La Luna De Los Gemelos

Sophia volvió a tocar la puerta de la casa, pero de nuevo nadie la recibió, la noche ya estaba empezando a caer y no sabía como hacer para poder cargar con todo. Ya sin una sola idea en mente, decidió enfrentarse a Lauren y de última regalarle el pastel para evitar enojos mayores.

Paso por una carnicería y luego por una verdulería, todavía tenía pendiente llevarles un regalo a los lobos que la habían cuidado la noche anterior y quizás para estar más tranquila volvería a dormir con ellos.

Por suerte en su casa no había nadie, subió rápidamente las escaleras para dejar todo bien escondido en su habitación y luego bajo para poder cocinar el platillo qué quería. Una vez que estuvo todo listo, se abrigó con bastante ropa y salió con una fuente por la puerta de la cocina, abrió la puerta de la verja y se adentró en el bosque. Una vez que estuvo más o menos cerca de donde los había encontrado silbo con todas sus fuerzas, espero un buen rato, pero nada ocurrió. Se sentó en una roca y espero paciente, silbaba a cada rato esperando que ellos llegaran, pero cuanto más frío se ponía el lugar, más dudaba de que aparecieran. ¿Quizás se habían quedado con su compañera? ¿Quizás no podían escucharla? No eso no era cierto, ellos tenían el sentido del olfato y del oído muy desarrollado.

El cuerpo ya le estaba pesando y decidió que lo mejor era volverse a su casa, justo cuando se había bajado de la piedra, un sonido la alerto, al darse vuelta los vio, ambos estaban mirándola atentamente, se notaba como jadeaban como si hubiesen corrido una gran distancia y algo dentro de ella se alegró de que al menos esos majestuosos animales quisieran estar cerca.

Les traje comida, aunque esta fría supongo que les gustará- les dijo mostrándoles la bandeja de vidrio que tenía en sus manos -no tiene condimentos ni nada que pueda dañarlos, es carne con verduras qué son excelentes para su pelo y sus órganos- les explico cuando ambos se acercaron a olfatear.

No tardaron mucho en devorarse todo el contenido de la fuente, ella estaba feliz de verlos comer con tanta efusividad, al menos su regalo había sido bien recibido. Cuando terminaron, se abalanzaron sobre ella y le pasaron la lengua por toda la cara agradeciéndole el gesto de darles de comer.

¿Puedo dormir de nuevo con ustedes?- esa pregunta los descolocó. Los gemelos querían pasar todo el tiempo posible con ella, pero no eran tontos, sabían que escapaba de algo y ponerse en peligro de esa manera no era bueno.

"Deberíamos transformarnos y decirle la verdad, Alec"

"¿estás loco? Todavía no está preparada para esto"

"¿Dejaremos que duerma todas las noches a la intemperie con nosotros?"

"Es peligroso, si nosotros revelamos nuestro secreto y ella se asusta la perderemos"

"Ella nos quiere"

"si como lobos, no como humanos"

Alec se acomodó en el piso dándole a Sophia el espacio para que se acueste y una vez que lo hizo, Jack se acomodó de manera que ambos pelaje la cubrieran del frío. No tardo mucho en dormirse, la comodidad y la confianza que les tenía era abismal.

"Esto está mal, debería estar durmiendo en una cama"

"¿crees que no lo sé?"

"Si le dijéramos la verdad la llevaríamos a vivir con nosotros"

"Si le decimos la verdad y ella se asusta y huye pondríamos en peligro a la manada"

"Si ella viene al bosque y se cruza con Pícaros en vez de con nosotros ¿has pensado en eso? Ella cree que todos los lobos son buenos ¿cómo va a distinguirlos?"

"¿podríamos decirle a Luca que la asuste?"

"¿Y arriesgarnos de que se suicide? Recuerda que ella esperaba que la matáramos"

"Tienes razón"

ambos lobos la vieron dormir durante toda la noche, era cierto no podían seguir permitiendo esto, todavía no había podido recabar la información necesaria para al menos saber como proceder con ella y ya la habían asustado cuando se le declararon en la cafetería.

El día llego con más velocidad de lo que ellos hubiesen preferido, Sophia escucho la alarma de su celular sonar y se despertó feliz entre los cuerpos de los lobos.

Muy buenos días, espero que hayan dormido bien- les dijo dándoles un beso a cada uno -debo ir a prepararme para el colegio, quizás nos veamos en la noche- acaricio sus lomos y se regresó a su casa.

Por suerte los adultos dormían, así que pudo prepararse sin ningún contratiempo, lo raro era que Kat jamás llegó a buscarla, al igual que el primer día en el pueblo, llegó al colegio caminando, aunque esta vez preocupada por su amiga.

Los gemelos tampoco estaban por ningún lado y eso era sumamente extraño, aunque según Kat el día anterior también habían faltado a clases. La que si estaba con todas las pilas molestando era Kity, quien aprovecho la ausencia de su amiga para volver a hacerle bullying como el primer día. Durante el almuerzo, decidió que lo mejor era no presentarse en el comedor, así evitaría a la rubia oxigenada.

No te basta con enamorar a Dante qué también quieres revolcarte con mi Caleb- el grito de Kity hizo que varios en el patio se dieran vuelta.

Hasta donde se las personas no son de la propiedad de nadie- le contesto Sophia sin mirarla.

Eres una zorra, llegaste hace poco y ya piensas que puedes robarme a mi hombre- la tomo de la muñeca y por un segundo a Sophia le pareció ver que sus uñas crecían cuando se las enterró en la piel.

suéltame- con cada tirón que daba la mano de Kity se llenaba más y más de sangre.

No fue hasta que grito del dolor qué ella la soltó, no sin antes romperle la pulsera qué Evelyn le había regalado.

Oh pobrecita rompí tu baratija- dijo para luego darle un pisotón a la pulsera haciendo estallar la piedra que llevaba en mil pedazos.

Sophia cayó al piso sosteniéndose la muñeca herida e intento con la mano lastimada agarrar la cadena de la pulsera.

Eres una maldita estúpida- le grito dejando a todo el mundo helado -no sé que mierda te hice para que te burlaras de mí, pero ya deja esa actitud de perra arrogante-

Si le tocas un solo pelo, Caleb se enterara de esto- el grito de Luca el mejor amigo de los gemelos freno de golpe la mano de Kity qué estaba a punto de darle un puñetazo en la cara a Sophia. La rubia se quedó inmóvil en su lugar con la cabeza agachada mientras que el joven ayudaba a Sophia a ponerse de pie y le envolvía la muñeca con un pañuelo -esto te saldrá caro- la amenazó cuando paso a su lado.

sé el camino a la enfermería, gracias- le dijo alejándose de él y caminando el poco recorrido hasta donde la enfermera se encontraba.

"Hubo problemas en la escuela" mediante el vínculo el beta le hizo saber a los alfas que tenían que venir urgente, pego media vuelta en cuanto vio a la chica pasar la puerta de la enfermería y se dirigió de nuevo al patio donde una loba había caído de rodillas al piso y lloraba descontroladamente.