Shania San Román está pasando por un momento difícil. Aunque es una mujer casada, parece soltera y su suegra es mas como una madre. Sin embargo ella no puede darse el lujo de querer a nadie, todos solo la aprecian por su fortuna, por su patrimonio o ¿NO?.
Ese marido inútil servirá para algo o ya no tiene remedio.
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Cap. 13 ¿Y la cena?
Mientras tanto, en un hotel de mala muerte, Joaquín San Román destrozaba una habitación. Sobres con fotos de su "hija" Caterina y su hijo Mateo.
Grabaciones de Mateo diciendo. —Pensabas que ella era tu sangre, pero igual la violaste—.
El último golpe fue un examen de ADN que demostraba que Caterina no era su hija. Su teléfono sonó. Un número desconocido.
—¿Quiere saber quién es el padre real de Caterina? —la voz de Ágata era un susurro cruel
—Pregúntele a tu difunta amante… o mejor, mire las fotos del colegio de su querido hermano.
*_*
Esa noche Shania llegó, ser sacó sus tacones y se fue a su habitación descalza y con cara de “a mí no me importa nada”. Camilo se quedó ahí desconcertado….
¿Y la cena?, ¿Y las risas?, todo había quedado en silencio, nana Loti miraba la situación y supuso que Camilo había metido la apta de nuevo.
Marta y luisa se fueron a prepararle la cena al señor, aprecia que no habría huracán rosa esa noche. Camilo comió en silencio, revolvía la comida con desánimo y no tenía esa sazón deliciosa que Shania le había puesto.
Al día siguiente, Shania bajó reluciente como un sol y Camilo estaba todo ojeroso, no había dormido bien pensando en la razón de la indiferencia de esa nena endemoniada. Tampoco hubo huracán rosa en la mañana y solo desayunó café con huevos revueltos y tostadas. Se decidió, la arrinconará y aclararía esto, pero no sabía que esa belleza le daría la reprimenda de su vida por ser un mujeriego, nunca nadie selo había dicho de esa forma.
El silencio era tan espeso que hasta los cubiertos sonaban demasiado fuerte. Shania, sentada frente a Camilo, bebía su café con una calma aterradora.
Sin delantal de flores. Sin waffles en forma de corazón. Sin canciones ni risas. Solo huevos revueltos fríos y una mirada que podía cortar diamantes.
Camilo, con ojeras profundas, rompió el hielo.
—¿Vas a decirme qué pasó o voy a tener que adivinarlo? —dijo, intentando verse tranquilo y un poco apático.
—Carolina —Shania dejó la taza lentamente.
—Ah, ¿esa es la razón? —Camilo se rio, incómodo.
—No es nada, solo una ex. Ya te encargaste de humillarla ayer —sonrió tranquilo como si esto estuviera resuelto.
Shania se levantó de golpe, las manos temblando.
—¡¿No es nada? ¡Ella entró a tu oficina como si todavía tuviera derecho a estar ahí! ¡Y tú, en vez de echarla, la dejaste esperando! —Camilo parpadeó. ¿Era eso… celos?
—Shania, no significa nada… —su voz con más contradicción que nada.
—¡Y luego está Daria! ¡Y la pelirroja esa de Francia! ¡Y la modelo que te mandó fotos ayer! —gritó, sacando su teléfono y mostrando una notificación.
—Milo, ¿te gusta este ángulo? 😘 —con una foto explícita. Camilo parpadeó, su cuenta estaba duplicada y Shania podía ver todo. ¿Cómo hizo eso?
Shania respiró hondo, bajando la voz a un susurro venenoso.
—No soy tu madre. No soy tu niña bonita. Y definitivamente no soy una de tus putas descartables —dijo mirándolo a los ojos como un gran felino al borde de atacar.
Camilo palideció.
—Yo nunca… —Camilo por primera vez sintió el verdadero terror.
—¿Sabes lo peor? —interrumpió, acercándose hasta que su aliento le quemó los labios.
—Que sí me gustas. Y eso me da asco —dijo entre furia y tristeza, pero había también reticencia a sentir lo que sentía por Camilo y eso le dolió a él, le quemó como brazas en el pecho.
Mientras Shania salía tirando la puerta, Nana Loti apareció con una bandeja.
—Mi niño… ¿Nunca se te ocurrió que una mujer como ella sí puede elegir? —dejó caer un sobre con fotos viejas. Shania rechazando a un príncipe saudí, Shania quemando una oferta de matrimonio de un magnate.
—La señorita no necesita tu dinero. Solo quería verte intentarlo —todo el día, Camilo era como un bloque de hielo, estaba pasmado, estupefacto, halagado por las palabras de Shania y herido por lo que dijo después de eso.
En la empresa Camilo estaba como un témpano de hielo, estaba como muerto y parecía que se le hubiera ido la vida.
Jonás lo miraba y negaba con la cabeza, ese amigo suyo era un tonto y está seguro de que ha metido la pata.
—¿Qué te pasa?, ayer eras un hombre gentil y hasta cálido, hoy pareces casi muerto —dijo mirándolo con expectación.
Camilo lo miró por un rato y se negó a decir nada.
—No pasa nada, son solo tus impresiones —dijo tratando de ser elocuente.
—¿Mi cuñada está molesta por el desfile de tus ex? —dijo sonriente dando en el clavo rotundamente.
—Bastardo —dijo Camilo mirándolo con reproche, ese chismoso siempre estaba en todo.
—Ya…, ya, no seas sensible. Escúchame, es normal que la cuñada esté enojada contigo. No eres un hombre de relaciones formales, si bien no eres del tipo que engaña a varias mujeres, sino más bien, les dejas en claro que solo son amigos con derechos.
—No deja de ser fastidioso, ella es menos tolerante que otras y es la esposa, no seas ridículo, si quieres algo con ella debes saltar a la piscina, si está llena o vacía, eso ya se verá después —dijo Jonás saliendo de la oficina, Camilo no es de hablar mucho de eso, es más de reflexionar en silencio, así que lo dejaría meditarlo, cuando este listo sabe que se lo va a decir.
El día era largo, Shania no se apareció ni porsiacaso. Camilo miraba su celular a cada minuto esperando que alguien le diga que su esposa estaba llegando a la oficina, o de esa nena endemoniada pidiéndole algo para que ella haga alguna alquimia, mejor dicho, cena.
Pero nada había llegado, no sabía nada de ella y sabía que enviarle un mensaje sería más una angustia para él esperando respuesta, que una claridad para ella.
—¿Jonás…, que crees que debo hacer? —dijo en cuanto su amigo entro sabiendo que lo habían llamado, para el tema de Shania.
—Bien, es hora de que decidas arriesgarlo todo por ella, no es fácil, ella tiene carácter y te va a dejar en cuanto lo arruines todo, así que déjala que te guie, tú estás seco, no sabes como enamorar, ya o sabes como ser gentil, déjala que te guie, se sincero, pregunta, es mejor que te equivoques por lo que ella dijo que por lo que ella no dijo —Jonás habló elocuente y hablaron por un largo rato.