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PREFIERO SER UNA SUSTITUTA.

PREFIERO SER UNA SUSTITUTA.

Status: Terminada
Genre:Posesivo / Arrogante / Traiciones y engaños / Sustituto/a / Amor-odio / Enfermizo / Completas
Popularitas:3.1M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Frida Escobar

"Después de un accidente devastador, Leonardo Priego se enfrenta a una realidad cruel: su esposa está en coma y él ha quedado inválido. Con su hija de 4 años dependiendo de él, Leonardo se ve obligado a tomar una decisión desesperada; conseguir una sustituta de su esposa. Luna, una joven con una vida difícil acepta, pero pronto se da cuenta de que su papel va más allá de lo que imaginaba. Sin embargo, hay un secreto que se esconde en la noche del accidente, un secreto que nadie sabe y que podría cambiar todo. ¿Podrá Leonardo encontrar el amor y la redención en esta situación inesperada? ¿O el pasado y el dolor serán demasiado para superar? La verdad sobre aquella fatídica noche podría ser la clave para desentrañar los misterios del corazón y del destino".

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Revelaciones y tensión.

—¿Qué? —le pregunto, y él reacciona, soltándome para que pueda bajar.

Camino hacia donde la comida está por quemarse. En mi cabeza quedan muchas dudas, y hasta el hambre se me fue.

Se escucha la puerta abrirse. Creo que es Leonardo yéndose, pero escucho a alguien hablar.

—¿Qué haces en esta cueva? —dice.

—¿Qué mierda quieres? —responde Leonardo.

—Tengo rato buscándote —dice la otra persona, y de un momento a otro ya no hablan fuerte, bajan la voz.

Termino de servir la comida y como, pero no se escucha nada. Cuando terminé, lavo los trastes y, de pronto, se escuchan carcajadas de la otra persona.

Salgo y veo a quien menos pensaría: es su supuesto abogado.

—Buenas tardes, señora —me dice serio, como si no hubiera escuchado sus carcajadas. No tiene sus lentes puestos.

—Los dejo —les digo yendo al cuarto, y me meto a bañar.

Salgo con un vestido sencillo, y ellos siguen en la sala. Voy a la cocina por un vaso de agua de fruta natural.

—¿Me puede regalar una botella de agua? —me pregunta el supuesto abogado, serio. ¿En serio sigue fingiendo? Ve mi vaso, como que quiere decirme algo, y noto que ya trae los lentes puestos.

—¿Qué toma? —le pregunto.

—Agua de limón —me responde.

—¿Me regala un poco? —me pregunta. Me sorprende, pero voy por un vaso y le sirvo agua. Se lo doy, lo toma.

—Gracias, está muy rica —me dice.

—Ricardo, ¿vienes? Puedes venir aquí —escucho que grita Leonardo, y él no duda en irse.

Escucho la puerta abrirse. Cuando salgo a la sala, ya no están ahí. En el sillón están sus lentes. Abro la puerta y ellos están afuera.

—Deja de estar jodiendo —le dice Leonardo, y él se ríe sin pena. La gente que pasa los voltea a ver.

—Eres un pinche cabrón —le dice el abogado riendo más fuerte, y yo camino hacia ellos.

—Se le olvidaron sus lentes —le digo, y él los agarra poniéndoselos. Como si fuera otro, o sufriera de doble personalidad, habla tranquilo.

—Gracias, señora. Señor Leonardo, con su permiso —dice. Me cruzo de brazos viéndolo mientras sube a su carro y se va. Parece que quiere decir algo, pero como lo estoy viendo, se va.

Regreso adentro y recojo el vaso para lavarlo.

—Iré por unas cosas. ¿Por qué no vas para que compres un vestido? —dice Leonardo, y la verdad sí quiero. Si voy a ir mañana, quiero verme bien. Más que nada, quiero ver la cara de mi prima y mi tía cuando me vean llegar. Al mal tiempo, buena cara, bien dicen.

Asiento y voy por mi bolso. Lo sigo y subimos a su carro. Mi celular vibra con un mensaje: es Limber.

—Hola, ¿todo bien? —me pregunta.

—Sí, luego hablamos —le respondo, guardando mi celular.

Llegamos a la tienda y me enamoro de todos los vestidos. Veo las etiquetas, y los precios me dan taquicardia. Él está viendo corbatas, y me acuerdo de cuando acompañaba a mi padre. Me gustaba comprarme vestidos del color de la corbata de mi padre, o viceversa. El recuerdo me hace un nudo en la garganta.

Sigo viendo los vestidos. Hay uno en especial. Miro el precio, y lo vale. Me lo mido por encima y creo que sí me queda.

—Señorita, se lo puede medir —me dice la que atiende, y me señala el cuarto de cambio.

Camino para probármelo y, como si estuviera hecho para mí, me queda perfecto. Me levanto el cabello viendo cómo se me vería con el cabello recogido. Mi reflejo me gusta de esta forma. Sonrío. El vestido hace que mis pechos parezcan más grandes y tiene una abertura que llega hasta mi pierna.

Me lo quito y me vuelvo a poner mi ropa. Salgo con el vestido, y la encargada lo recibe llevándolo a caja. Busco mi tarjeta en mi cartera, pero cuando llego para pagar, me dicen que mi esposo ya pagó.

Caminamos a la salida y le hablo.

—¿Puede darme un número de cuenta para que le transfiera lo del vestido? —le digo, y él no dice nada.

Llegamos a una zapatería y elijo las zapatillas perfectas. Él también las paga. En el elevador, llegamos a la parte de arriba. Pide la carta y ordena. Yo igual. Comemos en silencio.

—¿Algo más? —pregunta, y pido un postre.

Cuando terminé, regresamos al auto. No me gustan los silencios.

—Estaba recordando que creo haberlo visto en una fiesta hace como dos años —le digo, y siento cuando él se tensa—. ¿Era tu padre el señor que estaba contigo? —le vuelvo a preguntar, y él solo aprieta su puño—. No conozco a tu padre, solo a tu madre —le digo.

—¿Estás segura de que no lo conoces? —me pregunta viéndome. Lo dice irónicamente. Nego, ya que solo lo vi una vez.

—Tenía tratos con tu padre —me dice.

—No sabía con quiénes tenía tratos mi padre —le respondo.

—Por lo que sé, viajabas seguido al extranjero con él —me suelta, con un tinte de ironía.

—Solo cuando debía acompañarlo —le digo.

—¿Vas a decir que hace un año no estuviste en el extranjero? —me dice, viéndome molesto.

—No, lamento decirte que hace un año mi padre falleció. Estaba muy enfermo, así que ni él ni yo salimos. No sé a qué viene todo esto —le digo, y llegamos a la casa.

Le ayudan a bajar y yo bajo por mi lado. Entro con mi vestido y la caja de zapatillas. Las dejo en el ropero y escucho a alguien hablar afuera.

—Los vimos comprando y decidí seguirlos —dice Yesenia, y me asomo. Efectivamente, es ella.

Salgo y veo a Limber sentado en el sofá, viendo todo alrededor. Me acerco, y ella se sienta con él, abrazándolo.

—Quiero ir a la boda de Estrella para ver ideas para cuando me case con Limber —dice, y me vuelvo a sentir incómoda.

—No entiendo cómo Limber es vecino de ella y tú con él no se conocían. Es raro —dice ella.

—Tengo entendido que mi esposa siempre estuvo enamorada de su vecino, ¿no es así? —pregunta Leonardo, y evito ver a Yesenia por la pena.

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Yesica Colque
Aaay dios se que es una novela..pero me enferman esas tipos de mujeres estúpidas como actua Luna..arrastrada a Leopardo..le gana mas su calentura que otras cosas..
Yesica Colque
Me encanta cuando hay fotos Autora...da mas satisfacción leer
Norma Gonzalez
naaa, si quiere y amó a la prostitudigolfa, no le tembló la mano para matar a los demás y a ella le está alargando la existencia.
Norma Gonzalez
lo gacho es que escogió a Luna no nadamás para vengarse, si no porque se parece a Sofía, que ojete y la maldita pelirroja.
Norma Gonzalez
lo gacho es que escogió a Luna no nadamás para vengarse, si no porque se parece a Sofía, que ojete y la maldita pelirroja.
Norma Gonzalez
casi segura que Danita, no es hija de Leonardo, es su hermana .....la prostitudigolfa lo engañó con el puerco del padre.
Norma Gonzalez
vaya hasta que alguien le habla, de la prostitudigolfa que está en coma.
Norma Gonzalez
la maldita prima, se hace pasar por ella ...y maldito del padre prefirió más a las zorras que metió a su casa, que a su hija y la tía era su cuñada hermana de su mamá, a la mejor y hasta mataron a la pobre señora.
Maria Soledad Sama Sanchez
la novela arranca con ella viviendo en su casa con su madrastra y estrella
Maria Soledad Sama Sanchez
y la hermana Yesenia....le habla como si la ex fuera re cruel...era en realidad ella...Dios que enredo
Fanny Astrid Durango Orozco
excelente trabajo, muchas bendiciones
Fanny Astrid Durango Orozco
felicitaciones excelente trabajo , muchas bendiciones
Enna Coromoto Gil
súper buena la novela, me encantó de principio a fin, felicitaciones
Itzel Duran
me encantó 🙌 super entretenido y muy bonito y bien desarrollada la historia mis respetos para la escritora, como fue hilado cada historia, de los personajes 👏❤️
Carmen Salgado
,me encantó sigueasi
Carmen Salgado
linda me encantó sigue así bendiciones
Carmen Salgado
muy buena gracias autora felicitaciones.
Ana Maria
Bellisimaaaaa historia!!!.... No podía dejar de leerla...
Muy buena... Felicitacionessssss autora!!!...
🥰rivas
Dana es hija del viejo
Adriana Romero
Se juntó el hambre con las ganas de comer, son dos ✌😳😵locos de atar, Sofia y Alejandro van a terminar o muertos o en un psiquiátrico
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