser posible – Respondió Astrid acercándose al pequeño que seguía en brazos de Oscar.

- ¿Tampoco se va a despedir de mí? – Preguntó con su mirada triste.

- Tenía una reunión muy temprano…- Respondió Danilo\, su mirada fija en Astrid.

Astrid asintió, ella podía entender la situación, pero para Alain ya era difícil tener que guardar el secreto de quien es su padre.

- Vamos – Astrid lo cargo en brazos\, a pesar de entender la situación\, estaba un poco molesta con Kaelen.

Astrid llevó a Alain al colegio, acompañada de Danilo y Oscar, aunque Danilo se adelanto en su propio coche, el pequeño Alain había entendido de alguna manera que su papá, no había podido estar esa mañana con él, pero aun así no podía evitar sentirse triste.

- Pasaran primero a la oficina del director – Dijo Oscar mirando su teléfono.

- Okay – Respondió Astrid sin tomar importancia\, solo estaba mirando a su pequeño desanimado.

Oscar los escoltó hasta la oficina del director, por supuesto que Astrid y Alain llamaron la atención al ser acompañados por el Gamma del Rey, y aunque ella se sentía algo incómoda el Gamma parecía despreocupado por la situación.

- Disculpe\, Gamma – Dijo Astrid caminando a su lado\, llevaba de la mano a su cachorro – No creo que sea buena idea que usted nos acompañe…- Comentó en voz baja.

- Descuida\, todo ya está arreglado – Respondió Oscar sin tomar importancia. – Muy bien\, pueden pasar\, los espero aquí – Dijo y abrió la puerta de la oficina de la dirección.

Astrid entró con Alain a la oficina y Oscar cerró la puerta una vez que entró.

- ¡Papi! – Alain soltó a su mamá y corrió a él\, que estaba en medio de la oficina.

Kaelen recibió a su cachorro muy alegre, lo cargo y lo abrazo con fuerza.

- Mi cachorro – Dijo con ternura.

- ¿Qué haces aquí? – Astrid se acercó\, sin evitar sonreír.

- Vine a ver a mi cachorro\, en su primer día de clases – Respondió\, colocó una mano alrededor de la cintura de ella y le dio un beso en la mejilla.

- Papi\, pensé que estabas muy ocupado… - Dijo el pequeño\, mantenía sus manos sobre las mejillas de él.

- Jamás para mi cachorro- Dijo y beso su frente.

Alain abrazo a Kaelen, su tristeza se había desvanecido, pues su papá estaba ahí.

- Te quiero\, papi- Dijo el pequeño dándole un fuerte abrazo.

Tocaron el timbre, esa era la señal de que Alain debía ir a clases ya.

- Bien\, mi amor\, pórtate bien y diviértete – Astrid le dio un beso en la mejilla.

- Gracias mami\, te amo – Respondió Alain devolviéndole el beso a su madre.

Los tres llegaron a la puerta, al abrir Oscar estaba ahí con una gran sonrisa.

- Cachorro\, ten un gran día- Kaelen le dio un beso en la frente y luego lo bajo de sus brazos.

Alain salió de la oficina.

- Te veré en la oficina – Le dijo Kaelen a Astrid.

- Si – Respondió.

Ella pensaba llevar a su cachorrito hasta su salón de clases, continuaron su camino, acompañados de Oscar.

Ahora Alain estaba diferente, pues con ver a su papá, lo hizo feliz y sentirse listo para su enfrentar su primer día de clases.

- Te amo\, mi amor\, te veré más tarde – Astrid se inclino a la altura de él\, acarició su mejilla podía ver los nervios en el rostro de su pequeño.

- Si\, mami\, estaré bien – Dijo el pequeño – ¿Me das un abrazo? Necesito fuerzas…- Susurró con una tierna sonrisa.

- Si\, mi cachorrito – Le dio un fuerte abrazo y unos besos en sus mejillas.

Alain rio y después entró a su salón de clases.

- Va a estar bien – Dijo Oscar al ver como Astrid no dejaba de mirar a su pequeño con preocupación.

- Lo sé – Le dirigió la mirada – Es hora de ir al trabajo\, no quiero llegar tarde\, ya falte mucho – dijo y empezó a caminar hacía la salida.

- Ah\, bueno\, por lo menos mi futura reina es responsable – Susurro.

Oscar antes de marcharse dirigió su mirada hacia el salón de Alain, él estaba ya con la maestra a punto de ser presentado, podía ver lo nervioso que estaba.

**********

- El día de hoy\, tenemos un nuevo compañero- Dijo la maestra del grupo.

Alain mantenía su mirada baja, su pequeño cuerpo temblaba de miedo, por tener la mirada de todos sobre él.

- ¿Te quieres presentar? – Sugirió la maestra\, inclinándose a la altura del pequeño.

- Si… - Susurro girando su mirada a la maestra\, era de cabellos castaños y ojos oscuros\, bonita y se veía muy amable.

- Adelante – Dijo la maestra acariciando su cabello negro.

- Mi nombre es Alain Cameron\, espero hacer amigos – Se presentó el pequeño mirando a todo el grupo\, soltó un gran suspiró al ver que todos lo miraban. – Loki…- susurró.

Loki no respondió, pero observaba todo, el deseo de hablarle al cachorro era inmenso, sin embargo, debía contenerse, pues no quería seguir dañándolo.