Amargo Adiós

(Estimadas lectoras les pido que por favor me apoyen con votos para que mi novela aparezca en portada de la app ☺️☺️)

Massimiliano despertó en la cama de hospital, su traje italiano fue cambiado por una bata, tenía una intravenosa en su brazo, abrió los ojos tenía la vista borrosa pero aún así intento ponerse de pie, pero su cabeza daba vueltas.

Miró por todo el lugar, no podía enfocar de forma adecuada, pero podía escucha bien el ruido que venía de afuera de su habitación.

Se recostó nuevamente, las voces se hacían más claras en su mente, reconoció la voz de Lorenzo que discutía con Phillen, algunas otras voces no las reconoció.

— Lorenzo, hazte a un lado, quiero ver a ese maldito de Massimiliano – Grito Phillen

— El tubo un preinfarto, no puedes verlo.

— Ese maldito es demasiado joven para tener problemas del corazón, se esconde y tú lo encubres, no es más que un asesino.

— Phillen, nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero mi lealtad está con Massimiliano, no quiero que te saquen a la fuerza, así que mejor retirate por la paz.

— No me iré, me tiene que escuchar, tengo que gritarle a la cara que por su culpa Isa...Isabella ya no está...ella murió por su culpa.

— Ella decidió subir a ese avión, Massimiliano no tuvo nada que ver

— Claro que tuvo mucho que ver, no le bastó con no amarla por años, con dejarla como una muñeca rota después de que su bebé murió, la indiferencia de cada día, no estuvo feliz con eso, todavía hizo traer a su amante que llegó con un hijo suyo, pasar por enfrente y hasta llevarlos al lugar más especial de Ciudad Capital propiedad de Isabella.

— ¿De qué estás hablando?

— ¿De qué hablo?, fácil, de que el parque de diversiones donde Isabella conoció al bastardo de Massimiliano estaba en la quiebra, de que después de que su bebé murió ella estaba tan deprimida que iba a ese lugar en ruinas cada día en busca del recuerdo del viejo afecto de ese Maldito le tuvo, lo compro y restauró, ¿sabes a dónde llevo a pasear tu querido amigo Massimiliano a su hijo bastardo?

— Seguramente Massimiliano no sabía nada de eso.

— Ja, tienes razón, porque ese maldito desalmado sabría algo de Isabella, si nunca la amo. La orilló a irse – Dijo con tristeza.

— Phillen, debes de calmarte, ahora la familia de Isabella será la que necesite tu apoyo.

— Tienes razón, ese maldito bastardo no merece más atención, pero que quede claro ¡Ese maldito la mato! ¡ Él la mato! ¡Espero que nunca en su asquerosa vida pueda ser feliz!

Phillen se dio la vuelta, había personal del hospital que estaban esperando la orden de Lorenzo para sacar por la fuerza a Phillen, pero no hubo necesidad de eso.

Lorenzo entro en la habitación de Massimiliano, vio que su rostro estaba enrojecido, se acercó a él y vio una lágrima brotar de sus ojos.

— Es verdad, yo tengo la culpa, ella murió por mi culpa, la hice tan infeliz todo el tiempo que estuvimos juntos que no merezco el perdón de Dios.

— Debes de estar tranquilo, no te esfuerces, el médico vendrá en unos minutos a revisar te, lo que te paso no es cualquier cosa.

— Lorenzo, no puedo con este cargo de conciencia, me duele tanto el corazón.

Los instrumentos que monitorean el ritmo cardíaco de Massimiliano comenzaron a enviar las alarmas al personal medico.

Rápidamente una enfermera entro y se acercó a la cama, le inyectó un medicamento por la intravenosa y espero a que el ritmo cardíaco se normalizará.

— Señor, debe de estar tranquilo. De lo contrario se tendrá que mantener sedado – regaño la enfermera.

— El estará tranquilo, no se preocupe – respondió Lorenzo que seguía acompañandolo.

— El médico vendrá en unos momentos a revisarlo.

— Está bien, gracias.

La enfermera salió de la habitación de inmediato Lorenzo se acercó a la cama.

— Massimiliano se que este es un momento duro en tu vida pero tienes que sobreponerte, tu posición, puedes arrepentirte de todo lo he viviste en hiciste cuando Isabella estaba en una relación contigo, pero eso no va a cambiar el resultado.

— Le hice demasiado daño, nisiquiera sabía que ella era dueña de ese viejo parque de diversiones, tampoco sabía que ella iba ahí después de la muerte de nuestro hijo.

— Massimiliano, no sabías nada de tu esposa porque nunca te intereso, ahora no es momento para que intentes conocerla, tus arrepentimientos no cambiarán nada.

Las palabras de Lorenzo eran crueles pero ciertas, Isabella vivió como una sombra siempre detrás de Massimiliano, antes de que su hijo naciera y muriera ella paso por momentos muy difíciles durante el embarazo, también su madre enfermo de gravedad, todos los años que estuvieron juntos Massimiliano no le presto atención más que de vez en cuando, cuando tenían que salir a eventos sociales o cuando su libido se disparaba y la buscaba para satisfacer su propio cuerpo.

Al pensar en todas las veces que Lorenzo la vio triste, deprimida y sola, el mismo le pidió a Massimiliano que terminara con el matrimonio, para que aprisionar en un matrimonio sin amor a una mujer como Isabella, ella era como un sol, su sonrisa calida, su fescura y amabilidad, además de que era muy eficiente y razonable, esa mujer cublria un alto perfil por si sola sin el apoyo de su familia.

Si a eso se le agregaba el respaldo de la familia Castelli, Isabella era la princesa encantadora que merecía un príncipe a su lado, sin embargo ella se quedó con el ogro que nunca la valoro.

El médico entro a la habitación, era el médico de la familia, días atrás cuando Isabella se sintió mal fue a otro hospital, pero casualmente él tenía una visita con el director y pudo verla, al preguntar al médico que la atendió que hacía en ese lugar, el médico le comento sobre el embarazo de la mujer.

El médico aún no sabía del drama que estaba pasando en la vida de Massimiliano, así que lo primero que hizo fue revisarlo en silencio, después comenzó dar consejos de salud.

— Massimiliano estás fuera de peligro pero tienes que mantenerte fuerte, por cierto muchas felicidades por tu hijo.

Massimiliano no imagino que los chismes y rumores hubieran llegado tan lejos en tan corto tiempo.

— Gracias, es un buen niño.

— ¡Vaya! la tecnología cada vez está más avanzada, no imaginé que con tan poco tiempo ya supieran el sexo del feto – dijo de manera casual.

Lorenzo se sorprendió, no sabía de qué hablaba, Massimiliano estaba en silencio intentando procesar de que diablos estaba hablando el médico.

— El niño tiene seis años, es evidente que se sabe el género del niño – dijo Lorenzo

— No, no sé de qué hablas, no sé de qué niño de seis años hablas, yo me refiero al bebé que espera Isabella, tiene cerca de tres meses, es difícil saber el género a tan corta edad, por cierto me felicitas a Isabella no pude felicitarla el día que la vi en el hospital – respondió el médico mientras le sonreía a Massimiliano.

— ¡Ella estaba embarazada...! – dijo en un susurro Massimiliano– Isabella estaba esperando un hijo mío... – su voz se hizo más fuerte y comenzó a llorar de forma desesperada.

El médico no pensó que hubiera contestado metido una indiscreción, pero al ver el estado de Massimiliano quedó aún más confundido.

Massimiliano se arrancó la aguja de la intravenosa, se quitó todos los electrodos que tenía conectados e hizo un intento por levantarse.

El médico se precipitó a detenerlo.

— No puedes ponerte de pie, aún no estás bien – dijo el médico lleno de preocupación.

— Ella estaba embarazada, la perdí a ella y perdí a mi hijo, ¿por qué...por qué tuvo que pasar así?

Lorenzo intento contener a Massimiliano que estaba enmedio de un brote psicótico.

Arrojaba todos los objetos que tenían a su alrededor, hablaba incoherentemente, lloraba y gritaba.

— No merezco vivir, soy un maldito hijo de p*ta, me quiero morir, quiero ir con Isabella, quiero verla por última vez...

El estado de Massimiliano fue tan grave que tuvo que ser controlado por varias personas, que de inmediato lo sedaron.