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VENDIDA AL MEJOR POSTOR

VENDIDA AL MEJOR POSTOR

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Novia sustituta / Matrimonio arreglado / Novia subastada / Amor-odio / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:921.4k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yazz García

Ella siempre supo que no encajaba en esa mansión. No era querida, no era esperada, y cada día se lo recordaban. Criada entre lujos que no le pertenecían, sobrevivió a las humillaciones de su madre y a la indiferencia de su hermanastra. Pero nada la preparó para el día en que su madre decidió venderla… como si fuera una propiedad más. Él no creía en el amor. Sólo en el control, el poder y los acuerdos. Hasta que la compró. Por capricho. Por venganza. O tal vez por algo que ni él mismo entendía. Ahora ella pertenece a él. Y él… jamás permitirá que escape.

NovelToon tiene autorización de Yazz García para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Problema mediático

Thalía seguía en la cocina, mirando su café ya frío, cuando el timbre de su teléfono la sobresaltó.

Joshua.

Dudó en contestar. Pero algo en su pecho le pedía escuchar una voz distinta a la de Adrián. Una voz que no la hiciera cuestionarse cada segundo de su existencia.

—¿Hola?

—Thalía —la voz de Joshua sonó suave, pero cargada de urgencia—. No sé si debí llamarte, pero… acabo de ver algo en redes. Es sobre Bianca.

Thalía frunció el ceño. —¿Qué pasa con Bianca?

—Ella está… bueno… está dando entrevistas. Está diciendo que tú no eres realmente hija de la familia De la Riva. Que eres una infiltrada que su madre adoptó por tener buen corazón. Que toda esta boda fue un montaje para que tuvieras un lugar en la élite.

Thalía sintió que el aire se le iba del pecho.

—¿Qué… qué más dijo?

—Mencionó a Amelia. Insinuó que estabas usando a la niña para hacerte pasar por la esposa perfecta y así manipular a los Muñoz.

Las manos le temblaron. ¿Hasta dónde estaba dispuesta a llegar Bianca?

—Gracias por avisarme, Joshua.

—¿Quieres que pase por ti? —preguntó, con voz firme.

—No… aún no. Pero si algo pasa, te llamo.

Colgó. El silencio volvió a caer sobre la villa como una nube espesa. Se sentó, helada. En ese momento, la puerta principal se abrió de golpe.

Adrián.

Entró caminando rápido, el ceño fruncido, el teléfono en la mano.

—¿Ya viste lo que dijo Bianca? —preguntó, alzando la voz.

—Sí. Joshua me avisó.

—¡Esa maldita se volvió loca! —gruñó, arrojando su teléfono sobre el sofá—. Está intentando desacreditar el matrimonio. ¿Sabes lo que eso significa? ¡Que el consejo puede exigir una revisión del contrato!

Thalía lo miró con los ojos húmedos. —¿Y eso es lo que más te importa? ¿El contrato?

Adrián se detuvo. Se miraron por unos segundos.

—Thalía…

—¿Qué? —susurró ella.

—Yo… no quería que esto pasara. Ni que tú terminaras en medio de esta guerra. No eres tú el problema. Son ellos. Mi familia. Mis errores.

Ella se levantó despacio, caminó hasta él, y se detuvo a unos pasos.

—¿Y tú vas a seguir defendiéndote o vas a empezar a defendernos?

Adrián tragó saliva. No sabía si tenía respuesta para eso.

—La boda fue un show —dijo ella—. Pero ahora, lo que digamos o hagamos va a definir si seguimos fingiendo… o empezamos a pelear por algo más que un apellido.

Él la miró. Dolido. Confundido. Arrepentido. Pero, por primera vez… vulnerable.

Entonces, sin aviso, alguien más tocó la puerta de la villa.

Thalía se volvió hacia la entrada.

Adrián no se movió.

El timbre volvió a sonar.

Ella dio un paso.

—¿Estás esperando a alguien? —preguntó él, tenso.

—No…

La puerta se abrió lentamente.

Y allí estaba.

Bianca.

Vestida de blanco.

Con una sonrisa venenosa en los labios.

—¿Interrumpo algo?

Thalía se quedó congelada en la entrada, observando a Bianca, que avanzaba con total tranquilidad, como si la casa fuera suya, como si ella fuera la legítima señora Muñoz.

Adrián apretó la mandíbula.

—¿Quién te dejó entrar?

—¿Desde cuándo necesito permiso para ver a mi cuñado? —respondió con una sonrisa, girando la mirada hacia Thalía—. ¿O debería decir… mi reemplazo?

Thalía no respondió. Su silencio era su escudo. Pero por dentro, la herida ardía.

—¿Qué viniste a hacer, Bianca? —preguntó Adrián, sin molestarse en ocultar su fastidio.

—A poner las cosas en su lugar —respondió con voz dulce, pero cada palabra era una daga envenenada—. Ya que todo esto es una farsa, pensé que era justo que la nueva “señora Muñoz” supiera cuál es su verdadero lugar en esta historia. Al fotos.

Thalía respiró hondo.

—¿Eso es todo lo que sabes hacer? ¿Hablar desde tu odio?

Bianca alzó una ceja.

—¿Y tú qué sabes hacer, querida? ¿Llorar? ¿Esconderte detrás de una niña para ganar lástima?

Adrián dio un paso al frente.

—¡Cállate, Bianca!

Bianca soltó una risita forzada.

—Ah, ahora la defiendes. Qué tierno. Me pregunto si es porque de verdad sientes algo por ella… o solo estás intentando limpiar tu imagen con el consejo. Después de todo, no sería la primera vez que usas a una mujer para tapar tus problemas.

Thalía cerró los puños, con el corazón latiendo como un tambor.

—Lárgate de aquí —le dijo, con la voz temblando pero firme—. No tienes derecho a venir a esta casa y humillarme. No después de todo lo que soporté de tu madre. De ti. De todos.

—¿Y tú crees que ahora eres mejor que yo? —soltó Bianca, dando un paso más cerca—. No te confundas, hermanita. Solo eres un estorbo que él eligió por lástima. No por amor.

Thalía sintió cómo el alma se le comprimía, pero algo en su interior… ardía.

—Pues al menos alguien me eligió —respondió, con la voz temblorosa pero cargada de fuerza—. Tú solo eres la verdadera sombra aquí. Con todo lo que tienes, no eres capaz de tener tu propia vida. Tienes que estar haciendo de una desgracia la vida de los demás para sentirte satisfecha…qué lástima.

Bianca parpadeó. Por un momento, el golpe la desarmó.

—¿Terminaste? —dijo con la mandíbula tensa.

—Sí —dijo Thalía—. Y tú también. Vete.

Adrián caminó hacia la puerta. La abrió. No dijo una palabra. Solo la miró.

Bianca vaciló un segundo, pero luego alzó la barbilla y salió sin decir más.

El silencio volvió a caer. Thalía respiraba con dificultad, las lágrimas atrapadas en los bordes de los ojos. No lloraba. Pero dolía.

Adrián se giró.

—Lo siento. No debí permitir que entrara. No después de todo lo que…

—Ya, ¿puedes darme un espacio?—dijo ella, alejándose—. Necesito… necesito estar sola.

Horas más tarde, decidieron volver a la mansión.

El viaje de regreso había sido tranquilo, pero no cómodo. Ambos sabían que la burbuja que habían vivido durante la luna de miel estaba a punto de estallar.

Adrián no había dicho mucho. Ella tampoco. Habían compartido un beso confuso, una tregua silenciosa, pero eso no significaba que el mundo los esperara con los brazos abiertos.

Y no se equivocaban.

Apenas cruzaron la puerta, el mayordomo los recibió nervioso.

—El señor Muñoz los espera en el estudio.

Adrián frunció el ceño.

—¿Mi padre?

—Sí, señor. Dijo que era urgente.

Thalía sintió cómo su pecho se apretaba. Aquel “urgente” significaba problemas.

Subieron sin hablar. Cuando Adrián abrió la puerta del estudio, su padre estaba de pie frente al ventanal, con las manos cruzadas a la espalda, como una estatua tallada en desprecio.

—Así que regresaron —dijo sin volverse—. ¿Disfrutaron el viaje? ¿Las fotos en la playa salieron bien?

Adrián cerró la puerta tras ellos. Thalía dio un paso hacia atrás, incómoda.

—¿Qué pasa, padre?

—Lo que pasa —dijo girándose con lentitud— es que hoy se ha publicado la noticia completa. Investigaron a tu “adorada esposa”.

Sus ojos furiosos se posaron sobre Thalía.

—Una criada. Hija bastarda de una mujerzuela que sirvió en esa casa y terminó en la cama de un señor que apenas la reconoció en el lecho de muerte. ¡¿Esto es lo que traes a nuestra familia, Adrián?! ¡¿Una impostora?! ¡Una caza fortunas con cara de niña buena!

Thalía abrió los ojos, sorprendida.

—Yo no soy una impostora —susurró—¡No es cierto! —dijo, su voz quebrándose por la ira contenida—. Todo lo que dijo Bianca es mentira. ¡No soy lo que ellos dicen! No pedí esto.

—¡Silencio! —rugió el señor Muñoz, y sin aviso alguno, cruzó la habitación y le soltó una bofetada seca a Thalía que la hizo tambalearse hacia un lado.

Adrián reaccionó en el acto.

—¡¿Estás loco?! —gruñó, empujando a su padre contra la pared—. ¡¿Te atreves a ponerle una mano encima?!

—¡Tú trajiste esta vergüenza a la familia! —escupió el padre, zafándose—. ¡Una vergüenza con piernas largas y cara de ángel! ¡Ella no es digna ni de pisar esta casa!

Thalía se sostuvo del borde del escritorio. La mejilla ardía, pero el orgullo hería más.

—No necesito su aprobación —dijo con voz temblorosa—. Nunca la quise.

—¡Eres una maldita impostora! —rugió el padre, con el rostro distorsionado por la rabia—. ¡Es tu ruina, Adrián! ¡Y la mía también!

Adrián corrió hacia ella, preocupado.

—Thalía, ¿estás bien?

Ella asintió apenas, aunque sus ojos empezaban a nublarse por dentro.

—Esto no va a quedar así —le prometió Adrián a su padre—. Si vuelves a tocarla, te juro que…

—¡¿Qué, hijo?! ¿Vas a pegarme tú también? ¿Por esa? —señaló con desprecio—. ¡Estás tan ciego que no ves que te está manipulando!

—¡No está manipulando a nadie! —Adrián gritó—. Tú me obligaste a casarme para guardar tus malditas apariencias, ¿y ahora te molesta que haya elegido yo?

El padre lo miró con decepción y furia.

—Has perdido la cabeza. Te va a arruinar. Y cuando eso pase, no esperes que yo limpie tu desastre.

Se marchó dando un portazo.

El silencio que quedó fue pesado. Lento. Cortante.

Adrián giró hacia Thalía. Le tocó la mejilla con suavidad, con una mirada que no había mostrado nunca antes: culpabilidad.

—Lo siento… —dijo apenas.

Ella se apartó. Un paso. Dos.

1
Monica Yriarte
Qué sé vaya sola alguien;a vá ayudar /Sweat//Sweat/
Olga Nempeque
mucho desgraciado ahora también va a romper al hijo,parece que no le basta nada tiene que tener todo, ahora será que lo va a dominar también lo va a romper también, mucho hijo de ....
Olga Nempeque
ay Adrián deberías desaparecer rompes a todo el que este cerca de ti, no te importa sino tu apellido
Veronica Larrea
gracias por la historia compartida ,muchas de nosotras emos vivido situaciónes muy mala y esto nos hace reflexionar y volver a mirar hacia adelante gracias mil gracias
Olga Nempeque
todo se vuelve un círculo vicioso, ojalá ella pueda sanar por qué el padre no lo hará
Olga Nempeque
hasta donde llegó todo por la avaricia que el padre le inculcó que se perdió y no encontró el camino, que triste Adrián que tú hija está viendo todo y tú no estás haciendo nada solo quejándote
Olga Nempeque
ay Adrián ni siquiera reconoces tus errores, que vacío estás y desgraciadamente estás llevando a tú hija a lo mismo
Olga Nempeque
están de psiquiatra la Verdad
Mirtha Lilian Tyan
no es mala la trama pero cansa, sin avances siempre en el mismo plano
Chali Ortiz
una excelente novela, me tocó mi corazón, me hizo sentir impotencia al leer tanta maldad de alguien desquiciado y perdido en el poder
muchos éxitos más
gracias por compartir
👏👏👏👏👏💐💐💐💐💐
Felisa Grasso
parecía igual z muchas pero no es distinta me gusta tu novela autora
Lupita Aguilera Olivas
Y k paso con la mama de Talhia y la hermana, esas no recibieron su castigo ni el papá de Adrián, no me parece bien eso
Linilda Tibisay Aguilera Romero
otro bebé
Linilda Tibisay Aguilera Romero
el tiene la razón tiene que decirle la verdad que van a esperar que Adrián lo manipule
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Amelia escápate poro no para donde Milo o búscalo Pero valla se de ahy
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Talhia debes contarle todo a Tiago
Linilda Tibisay Aguilera Romero
que poco hombre desgraciado
Linilda Tibisay Aguilera Romero
pobre Amelia todo lo a ha tenido que pasar con un padre tan desgraciado
Linilda Tibisay Aguilera Romero
un capítulo fuerte ella no debió pasar por tanto Pero Talhia no podía llevársela y tampoco podía seguir hay por ella
Linilda Tibisay Aguilera Romero
tan bellos me encanta
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