De Ángel A Princesa

_Padre, ¿Cree que lo correcto sea dejar a Lionette libre por el mundo terrenal?

_Estara bien tu hermana Caleb -dijo el creador sentado en su trono trasmitiendo una calma abrumadora.

_ Yo sé que estará bien, pero me preocupa que si se llegan a enterar de su verdadera identidad, los humanos no lo soporten.

(Lionette, a pesar de que es el ser más molesto y entrometido de todo el cielo su puesto en la jerarquía no es un juego) pensó Caleb un poco preocupado.

Las jerarquías celestiales no eran algo que debiera ignorarse, en especial la primera jerarquía donde se encontraban los Serafines, Querubines y Tronos quienes estaban más apegados a dios.

Los serafines quienes estaban a la cabeza de todo el cielo eran el coro del creador, aquellos que siempre estaban a su lado observando en su máximo esplendor y cantando alrededor de él manteniendo el orden, seres creados para que sus voces hagan temblar los cielos y cada canto suyo sea una Purificación o renovación de la energía del universo referente al amor y adoración hacia el señor, repartiendo el amor que este trasmitía a través de sus cantos celestiales, los seres más poderosos de todo el cielo, estar en presencia de uno era estar presenciando la esencia del creador.

Y Lionette era la tercera Serafín y la más joven de ellos, por ello tenía más libertad y un pensamiento un poco más infantil, pero siempre supo mantenerse al margen (Pero su curiosidad por la historia del universo y de la vida de los seres terrenales la llevó a convencer a los Querubines de dejarla ver el libro sagrado, aquel libro que contiene la historia de todo lo conocido y lo desconocido)

_Si te preocupa tanto tu hermana, le he dejado solo el 20% de su poder celestial.

_Incluso con esa mínima cantidad sigue siendo bastante peligrosa ahí afuera.

_Caleb, confía en mí, sé que tu hermana aprenderá su lección y lo hará bien.

...…...

_Querido padre, lamento la tardanza ¿Pero qué no fue usted quien ordenó que no se me avisara nada sobre que ya había iniciado el funeral? -dijo Giselle mirando al duque Ladezma quien sorprendido se giró para mirarla.

_ Así que usted era quien quería que yo no viniera tal vez.

_¡Giselle! ¿cómo puedes pensar semejantes barbaridades?

_Solo digo la verdad padre.

Kardan Ladezma al no saber qué responder ante las palabras de su hija se quedó en silencio instantáneamente mientras que Giselle se acercaba al ataúd de su madre.

A pesar de que el alma en aquel cuerpo era diferente inevitablemente las emociones se mezclaron y Giselle podía sentir el dolor de ver a quien la había llevado en el vientre en aquella hermosa caja de madera, Giselle comprendió que la razón por la que el duque y los hermanos Ladezma habían perdonado los incontables berrinches y maldades de Giselle era porque ella era la viva imagen de la difunta duquesa.

Giselle puso una mano suavemente sobre el ataúd murmurando un pequeño rezo.

_Que tu alma vaya al cielo en la gloria del grandísimo y puedas descansar en paz rodeada de amor. -murmuro Giselle, palabras que solo ella misma podía escuchar debido a lo bajo que las decía.

(Me aseguraré de cambiar el destino de este cuerpo y darle la vida plena que tanto deseabas para ella)

Detrás de ella podía escuchar los murmullos y con delicadeza se giró mirando a los demás.

_Muchas gracias por venir a este día tan triste y especial para nosotros, mi madre la duquesa hubiese estado contenta de saber qué le importo a tantas personas -dijo Giselle tomando la falda de su vestido y haciendo una pequeña reverencia antes de sentarse en una silla algo alejada de su familia, los hermanos Ladezma la miraron con sorpresa y el duque se quedó con la boca abierta.

"La señorita Ladezma parece que ha madurado"

^^^"Se ve más educada y refinada"^^^

Giselle se mantuvo en silencio durante toda la misa, cuando todo terminó y los invitados fueron abandonando la sala hasta que solo quedó Giselle frente al ataúd de la difunta duquesa.

Giselle iba a morir a los 18 años y en ese momento solo tenía 14 así que aún tenía cuatro años para planear como evitar su muerte (lo más sensato sería alejarme de Beatriz y no tener contacto alguno con ella, a este punto de lo que conozco Giselle le tiro agua encima el día que llegó y la hizo tropezar de las escaleras y golpeó a sus damas de compañía)pensó Giselle quien se sentó a un lado del ataúd y se recargó sobre él.

_ Ahora solo debo asegurarme de no hacer cosas que puedan malinterpretarse-suspiro Giselle quien cerró los ojos y comenzó a cantar.

Su voz era suave, melodiosa, un canto angelical que ningún ser terrenal podría comparar, un canto para honrar aquella alma que ascendería al cielo, pero en ese momento pasos que resonaron en el suelo llamaron su atención.

_Giselle, que haces aquí.