Rayza Deyrnas es conocida por todo el reino como la hija mimada del Márquez Deyrnas, su reputación de problemática, irrespetuosa, caprichosa, mimada y malcriada es de dominio público, algo que aleja a todos de ella, amistades y posibles pretendientas, pero esto a Rayza no le importa, amistades falsas y hombres debiluchos no son lo que ella busca, Rayza tiene un plan para su vida muy claro, pero todo cambia cuando el heredero del ducado Zoragarria descubre su mayor secreto y hecha a perder todos sus planes.
Marcel Zoragarria es el heredero de uno de los ducados más importantes y poderosos del reino, es un hombre con sus metas muy bien planteadas, y entre estas no está contemplada Rayza Zoragarria, una joven demasiado caprichosa para su gusto, pero tras descubrir algo impresionante de la joven, Marcel se replantea todo y decide que Rayza es lo que siempre había estado buscando sin saberlo.
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Capítulo 21
Rayza quedo gratamente sorprendida con la actitud del mayordomo quien la trato con respeto, sin juzgarla sobre los rumores que corrían sobre ella y le gustaría decir que el resto del personal en la mansión eran tan bueno como aquel hombre, pero no era así, la joven había sentido las miradas de desprecio de gran parte del personal mientras se dirigía hasta los jardines, seguramente estas personas tenían una mala imagen de ella debido a los rumores, y la habían juzgado y sentenciado sin siquiera intentar conocerla, ese tipo de actitudes eran las que más molestaban a Rayza y si ellos pensaban que ella era una malcriada caprichosa, les enseñaría que tan malcriada y caprichosa podía ser.
De inmediato, Rayza les pido té y bocadillos a la sirvientas que se quedaron a atenderla, quienes no de muy buena manera obedecieron su orden, al regresar, Rayza, sin siquiera probar lo que le habían llevado, lo rechazo sin miramientos.
- Esto no es lo que quiero, vayan de vuelta y esta vez no se equivoquen – les dice Rayza con una sonrisa entre burlona y maliciosa.
- Usted pidió té y bocadillos y eso le trajimos – le contesta una de las sirvientas con los dientes apretados mientras intenta sonar amable.
- Yo pedí mi té favorito y los bocadillos que me gustan, así que vayan a traérmelo – les ordena Rayza, sin decirles exactamente que es lo que quiere.
Sin mas opciones, ambas mujeres regresan a la cocina y comienzan a llenar una bandeja con de todo un poco, ya que no saben que es lo que la joven les esta pidiendo.
Al irse aquellas mujeres una risa sale de la boca de Rayza, ya que a la joven le parecieron muy divertidas las expresiones de esas dos, y mientras Rayza se reía de su travesura, alguien la miraba con desaprobación a lo lejos, y es que esa persona no estaba para nada contenta con la actitud de la joven, y esa persona era Margot que ahora más que nunca estaba segura de que Rayza no era la mujer para su hijo.
Cuando aquellas mujeres volvieron, al mismo tiempo Marcel llegaba a ver a Rayza, y quedo sorprendido al ver la cantidad de bocadillos que le llevaban a su prometida.
- Vaya que tienes hambre -le dijo Marcel a su prometida, mientras llegaba a su lado – lamento la tardanza, pero tenia trabajo que hacer – se disculpo Marcel a la vez que se sienta frente a la joven.
- Estos no son para mi, yo solo quería un poco de pastel de chocolate, pero veo que en tu casa no hay – le contesta lo joven lo que causa que ambas sirvientas sientan su sangre hervir de ira, ya que de haberles dicho eso antes se hubieran ahorrado muchos problemas.
- Y por que no lo pediste, para así mandarlo a traer – le dice Marcel a su prometida.
- Por que así no seria divertido – le contesta la joven mientras sonríe inocentemente y al instante Marcel sabe que detrás de su actuar hay una razón de más peso que solo divertirse, al fin y al cabo, sin Marcel aprendió algo de sus pocas interacciones con Rayza, es que la mujer frente a él no hace nada sin una buena razón.
- Díganle al mayordomo que mande a traer pastel de chocolate y déjeme a solas con mi prometida – le dice Marcel a ambas sirvientas, quienes se van muy molestas.
- ¿Que fue lo que te hicieron esas mujeres para que las trataras así? – le pregunta Marcel a su prometida une vez están a solas.
- Nada, simplemente actuó como se espera de mi – le contesta Rayza y ante las palabras de la pelirroja Marcel entiende lo que paso.
- Si lo deseas, serán castigadas por su falta hacia ti – le dice Marcel a lo que Rayza niega.
- No es necesario, yo se como tratar con ellas así que deja que yo me encargue, ahora lo importante, ayer olvide decirte los requisitos que necesitas cubrir para ser la pareja que busco – le dice Rayza a lo que Marcel levanta una ceja.
- Esta bien, en ese caso quiero oír tus requisitos – le dice Marcel, quien no sabia como sentirse con respecto a las palabras de la joven.
- No tienes nada de que preocuparte, la mayoría de ellos ya los cumples con solo ser tú, así que esos no los mencionaremos en estos momentos, solo no cambies y seguirás cumpliéndolos, pero por ejemplo en estos momentos has roto un requisito muy importante y es que nunca, jamás debes de hacerme esperar, soy tu prometida y futura esposa y si quieres que siga siendo así, yo debo ser tu prioridad, por encima de todo lo demás – le dice Rayza a Marcel, a lo que el peli azul intenta hablar para explicarle a Rayza sobre sus deberes, pero la joven sigue hablando, impidiéndole hablar – pero no soy una inconsciente y se que como futuro duque tienes muchas responsabilidades, así que a partir de mañana yo te ayudare, te enseñare mis trucos para agilizar tu trabajo y así siempre tengas tiempo para mi, también yo seré quién venga a verte, me parces alguien agradable, así que te ahorrare el mal trago de tener que ver a mi padre, y así podre ir familiarizándome con el que será mi hogar – termina de hablar Rayza y ante las ultimas palabras de la joven una sonrisa se forma en el rostro de Marcel, quien se siente feliz de que Rayza comience a considerar el ducado su hogar.
- Espero con ansias tus lecciones, estoy seguro de que me serán de gran ayuda – le responde Marcel, a la vez que toma la mano de Rayza sobre la mesa.
Y mientras la lajera interactúa, a lo lejos la actual pareja ducal los veía.
- No se como puedes estar tan tranquilo con la decisión de tu hijo, esa mujer no tiene lo que se necesita para ser duquesa, la interactuar con la servidumbre y su actitud deja mucho que desear – le dice Margot a su esposo.
- Ella fue la elegida por Marcel, y si la eligió es por una buena razón, yo confío en el criterio de mi hijo, y si se equivoca, él y solo él tendrá que lidiar con las consecuencias, nosotros solo podemos apoyarlo, pero no involucrarnos – le contesta Rodrigo a su esposa, con la esperanza de que la mujer no se entrometa y cause problemas con la prometida de su hijo.