Él ayuda a su mejor amigo a castigar a su hija dándole un empleo en su empresa, pero lo que no contaba era que ella estaba completamente diferente de lo que recordaba. La deseó en cuanto la vio entrar en su oficina. Ella siempre ha estado enamorada de él y lo tentará como el mismo diablo.
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Capítulo 3
Henry Armstrong, 39 años
- Soy dueño de la mayor empresa de tecnología de Nueva York y tengo sucursales en algunas partes del mundo. Me encanta conocer mujeres nuevas, odio acostarme con la misma mujer, por eso mi lista es bastante larga. En mis 39 años nunca me he enamorado y mucho menos he estado con una mujer más de 3 veces. Mi mejor amigo, Octavio Connor, es el más tranquilo; se casó, a pesar de mis protestas, y acabó teniendo una hija. Desgraciadamente, su esposa murió en el parto. Después de que naciera su hija me distancié un poco, pero nuestra amistad nunca cambió.
Ahora
- Después de pasar la noche con una morena, fui directo a mi casa. "No duermo con las mujeres que me acuesto, no tengo sus números de teléfono y mucho menos recuerdo sus nombres. Es solo una follada y cada una sigue con su vida. Esa es mi regla, que nunca voy a romper." Bufo de rabia al recordar que le prometí a Octavio que le ayudaría a darle una lección a Melissa, ya que ha estado haciendo de las suyas. Hace años que no la veo. Miro la pantalla de mi celular y es él.
Mensaje
Octavio: Cuida bien de mi princesa.
Henry: Si me estresa, la mando de vuelta en ese mismo instante.
Octavio: No seas un cabrón con mi hija o te arranco las pelotas.
Henry: Vete a la mierda.
- Guardo mi celular en el bolsillo y voy a responder el correo electrónico de mi cliente. La puerta de mi despacho se abre y entra mi secretaria.
Késsia: Ha llegado.
Henry: Hazla pasar. Y la próxima vez llama a la puerta.
Késsia: Lo siento, señor.
- Ella sale riendo y yo bufo. Miro la pantalla y termino de responder el correo. Levanto la vista y casi me ahogo. Miro su cuerpo y me quedo en shock. "Joder, cómo está de buena".
Henry: ¿Melissa? ¿La hija de Connor?
Mel: ¡Sí!
- Joder, esto va a ser un problema. Trago saliva.
Henry: Estás diferente.
- Ella se encoge de hombros.
Mel: La última vez que nos vimos todavía iba a cumplir 17 años. Ahora soy una mujer adulta.
- Me estoy dando cuenta de eso. Joder, la última vez que la vi era delgada y no tenía todas esas curvas. Dios, necesito respirar. Me pongo de pie.
Henry: ¿Tu padre ya te ha dicho cuál va a ser tu puesto en mi empresa?
Mel: ¡Sí! Su secretaria.
Henry: ¡Estupendo!
- Le explico sus funciones y me doy cuenta de que está en la luna. Gruño de rabia.
Henry: ¿Entendido?
- Ella me mira sin comprender.
Mel: ¿Puede repetir?
- Respiro hondo tratando de controlarme.
Henry: Mira, odio a la gente lenta y que está en la luna. Necesito que estés alerta en todo momento.
Mel: Lo siento, eso no volverá a suceder.
Henry: ¡Más te vale!
- Vuelvo a explicarle y esta vez ella presta atención. Se va a su mesa y yo vuelvo a concentrarme en mi trabajo, pero de vez en cuando miro sus curvas y me culpo por ello. "Ella es la hija de mi mejor amigo, no puedo sentir deseo por ella. Mierda".
Henry: Necesito follar.
- Murmuro para mí mismo cuando escucho que llaman a la puerta.
Henry: Adelante.
- Ella abre la puerta con varios papeles en las manos.
Mel: Necesito que revise estos documentos.
Henry: ¿Por qué tengo que verlos de nuevo?
Mel: Hay algunos documentos que están exigiendo más de lo debido. Por ejemplo, este.
- Se acerca colocando el documento encima de mi portátil y señala el final del papel con letras minúsculas. Su perfume es tan delicioso. Cierro los ojos y respiro hondo sintiendo su aroma. "Ella es la hija de mi mejor amigo". Intento controlarme.
Mel: Están pidiendo un 30% en caso de retraso en la entrega del software. Exigirán el 30% por cada día de retraso. Pagarán un 30% de multa.
- Realmente tiene razón.
Henry: Hijos de puta.
- Ella me muestra los otros y yo me pongo en contacto con el abogado de la empresa, que consigue revertirlo.
Henry: Gracias, Melissa. Para ser tu primer día de trabajo lo has hecho perfecto.
Mel: ¡Gracias! Pero creo que es mejor buscar una secretaria más centrada. No es por causar problemas, pero solo está con el móvil.
Henry: Gracias, la verdad es que ya estaba pensando en cambiar de secretaria.
Mel: Ya he terminado mi jornada. Hasta mañana.
Henry: Hasta mañana, Mel.
- Ella me mira y me doy cuenta de que sus mejillas están rojas. Me saluda con la mano y sale casi corriendo. Suelto una carcajada y miro los documentos.