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Enamorarse No Está En El Contrato

Enamorarse No Está En El Contrato

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Pareja destinada / Amor-odio / Romance / Yaoi / Matrimonio arreglado
Popularitas:2.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Kaguya171310

La historia gira en torno a dos amigos-enemigos que por errores del pasado tuvieron un futuro casi desvanecido.
Advertencia, la novela contiene decripción explícita sexual.

NovelToon tiene autorización de Kaguya171310 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 16: Cercanos.

Los ensayos de la tarde estuvieron enfocados a las primeras partes del guión, nada salido de contexto más que algunas peleas entre los dos protagonistas masculinos. Gladys no podía decir que no se estaba divirtiendo con el asunto de la obra, el rostro que tenía su compañero Indigo era digno de una escena de amor real.

Kilian por su lado se había quedado con un papel terciario de hacer del hermano de Aidan. Sayer y Odris harían el papel secundario de un matrimonio amigos de Aidan. Además de algunos que serían pueblerinos y demases.

Cerca de las ocho de la noche los ensayos llegaron a su fin, los alumnos comenzaron a salir del auditorio para regresar a sus casas. Sayer se fue con Aidan, mientras que Indigo salía con Odris detrás de ellos.

—¿Será así todos los días?— le preguntó el pelirrojo a su amigo.

—Será mejor que te hagas la idea a que sí— le sonrió Aidan—. Vamos, no es tan malo.

—Estoy cansado y tengo hambre, y por si no lo has notado debemos ir a la biblioteca para vernos con Kilian y Mael— se quejó Sayer.

De pronto se acercaron Indigo y Odris.

—Kilian y Mael nos dijeron que no podrán acompañarlos para estudiar, los llamaron a la sala de reuniones. Seguramente deben ver el tema del aniversario de la universidad— les dijo Indigo, lo cuál no era mentira. Antes de salir del auditorio el profesor pidió hablar con los alumnos del centro estudiantil, por lo que Kilian le pidió a Indigo darle el mensaje a Aidan y Sayer.

Los dos menores se quedaron mirando, deberían hacer el trabajo ellos solos. Suspiraron.

—Será mejor que nos vayamos— le dijo Sayer a su amigo.

Aidan asintió.

—¿Tenían qué estudiar?— les preguntó Odris.

—Tenemos un informe que hacer y los chicos nos iban a ayudar— le respondió Aidan.

—Vamos a mí casa— dijo Indigo—. Tengo todos los informes y trabajos guardados.

Los dos amigos se quedaron mirando, Aidan no estaba convencido de ir, no así Sayer que lo veía como la oportunidad perfecta para terminar pronto con ese informe.

—Vamos— le dijo el pelirrojo a su amigo tomándolo por el brazo, Aidan lo miró con ojos de "no"—. Es mejor que ellos nos ayuden, hacerlo solos nos hará tardar más.

El pelinegro lo pensó un momento.

—Está bien— dijo resignado. Era mejor hacerlo que dejarlo ahí.

Los chicos caminaron a la moto de Aidan, se pusieron los cascos. Indigo y Odris fueron al Audi del castaño. Salieron del estacionamiento directo a la casa de Indigo. El auto seguía de cerca a la moto que iba delante de ellos, los chicos se veían sexys sobre la Honda. Minutos más tarde llegaban a casa de Indigo, estacionaron afuera. Bajaron.

—Carajo, se me atoró— le dijo Sayer a su amigo tratando de sacarse el caso.

Aidan se puso frente a él y lo ayudó.

—No te muevas— le decía el pelinegro.

—¿Por qué se atora?.

—Tengo que cambiar el casco, el broche está algo desajustado— le dijo Aidan sacándolo al fin.

Lo dejó en la moto, los otros dos no les quitaban las miradas de encima.

—¿Se les perdió algo?— les preguntó Aidan viendo a los dos mayores.

—Nada— le dijo Indigo—. Entremos.

Los padres de Indigo se encontraban en la sala, los chicos los saludaron y luego subieron al dormitorio. Evelyn fue a la cocina para prepararles bocadillos a los chicos. Aidan se sentía algo incómodo de estar de regreso en esa habitación, los recuerdos de haber dormido en paños menores junto a su rival ya se estaban haciendo costumbre. Primero en el resort y luego lo que sucedió. Trató de alejar sus pensamientos y concentrarse mejor en el informe.

—¿De qué es la tarea?— le preguntó Odris a Sayer.

—Mira, es de esto— le dijo el pelirrojo acercándose.

Los otros dos miraron algo extrañados a sus amigos que se veían raramente cercanos. De pronto tocaron la puerta, era Evelyn que llevaba una bandeja con jugos y bocadillos. Indigo le abrió.

—Aquí tienen niños, para que estudien con ganas— les dijo la mujer con una sonrisa.

—Gracias mamá— dijo el castaño.

Evelyn le entregó la bandeja a su hijo y luego se retiró. Indigo cerró la puerta y fue con sus amigos. Dejó las cosas en la mesa.

—Adelante— les dijo el pelinegro.

Los chicos le dieron las gracias y comenzaron a comer mientras escribían el informe. Eran cerca de las diez de la noche cuando decidieron que era mejor parar y continuar después.

—Mañana cuando salgamos de los ensayos vendremos a terminar el trabajo— les dijo Indigo.

—¿Por qué no lo hacemos en la biblioteca?— preguntó Aidan. El chico no quería volver a esa casa, menos después de darse cuenta que a Indigo le gustaba Gladys y por eso estaba enojado con él.

—No— dijo Sayer sorprendiendo a todos, más a su amigo—. La biblioteca de la universidad cierra temprano, es mejor hacer el trabajo aquí. Además estamos avanzando y podemos dejar las carpetas y mañana lo terminamos— le sonrió a Aidan.

El pelinegro frunció el ceño extrañado por la actitud del chico. Hablaría después con él.

—Vamos Sayer, te iré a dejar a tu casa— le dijo Aidan.

Los cuatro salieron de la casa de Indigo, el castaño le lanzó las llaves de su Audi a Odris. Los chicos lo quedaron mirando.

—Llévate mi auto y ve a dejar a Sayer— le dijo Indigo a su amigo.

—¿Y tú cómo te irás a clases?— le preguntó Odris.

—Me iré en la moto con Aidan— dijo el chico mirando al nombrado. Éste abrió los ojos como plato.

—Bien, entonces mañana me iré con Odris— el pelirrojo se subió al auto—. Gracias por todo Indigo.

—Un placer— le sonrió.

Odris se subió al Audi y salió en dirección a casa de Sayer, Aidan miró a su rival.

—¿Por qué lo hiciste?. Yo podría haber ido a dejar a Sayer, siempre lo dejo yo.

—Deja que alguien más cuide de él— le dijo Indigo.

—Yo cuido perfectamente de él— dijo Aidan molesto.

—Sí, me quedó claro la última vez— resopló el castaño.

Aidan frunció el ceño y sin decir nada se alejó de la casa de Indigo y cruzó la calle. Iba bastante molesto con su rival porque le restregaría aquello para siempre. Indigo esperó a que el chico entrara y luego regresó a su casa.

A la mañana siguiente, las alarmas sonaban en las habitaciones. Aidan se levantó con algo de sueño, se dispuso a entrar en el baño cuando de pronto recordó que debía irse con Indigo a la universidad.

—Carajo— se dijo al recordar eso.

Abrió la llave y se metió bajo el agua, lavó su cuerpo mientras pensaba en su amigo y en lo extrañamente cercano que se había vuelto con Odris. Suponía que sería a raíz del salvataje que les hicieron los chicos ese día. Después de unos minutos salió del baño y se vistió, nuevamente pasaría el desayuno por alto. Terminó de arreglarse y sacó su mochila, salió de la habitación.

—Aidan— la voz de su madre lo llamó desde el comedor—. ¿No vas a desayunar?.

—No, comeré en la uni. No vemos— se despidió de ambos padres.

Salió de la casa y fue en busca de su moto. La sacó mientras miraba a la casa de al frente, Indigo iba saliendo con su mochila a hombro. Cruzó la calle y se acercó.

—Buenos días— le sonrió Indigo.

—Buenos días— respondió Aidan sin mirarlo. Le pasó el casco.

Indigo se lo puso, Aidan se colocó el suyo y se subió a la moto. El castaño se acomodó en la parte de atrás, y sin escrúpulos pasó sus manos por la cintura del pelinegro abrazándolo. Aidan sintió sus mejillas arder de rojo, trató de no ponerse nervioso pues Sayer siempre lo abrazaba, aunque para ser sincero no se sentía de la misma manera. Indigo acomodó su cabeza en el hombro del pelinegro, la moto salió hacia la universidad.

—¿Por qué  mierda me pasa esto a mí?— pensaba Aidan, que además de cuestionarse eso se acordaba que tenía que dar una presentación con su amigo.

Después de unos minutos llegaban a la universidad, se metieron al estacionamiento, extrañamente el Audi aún no llegaba. Aidan paró el motor y sacó la llave, se soltó el casco y se bajó, Indigo estaba luchando con el casco pues se le había trabado el seguro.

—¿Me ayudas?— le pidió el castaño dándose por vencido.

Aidan dejó su casco y se dispuso a ayudar a Indigo, movió un poco el seguro y logró soltarlo.

—Tengo que comprar otro casco— dijo el pelinegro.

Indigo se bajó de la moto, el menor guardó el casco en el asiento.

—Aún no llegan los chicos— dijo Aidan preocupado.

—Deben venir en camino— le dijo Indigo con voz tranquila.

El Audi estaba a sólo una calle de la universidad, estaba estacionado a un costado de la acera. Odris y Sayer estaban dándose los buenos días.

—Ngh, mh— el pelirrojo se perdía en la lengua del mayor. Después que probó esos labios Sayer no se lo podía sacar de la cabeza. Y más porque tenían esa relación de odio innecesario a raíz de sus amigos.

—Me encantaría almorzar contigo— le dijo Odris viendo esos ojos color miel.

—A-mí también— dijo Sayer—. Pero los chicos.

—Algo se me ocurrirá— le sonrió Odris, pasó su pulgar por esos húmedos labios y le dio otro beso.

Luego se alejaron con una coqueta sonrisa.

—Es hora de ir a clases— le dijo Odris.

Sayer asintió feliz, sí estaba feliz por tener algo con alguien que jamás imaginó. El pelinegro puso el auto en marcha y continuó a la universidad. Al entrar al estacionamiento vieron a sus amigos que estaban cerca de la moto esperándolos. Estacionaron y bajaron.

—¿Por qué demoraron tanto?— les preguntó Aidan.

—Me levanté tarde— sonrió Odris.

Sayer sonrió, fue entonces que Aidan notó que los labios de su amigo estaban hinchados y muy rojos. Frunció levemente el ceño al darse cuenta que Odris estaba igual.

—Permiso, nosotros tenemos una presentación a primera hora— les dijo Aidan tomando a su amigo por un brazo, se lo llevó volando de ahí.

—Te ves feliz— dijo Indigo mirando a su amigo mientras veían a los chicos alejarse.

—¿Sí?— lo miró Odris con una sonrisa—. Gracias por prestarme tu auto— le dio las llaves. El castaño lo quedó mirando con ojos curiosos.

Los otros dos caminaron hasta el salón de clases, se detuvieron antes de entrar.

—¿Comiste?— le preguntó preocupado Sayer, pues sabía que su amigo no tomaba desayuno y ese día olvidó llevarle un sándwich.

—¿Por qué tú y Odris tenían los labios hinchados y rojos?— dijo Aidan sin responder la pregunta anterior.

—¿Qué?— Sayer sintió que sus mejillas se sonrojaban poco a poco. Se quedó en blanco sin saber que responder.

De pronto vieron al profesor que se acercaba a lo lejos, sin tener respuesta de ninguna pregunta entraron al salón de clases y se sentaron en sus puestos. El mayor dió inicio a la jornada de estudios con los primeros alumnos que pasaban a exponer sus trabajos.

Pasaban de las diez de la mañana y entre el hambre y los nervios, Aidan comenzó a sentirse mal. Tomó aire para calmarse un poco.

—Vamos— le dijo de pronto Sayer a su amigo.

Aidan espabiló y se levantó de su puesto para ir a exponer su tema. El primero que comenzaba era el pelinegro y luego su amigo. Aidan comenzó con la presentación mientras Sayer pasaba las imágenes del power point, entre los nervios y la presión Aidan terminó de hablar apenas, estaba pálido y sudaba frío. Sayer lo miró asustado.

—¿Estás bien?— le preguntó el pelirrojo.

Aidan no alcanzó a responder, apenas le tomó la mano a su amigo y se desmayó. El profesor se puso de pie de inmediato, y llamó a otro alumno para que llevaran al pelinegro a la enfermería.

—Profesor— le dijo Sayer.

—Tranquilo, después veremos lo de tu exposición— le dijo el mayor—. Vayan a que revisen a Aidan.

Sayer y su compañero se llevaron al pelinegro a la enfermería. Estaba el médico de la universidad, los recibió a los tres, el compañero regresó a clases, Sayer se quedó ahí.

—¿Qué le ocurrió?— le preguntó el doctor mientras lo revisaba. Lo dejaron acostado en una de las camas.

—No lo sé, estaba pálido, dimos una presentación y comenzó a desvanecerse. También sudaba algo frío y de pronto se desmayó— le dijo el pelirrojo al mayor.

—Está bien. ¿Sabes si tiene alguna enfermedad de base o algo especial?— le preguntó mientras examinaba al menor.

Sayer se dispuso a pensar recordando algo clave.

—Los desayunos, por lo general él no desayuna en su casa, y no, no tiene enfermedades base.

—Bien, por los síntomas y lo que me cuentas debió ser una baja de glicemia. Se pondrá bien, lo ideal es que le tengas algo de comer cuando despierte— le sonrió el médico.

Sayer le dio las gracias y salió de la enfermería, iría a comprarle un té con leche y un sándwich. Mientras caminaba por el pasillo se encontró con Indigo, el chico había sido llamado por el consejo de alumnos, Kilian necesitaba hablar con él.

—Sayer— le dijo el mayor algo sorprendido por el lugar donde estaba, se supone que les tocaba exponer.

—Indigo— dijo el pelirrojo deteniéndose frente a él.

—¿Ya expusieron?.

—Estábamos en eso, pero Aidan terminó su parte y se desmayó.

—¿Se desmayó?— Indigo puso rostro preocupado, Sayer notó ese detalle—. ¿Dónde está?.

—Lo traje a la enfermería con otro compañero. El doctor lo está revisando— le dijo el pelirrojo.

—¿Qué dijo?.

—Aidan tiene la pésima costumbre de no desayunar, a veces toma unos sorbos de café o lo que sea y se viene. Desde hace un tiempo que le traigo sándwich o algo para que coma, pero sinceramente hoy se me olvidó— dijo Sayer.

Indigo miró al chico y levantó una ceja, curioso que su amigo anduviera feliz y que a Sayer se le olvidara algo que siempre hacía.

—Supongo que tuviste alguna distracción que llevó tu atención— le dijo Indigo—. Iré a la enfermería, tú regresa al salón. Me encargaré de comprarle algo para que coma.

Sayer se quedó con la quijada en el piso, asintió apenas.

—Gracias. ¿Tú ibas a algún lado?.

—Kilian me llamó con el consejo de profesores, pero le diré a Odris que vaya por mí. Prefiero cuidar de Aidan— le dijo Indigo.

—Está bien, regresaré a clases. Gracias.

Sayer se alejó para regresar al edificio de las aulas. Indigo continuó caminando hacia la enfermería, sacó su celular y le envió un mensaje a Odris.

"Necesito que vayas al salón de reuniones. Dile a Kilian que tuve una emergencia. Lo que necesites me lo preguntas por mensaje. Gracias".

Apretó enviar y continuó su camino.

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Criskeilis Brito
subiste el mismo capitulo😭
Kaguya: lo siento!! de inmediato lo corrijo. Muchas gracias 🙂
total 1 replies
Puji Lestari Putri
🤗 Excelente, más por favor.
boing fortificado
No puedo dejar de leer📖
Alida
No puedo esperar a leer el siguiente capítulo, sigue adelante! 💪
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