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Irina: ¡Esta Villana No Se Dejará Matar!

Irina: ¡Esta Villana No Se Dejará Matar!

Status: Terminada
Genre:Escuela / Comedia / Brujas / Reencarnación / Mundo de fantasía / Completas
Popularitas:5k
Nilai: 5
nombre de autor: Stephanie_$77

Reencarné como la villana y el príncipe quiere matarme. Mi solución: volverme tan poderosa que nadie se atreva a intentarlo. El problema: la supuesta "heroína" es en realidad una manipuladora que controla las emociones de todos. Ahora, debo luchar contra mi destino y todo un reino que me odia por una mentira.

NovelToon tiene autorización de Stephanie_$77 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Pastelitos, Ranas y una Sonrisa Auténtica

Mientras en la sala de audiencias el duque Viktor y el rey Osric trazaban planes intricados con rostros serios, una conspiración mucho más dulce tenía lugar en los pasillos de piedra del castillo.

Elías, convertido en el guía oficial de la "Operación Anti-Aburrimiento", condujo a Irina por pasadizos secundarios que solo los niños y los sirvientes conocían.

"Por aquí",susurró, con un dedo sobre los labios en un gesto exageradamente dramático. "La cocinera me quiere como su hijo", siempre me da cosas si le prometo portarme bien."

Irina soltó una carcajada. "¡Qué bribón! Aplaudo tu ingenio, Su Alteza."

Llegaron a la cocina, donde una mujer regordeta con un delantal manchado de harina les entregó dos pastelitos de miel aún calientes, con una sonrisa y un guiño. "Para vosotros, mis pequeños diablillos. Pero no digan nada."

Su siguiente parada fue el jardín de la torre oeste. Era un lugar descuidado y encantador, con un pequeño estanque cubierto de lirios. Y, efectivamente, un coro de ranas croaba con un ritmo y una afinación desastrosos.

"¿Las oyes?", dijo Elías, mordiendo su pastelito. "Suenan como si se estuvieran ahogando con sus propias lenguas."

Irina se rió, una risa genuina y sin cálculos que le salió del alma. Se sentó en la hierba, sin importarle su vestido.

"Pobrecitas.Tal vez están intentando cantar ópera y les sale... esto."

Hizo una imitación terrible del croar de una rana,tan exagerada y graciosa que Elías soltó una risotada y casi se atraganta con el pastel.

Por primera vez en lo que sentía una eternidad, Irina no estaba pensando en supervivencia, en villanos, en príncipes verdugos o en magia prohibida. No estaba actuando.

Le hacía chistes a Elías sobre la rigidez de la etiqueta real ("¿Y si en vez de hacer reverencias, nos saludáramos chocando los cinco? ¡Sería mucho más eficiente!"). Él le contaba historias divertidas de los cortesanos más pomposos, imitando sus voces con un talento cómico inesperado.

"Eres... diferente a lo que esperaba", dijo Elías en un momento de calma, mirándola con curiosidad. "Mi papá dijo que la hija del duque del norte era... bueno, un poco..."

"¿Una mocosa mimada y caprichosa?", terminó Irina, sin ofenderse. "Sí, eso corre por ahí. Pero es aburridísimo ser siempre así. Prefiero ser... yo."

Y en ese momento, era la verdad. Con Elías, no necesitaba fingir ser la niña serena y estratégica para Alexander, ni la hija obediente para sus padres. Podía ser la sarcástica, la exagerada, la que inventaba tonterías sobre ovejas escupihielo.

El sol empezaba a caer, tiñendo el jardín de tonos anaranjados. Irina se dio cuenta de que se sentía... cómoda. Cómoda de una manera que no había sentido desde su vida pasada. Elías no era una pieza en su tablero. Era un chico de 7 años, listo, amable y con un buen sentido del humor. Un rey bueno en ciernes, como decía la historia original. Un refugio seguro.

"Oye, Irina", dijo Elías, rompiendo el silencio. "Si eso de dominar el mundo no te funciona, ya sabes... siempre puedes venir aquí a oír a las ranas cantar mal."

Irina sonrió, una sonrisa suave y real.

"Es el plan de respaldo mejor que me han ofrecido."

Cuando una doncella los encontró para llamarlos a cenar, los dos volvían al castillo con las manos manchadas de miel y las mejillas doloridas de tanto reír. Para Irina, esa tarde no había sido una estrategia. Había sido un regalo. Un recordatorio de que, en medio de su misión para cambiar un destino aciago, quizás también podía permitirse vivir un poco.

La cena en el gran comedor de Eldoria era un asunto formal, pero la tensión de la mañana había dado paso a un aire de alianza cautelosa. Sin embargo, para el duque Viktor, cada bocado sabía a preocupación.

"Partiremos al amanecer hacia el puesto comercial fronterizo", anunció el rey Osric, dirigiéndose a Viktor. "Allí está el núcleo de las operaciones de la Serpiente Dorada. Tu presencia será crucial para identificar a los traidores entre tus propios comerciantes."

Irina, que había estado comiendo con una elegancia que ahora le salía natural, alzó la vista.

"Yo también voy",dijo, no como una pregunta, sino como una declaración.

La cuchara de Viktor chocó contra su plato. "Irina, no. Es peligroso." Su voz fue más áspera de lo que pretendía, el miedo hablando por él. No solo era el peligro físico; era el terror de que, bajo presión, su hija revelara de nuevo ese poder aterrador frente al rey Osric. No podía arriesgarse.

"Pero papá, yo—"

"Es demasiado peligroso, pequeña nevada. Te quedarás aquí, donde estarás a salvo." Su tono no dejaba lugar a dudas.

Irina iba a protestar, pero una voz juvenil y clara se alzó antes que la suya.

"Su Gracia, con todo respeto."

Todos los ojos se volvieron hacia Elías, que se había puesto de pie junto a la mesa, con una seriedad que imitaba a la de su padre, pero con una determinación propia.

"Lady Irina... es muy valiente y lista", dijo, mirando directamente al duque Viktor. "Y si me lo permiten, yo... yo la cuidaré. Me aseguraré de que no se aleje, de que no corra ningún peligro. Le mostraré los puestos seguros y... y la protegeré con mi vida si es necesario."

Hubo un silencio. Elías, de solo siete años, parecía un pequeño caballero haciendo un juramento solemne. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, pero su mirada era firme.

El rey Osric observó a su hijo. Vio la admiración indisimulada en sus ojos cuando miraba a la pequeña duquesa del norte. Vio la forma en que ella, a pesar de su frustración, escuchaba a Elías con atención. Y en la mente práctica del rey, un engranaje comenzó a girar.

Una alianza con el poderoso norte a través del matrimonio... sería extremadamente beneficiosa. Y su hijo, normalmente tan tranquilo y apegado a sus libros, parecía genuinamente encantado por esta niña peculiar.

Una sonrisa lenta y amplia se extendió por el rostro del rey Osric.

"Viktor",dijo, su voz ahora jovial. "Déjalos. Mi Elías es un chico responsable. Y tu hija... bueno, tiene un espíritu que merece ver el mundo, no solo encerrarse en castillos." Su mirada se encontró con la de Viktor, transmitiendo un mensaje claro: Es bueno para ambos reinos.

El duque Viktor miró a su hija. Vio la súplica en sus ojos azules, pero también la inteligencia. Sabía que podía ser de ayuda. Y, aunque le aterraba, también sabía que no podía mantenerla en una burbuja para siempre. Con un suspiro de resignación, cedió.

"Está bien.Pero," añadió, señalándola con el cuchillo de manera cariñosa pero firme, "obedecerás a Elías y a mí en todo momento. ¿Entendido?"

"¡Entendido!", exclamó Irina, con una sonrisa de oreja a oreja que iluminó toda la sala.

Mientras los adultos volvían a hablar de logística, Irina se inclinó ligeramente hacia Elías, que volvía a sentarse, aliviado y orgulloso. Bajo la mesa, donde nadie podía ver, levantó discretamente el puño con el pulgar hacia arriba.

Elías la miró y, tras un momento de confusión, comprendió el gesto. Una sonrisa igual de amplia y genuina iluminó su rostro. Le devolvió el gesto con un pequeño y discreto pulgar arriba.

No hacían falta palabras. Él había sido su caballero de brillante armadura (o al menos, de túnica limpia) y ella se lo había agradecido a su manera. Era una complicidad nacida de pastelitos, ranas desafinadas y ahora, una misión compartida.

Al día siguiente, la caravana no solo llevaría a dos gobernantes y sus guardias. Llevaría a dos pequeños aliados, uno decidido a proteger y el otro, a pesar de todo su cinismo, secretamente emocionada de tener a alguien a su lado en quien, quizás, poder confiar de verdad.

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Nita S.R
Ya quiero leer la nueva temporada.
está historia me hizo recordar los procesos que muchos pasamos 😭😭
Monica Defalco
excelente!!!!!
Maria Phia
Me encantó! Ahora espero ansiosa la segunda temporada!! 💪
Alejandra Gonzalez
me gusto mucho, espero que luego salga la segunda temporada, felicitaciones al autor, mucho éxito en todo
Tania Sierra Galindo
Necesito esa temporada
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