La Odisea De Una Flor Perdida

Por más que mis intentos fallaron, durante esos 3 años seguí tratando de escapar de esa isla. En uno de esos intentos desesperados por escapar exploré la isla en busca de una salida, encontrando tan solo más mar del otro lado.

—Whoa, del otro lado de la isla hay más agua, quien iba a pensarlo jajaja

“¿En serio no hay forma de escapar de aquí? ¿Voy a quedarme aquí para siempre?” Pensé en shock mientras miraba el mar

Por más que lo intentara no pude escapar de esa isla, había perdido todo lo que amaba, mi planeta… Mi esposa… Mi vida… Ya no me quedaba nada.

—Oye, aún me tienes a mí, sé que quieres salvarla pero hay veces en la vida en las que simplemente no puedes hacer nada —dijo, intentando consolarme mientras se sentaba a mi lado—. Lo sé, porque yo viví sola aquí toda mi niñez así que, dime qué te parece si rehacemos nuestras vidas aquí, solo nosotros —me agarró de las manos—. Sin naves, sin Flor, solo una princesa —me acarició la mejilla—. Y su capitán

—Roxy…

—Yo… —respiró hondo para obtener fuerzas para hablar—. Te amo, eres todo lo que siempre he soñado y que ahora estemos en el lugar que me vio nacer, es un sueño hecho realidad

—Pero yo amo a otra persona

—Lo sé, sé muy bien cuánto amas a Flor pero podemos solucionarlo, si me das la oportunidad

—Roxy —dije, sujetando sus brazos—

—Solo dame una oportunidad

—Lo siento —me disculpé mientras la abrazaba—.

—¿Por qué? ¿Por qué te aferras tanto a ella?, ¿Que tiene ella que no tenga yo? —sollozó en mis brazos—. ¿Por qué no puedes amarme a mí? ¿Por qué?

—Roxy, te amó más de lo que crees pero no de esa forma

—¡Odio haberme enamorado de ti! ¡¿Por qué siquiera me enamore?! ¿Por qué?

—Se que algún día vas a encontrar a alguien más, eres una gran mujer, así que no llores por mi

—¡Tonto! ¡Pero yo solo te quiero a ti! ¿No lo entiendes? Solo te quiero a ti

—Sí, pero una sabía mujer me dijo que hay veces en la vida en las que simplemente no puedes hacer nada —respondí riendo de manera nerviosa—

—Te odió… —se quejó— ¿A quién engaño no lo hago? Quiero hacerlo pero no puedo, mi corazón no puede —añadió en voz baja—.

A pesar de haber rechazado los sentimientos de mi compañera, ella siguió ayudándome en mis intentos de escapar. Me sentía mal por ella, me daba pena verla llorar por su amor no correspondido, tanto que incluso llegué a pensar en sus palabras.

Quisiera o no, había la posibilidad de jamás volver a ver a Flor, y a mi familia. Tal vez la respuesta era no quedarme en el pasado y dejar de pelear como ella tanto me pedía.

Una parte de mí quería hacerla feliz, corresponder su amor y resignarme a la vida que los dioses habían dado como castigo pero por más que lo pensara sabía que no podía traicionar a Flor de esa forma y que jamás podría ser feliz en esta isla, pues no era mi hogar. Roxy tampoco era la mujer que amaba.

Debía seguir peleando, solo así podría alcanzar mi propia felicidad con mi amor y en mi hogar. Y así hice, durante más de 2 años casi 3, cuando en uno de mis intentos de huir en barca fracaso, vimos como una nave aterrizaba en la isla.

Sin pensarlo corrí hacia la nave, sollozando de euforia, recorrí media playa, me caí varias veces en el camino pero pude llegar hasta la nave. Roxy por otra parte tan solo se quedó sentada mirando al horizonte, abrazándose a sí misma.

La compuerta se abrió, dejando ver a nuestros compañeros que venían a sacarnos de nuestro encierro. Hermes rápidamente voló hacia mí para extender su mano hacia mí, mientras que Erik me ignoró y corrió hacia Roxy para ver qué estuviera bien.

Al ver a Hermes de nuevo, no pude evitar saltar hacia él para abrazarlo con fuerza mientras lloraba de felicidad.

—Humanito, jaja, no llores, hemos venido a sacarlos, al parecer mi hermana convenció a mi padre de liberarte y ya no te preocupes por Poseidón y Hera, ellos ya no molestaran

—Gracias… —murmuré—.

—No hay de qué y respecto a tu esposa, bueno, aún tienes tiempo, para ir a salvarla aunque no tienes mucho tiempo dudo que Rho Mar siga esperando que ella termine de tejer su último regalo para ti

 —¿Pero cómo llegaremos? Estamos a millones de años luz de Andrómeda —dije separándome de Hermes—

—Bueno, ahora tenemos su ayuda —Hermes apuntó a un búho que estaba quieto encima de la nave—. Ella es quien guiará para llegar con Rho Mar, aunque nuestro objetivo ya no es Andrómeda

—¿Qué? Pero…

—Según ella no llegaremos a tiempo a Andrómeda por ende, vamos a interceptar la nave donde transportarán a tu esposa y sus amigos

—Hmm, de acuerdo, entonces subamos a la nave y salvemos a Flor de una vez por todas

Nos subimos una última vez a una nave pilotada por Erik para dirigirnos nuevamente hacia nuestro destino. Tal y como había dicho Hermes, Rho Mar se había hartado de la larga espera de la condición que Flor le había puesto, por lo que los guardias del zoológico entraron a la habitación de ella para sacarla a la fuerza.

—¿Qué? ¡Oigan! ¡Aún no terminó! ¡Aún no terminó el regalo para mi Stan!

—Ya te dimos 2 años estelares, es suficiente tiempo para nosotros

—Y el señor Mar se ha cansado de esperar, así que ahora vendrás con nosotros a la subasta

—Jaja, los compradores amarán a esta Titan, llevan 2 años estelares esperándola

—Sin duda, esperemos que alguien muy rico te compre, Nova Kal

Rho Mar confiado y seguro de que nadie podría detener la subasta que lo haría deshacerse de una de las pocas personas que podrían arruinar sus planes de restaurar su planeta con aquel cometa, emprendió su viaje hacia un planeta cubierto por la nieve.

—Díganme, Nova Kal y los otros especímenes están estables

—Sí, capitán Mar, todos se encuentran en sus jaulas sedados e inconscientes

Antes de que Rho Mar pudiera responder, los radares de su nave habían detectado a una pequeña nave que se aproximaba hacia ellos, lo que le causó curiosidad.

—¡Capitán! ¡Una nave del inframundo se aproxima!

—¿Qué? ¿Quiénes son los tontos que se aproximan?

—Al parecer son tres ordereanos, una elfereana y un…

Pero esa curiosidad no tardó en transformarse en confusión…

—Un humano… Capitán

—¿Qué? ¿Un humano? Imposible…