La Luna Indomable Del Alfa

Mientras esto pasaba, en el imperio de Galeón, Anastasia se levantaba recientemente, y de un momento a otro, se empezó a sentir mal.

Ella trató de ir a buscar la ayuda de Talia, pero terminó por desmayarse antes de eso, lo que provoca un gran estruendo.

Talia quien se encontraba en el comedor, salió corriendo y fue en dirección a donde provino el sonido, y al llegar al lugar, ve a Anastasia tirada en el suelo, totalmente inconsciente.

Ella con ayuda de magia, la lleva a su habitación y allí revisa su cuerpo en busca de daños, y por suerte, solo tiene un pequeño golpe en la frente.

Sin perder tiempo, ella comenzó a tratar su herida, pero de un momento a otro, el cuerpo de la joven se puso caliente como una olla hirviendo.

Ella estaba asustada, ya que nunca había visto que un humano tenga semejante temperatura corporal, por lo que con ayuda de magia intenta bajarle el calor, pero su cuerpo, en vez de mejorar, estaba empeorando.

Cómo último recurso, Talia llevó a la joven a la bañera, y allí la sumerge casi por completo, en una agua helada.

Eso ayudó por un momento, pero luego la temperatura volvió a subir.

Cómo último recurso, ella la entra en un hechizo de hielo, dejando solo su cabeza fuera, para de este modo, ir viendo, que su cuerpo no se enfríe de mala manera.

Solo así de ese modo, su cuerpo dejó de subir la temperatura y estaba normal.

***

Unos tres días en total, fue lo que duró para sanar a Anastasia, y al tercer día, fue que Talia la sacó del hielo y luego, la llevó a la cama, en donde le cambió de ropa.

Luego, solo se limitaba a esperar que ella despierte, para ver si le explica qué le pasó.

En horas de la tarde, Anastasia se despertó de su estado.

—Veo que ya estás despierta— le habla Talia a Anastasia.

—¿Qué me pasó?—pregunta ella con dificultad.

—No lo sé, lo mismo pregunto, yo te encontré desmayada con la temperatura a mil— dice la mujer y Anastasia no sabe qué decir.

—Creo que tomé un resfriado— dice Anastasia.

—En realidad lo tuyo no parecía un resfriado, ha de ser algo más, tu cuerpo solo estaba pasando por episodios de calor constante, y eso no es bueno— dice ella preocupada.

—¿Qué crees que sea?—pregunta la joven y Talia se queda pensando por un rato, y no logra entender lo que estaba pasando.

—No tengo idea, será mejor que te recuperes bien, para que demos inicio a los entrenamientos, sospecho que tendrás algunas dificultades en el futuro— dice la mujer preocupada y la joven solo se limita a ver.

Talia al ver eso, sale de la habitación y al poco rato regresa con alimentos para Anastasia, quien agradeció por la amabilidad y solo se limitó a comer.

Al terminar, decide descansar, para así estar lista para el día de mañana.

En el imperio de Galaxia pasaba casi lo mismo.

Luego de tres días inconsciente, Luciano Baroni se despertaba de su estado y estaba desorientado.

Él no recordaba lo que le había pasado, y tampoco no recordaba algunas cosas, como por ejemplo, que había encontrado a su amada destinada.

El doctor imperial le explicó el asunto, y Rodrigo su hombre de confianza, le puso al día con lo que no sabía, omitiendo el hecho de que fue a una fiesta y se acostó con una extraña, ya que él no recordaba ese asunto, y menos tenía conocimiento de que Luciano dejó hombres al cuidado de aquella mujer, quien es su destinada.

Mientras Luciano estuvo inconsciente, se le notificó a Rodrigo lo que pasó con los lobos en el imperio de Ártica, y él, como segundo al mando, tomó medidas para evitar que algo así vuelva a pasar, y escribió una carta al afectado, dónde lamenta lo sucedido.

Una que quiso aprovechar la oportunidad para lucirse, fue Sonia, pero como siempre, solo recibe el desprecio de Luciano, quien ordenó que no se le dejara entrar a la habitación.

Ese día mandó a buscar a su niñera, y le pidió de favor algo.

—Nana, quiero que te lleves de mi palacio a tu hija, no quiero que se creen malos comentarios con respeto a ella, pues ella aún no se ha casado, y es posible que debido a que pasa tiempo en el palacio, su pareja la rechace al creer cosas que no son— dice el hombre aún en la cama, él ya estaba recuperado, pero según el doctor, necesita descansar un poco más.

La nana muy curiosa preguntó

—Hijo ¿Por qué no quieres a Sonia en el palacio, hizo algo para ofenderte? Creí que ella podía ser tu amiga— pregunta la mujer curiosa.

—Si te soy sincero, su sola presencia me incomoda, no la he echado fuera del palacio, es solo por ti, pues te agradezco que siempre ha estado para mí— dice el hombre con cara sería.

La mujer mayor entiende.

—Bien, así será, hoy mismo Sonia se va del palacio, lamento las molestias causadas por ella — dice la mujer, y hace una reverencia y se despide de Luciano, seguido de eso, la mujer mayor mandó a que alguien traiga de comer a Luciano, y también le mandó a preparar el baño.

Al terminar sus funciones allí, le ordenó a unas doncellas recoger el equipaje de su hija, quien estaba haciendo un escándalo por cómo la estaban echando del palacio.

Pero a pesar de hacer un berrinche grande, su madre solo se limitó a cumplir órdenes, y ordenó, luego de mandar a Sonia para su casa, que no se le dejara entrar al palacio.

Al finalizar esa acción, ella regresó a hacer su trabajo al lado de Luciano,

Aquel último estaba pensativo, ya que sus recuerdos de hace días, no estaban en su mente.

Su hombre de confianza, aún estaba allí, y al verle tan pensativo, quiso preguntar.

—¿Por qué esa cara de perro mojado?—dice el hombre y Luciano lo mira de mala manera.

—Escucha, ¿qué fue lo que pasó exactamente el día de mi desmayo?—pregunta él de manera seria.

—No tengo gran información, los empleados del palacio, cada uno está limpio, estos parecen no saber nada, quién te puso el afrodisíaco, parece que la quería pasar a lo grande contigo, pero se le pasaron las manos— dice el hombre con burla.

—¿Tú crees que no saben nada? Es claro que algo está pasando y ellos están encubriendo a alguien. No soy tan crédulo como tú, dobla la seguridad, que los guardias estén pendientes de lo que entra y sale del palacio. Si algo más pasa, será tu culpa— dice Luciano parándose de su cama, para luego irse a bañar.

Él tiene pensado investigar por su cuenta, ya que no pretende volver a sufrir un ataque de esa magnitud.