Prisioneros De Las Bailarinas.

Una leve capa sudor recorre sus figuras esbeltas mientras terminan de grabar la nueva coreografía que subirán esta noche a sus redes sociales. La salsa choke resuena por todo el salón, sus cuerpos se mueven con sincronía perfecta mientras disfrutan la melodía jocosa y divertida.

Ambas con vestidos cortos, abiertos, y ajustados para realzar su figura y potencia y la sensualidad femenina.

la salsa choke es un estilo musical del género salsa. Sus orígenes son la fusión del choke colombiano y la salsa. Se produjo ante el fenómeno de lo que se llamaba Paipa o choke, que luego terminó dando origen a la salsa choke.

Al terminar la pieza de baile ambas hermanas chocan sus manos y luego se dan la vuelta para chocar sus traseros en modo de festejo, las risas revolotean en el ambiente, Su amiga Juliana Pérez, es quien les ayuda con la grabación y les da un Okay cuando indica que todo quedó excelente.

_ Muy bien mis chicas, quedó perfecto ahora solo editamos y montamos.

Abigail y Ashley se cambian el vestuario por su ropa usual luego se unen a Juliana para terminar el trabajo.

_ Tengo hambre. _ se queja Ashley con la mano sobre su barriga descubierta.

_ No eres la única. _ señala Abigail. _ También tengo hambre.

_ Vamos por unas hamburguesas con extra todo. _ invita Juliana.

_ Vamos, pues. _ las gemelas hablan al mismo tiempo.

Después de subir el nuevo video, recogen sus pertenencias y salen del salón, encontrándose con Anaís; tía de las gemelas, a ella es quien se encarga actualmente de la academia de baile que fundaron Nicolás y Nathaly años atrás...

Se despiden de su tía y salen de la academia en busca de un buen lugar para comer, a tres cuadras encuentran el puesto callejero de doña María, es usual que ellas con allí, la señora la recibe con una amplia sonrisa, las tres chicas la saludan y pronto se acodan en una mesa, hacen sus pedidos y en menos de lo que canta un gallo están disfrutando de una deliciosa hamburguesa callejera con extra todo.

Abigail y Ashley a pesar de ser hijas de padres adinerados y con buena posición económica, no son de estar comiendo en restaurantes exclusivos y caros, claro que les gustan, pero disfrutan más el aire libre y las cosas sencillas.

_ ¿Qué harás mañana? _ le pregunta Abigail a Juliana.

_ Iré a visitar a mis abuelos en boca grande. _ responde la chica con la boca aún llena. _ Tengo varios meses que no los visito y ya los extraño mucho y ellos a mí, así que iré a pasar el fin de semana con ellos, quién quita y también me consiga algún turista vergón que me vuelva loca y me pegue una buena sacudida.

_ Tú no cambias, Juliana. _ Ashley le pega el brazo mientras ríe.

_ Saben, deseo conseguirme un hombre apuesto, musculoso, con varios tatuajes, uno así como un mafioso... _ sigue Juliana contando sus fantasías.

_ Tú de verdad estás loca. _ la acusa Abigail. _ En serio ¿un mafioso? Tu no vez que esos tipos gritan peligro a toda hora, hombres como esos son peligro puro, matan, roban, violan, trafican...

_ Yo de verdad no entiendo tus gustos. _ acota Ashley.

_ No sean aburridas chicas, un hombre así es la fantasía de cualquier mujer, hombres rudos y peligrosos. _ Juliana sigue imaginando como es empotrada por un tipo peligroso.

_ ¡La mía no! _ aclaran las gemelas al unísono haciendo que su amiga se ría a carcajadas.

_ Mojigatas. _ las acusa llevando una papita con kéchut a su boca.

_ Mojigatas no, solo realistas. _ se defiende Abigail. _ Un mafioso, vive en el ojo del huracán, si no los persiguen la policía, lo hacen sus enemigos.

_ Exactamente, yo quiero un hombre íntegro, muy amoroso, tierno, apuesto... _ Ashley enumera las características de su hombre ideal. _ Que sea romántico, trabajador, que comparta mis sueños, sea empático...

_ Y vergón. _ añade Abigail logrando la carcajada de todas, la misma se sonroja al darse cuenta de que las personas que están ubicadas en la mesa siguiente se ríen al escuchar un poco de la conversación que mantienen las tres mujeres.

Al terminar de cenar, pagan la cuenta y deciden regresar a sus hogares, como Juliana vuelve cerca las gemelas la acompañan hasta su casa para luego ellas tomar un taxi y dirigirse a la de ellas.

_ ¿Oye Abigail y ya terminaste tu relación con Alfredo? _ Indaga juliana cuando ya han recorrido varios metros de camino.

_ Bueno nunca tuve una relación con Alfredo, al menos no una seria. _ aclara cuando su gemela y su amiga la miran con cara de ¿En serio? _ O sea eso era algo como una amistad especial, no había amor, solo algunos besos y una que otra travesura, nada más, pero ya corté con eso al ver que él quería pasar a segunda base, yo aún no estoy lista para dar ese paso y menos con un hombre que no amo.

_ Oh, te entiendo, sigues en la espera de tu príncipe azul. _ comprende Juliana.

_ Ambas esperamos un apuesto príncipe para entregarles nuestros tesoritos. _ dice Ashley con picardía...

_ Yo pensé encontrar un príncipe de esos cuando tenía 17, me entregué a él y luego me dio la patadita de la buena suerte, solo quería eso, apenas se lo di me dejó por otra. _ Juliana recuerda un poco la época de su adolescencia, fue una etapa triste, las gemelas la abrazan al mismo tiempo y dejan un beso en su cabello teñido de azul.

_ Verás que encontraras a un buen hombre que te ame de verdad. _ la consuela Ashley.

_ Pero por favor olvídate de los mafiosos, esos son los más rompecorazones, ellos no tiene ojos para una solo mujer, tienen ojos y verga para muchas. _ añade Abigail.

_ No prometo nada, pero lo intentaré. _ dice juliana fingiendo llorar y Abigail la empuja.

Las gemelas dejan a su amiga en la puerta su casa para luego tomar un taxi que las lleve a la suya.

_ ¡Buenas noches! _ saludan al unísono cuando entran a su casa.

_ Buenas noches, señoritas. _ responde una de las empleadas.

_ ¿Papá y mamá? _ pregunta Abigail.

_ No han llegado.

_ ¿Mauricio y Fabricio? _ pregunta también Ashley por sus hermanos mayores que también son gemelos.

_ Tampoco están. _ vuelve a explicar la empleada.

Abigail y Ashley se despiden de la empleada y se dirigen hacia la segunda planta en busca de sus respectivas habitaciones.

Ambas se duchan para luego ha de su rutina diaria con la piel de su rostro, se colocan sus pijamas, Abigail se acuesta en su cómoda cama, conecta los auriculares a su celular y se dispone a escuchar música cuando de pronto la puerta de su habitación se abre abruptamente dejándola ver la imagen de su hermana.

_ ¿Has revisado tus redes?

_ No. _ niega Abigail colocándose de pie.

_ Pues mira. _ indica Ashley, Abigail obedece y su corazón amenaza con detenerse cuando ve las imágenes que circulan en internet.

_ ¡Maldito, Alfredo!