Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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bofetada
_ ¿Eres muda?. _ Edwin usó una voz dulce, al momento de preguntarle a Diana.
La chica movió la cabeza para contestar la pregunta del chico. De inmediato, Edwin sintió como su sangre hervía de coraje.
_ Cómo te atreviste a intentar verme la cara de idiota... _ Edwin apretó con fuerza los dientes.
Al darse cuenta de la cara de Edwin, al saber que Diana es una chica muda, Mateo dio un paso hacia atrás, se puso muy nervioso, ya que nunca le contó a Edwin de la discapacidad de la chica.
Por su parte, Susana no pudo evitar que su corazón saltara de la felicidad, la oportunidad que estaba esperando se estaba haciendo realidad.
Con astucia, Susana se puso a un lado de Edwin, y con un tono burlón, comenzó hablar.
_ ¡Ella es muda desde los tres años, nunca ha podido decir ni una sola palabra!...
_ Diana no puede hablar, y jamás lo va a hacer. _ Le confesó Susana, con toda la intención de que Edwin se desilusionará de Diana.
El chico alejó sus dedos de la barbilla de Diana; y sin decir ni una sola palabra, se dio la vuelta, para marcharse lo antes posible de ahí ... Dejando atónitos a toda la familia Wlop...
Mateo pensó que estaba perdido, no podía permitir que Edwin se fuera de la mansión de esa manera. Su familia estaba por perder todo lo que por años me costó tener.
_ Todo es tu culpa... _ Mateo murmuró al pasar al lado de Diana.
Diana se sintió tan mal, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. La chica no esperaba haber sido rechazada de esa manera, pero, tenía que ser realista, ¿Qué hombre iba a querer casarse con una muda?...
Susana miraba con gracia la humillación qué Edwin le hizo a Diana. Se acercó a su prima, y con su mano, arrojó su cabello detrás del hombro con un gesto de desprecio.
_ Te lo he dicho toda tu vida, eres horrible, y ahora lo estás comprobando. Ningún hombre puede estar al lado de una mujer "Muda"... _ Susurró Susana muy cerca del oído de Diana.
El corazón de Diana se destrozó completamente, cada una de las palabras que salían de los labios de Susana, eran como dagas cortando lentamente el corazón de Diana.
No únicamente era Susana, la hacía sentir como si no valiera nada, sino qué cada una de las personas que estaban allí, provocaban que se sintiera peor que una cucaracha.
Diana no pudo evitarlo, sus piernas temblaban constantemente, su respiración se volvió lenta, cada una de sus lágrimas, fue cayendo continuamente, hasta destrozar por completo el maquillaje que llevaba en su hermoso rostro.
Antes de que Edwin abriera la puerta para irse, Mateo lo alcanzo, estuvo a punto de agarrar su brazo para impedir que Edwin saliera de su hogar...
No obstante, su mano se detuvo en el aire, Mateo se arrepintió de cometer un error como ese, ya que no solo le costaría la perdida total de todas sus empresas, sino porque también podía ir a la cárcel.
Mateo aceleró el paso, colocándose a una distancia muy corta del Edwin... El chico no se podía ir sin haberse comprometido con una de las chicas de la familia Wlop...
Así, que Mateo pensó rápidamente en ofrecerle a Edwin a su única hija, y dejar a Diana como la sirvienta de la mansión, hasta que encontrara a un hombre rico con la que la pudiera casar.
_ ¡Señor Shop!... _ Gritó Mateo con fuerza.
Edwin se detuvo por un segundo girando a ver a Mateo, ceño fruncido, rápidamente, se podía notar el mal humor que Edwin tenía.
El anciano se detuvo antes de llegar a Edwin, de inmediato bajó la cabeza, y era capaz de ponerse de rodillas, si Edwin se lo ordenará...
_ ¿Qué es lo que quiere?... ¿No es clara mi respuesta?... _ Preguntó Edwin.
_ Si no me agrada, Diana por ser muda. Puede casarse con mi hija Susana, es una mujer muy hermosa, habla varios idiomas, fue educada en una de las mejores escuelas para señoritas del extranjero. Ella es mucho más hermosa que Diana, y su voz es como el de un ángel, su familia va a quedar encantada con su esposa…
El rostro de Edwin cambió completamente, no podía creer él escoria de hombre que era Mateo.
Si tuviera que escoger entre las dos chicas, escogería sin dudarlo a Diana. La chica era muda, pero, no era como Susana, por encima se le notaba la clase de mujer que era Susana.
Por encima se podía notar la clase de mujer que era Susana, y Edwin no pensaba caer en las garras de una mujer así.
_ Arregla todo, mañana al medio día, me casaré con tu sobrina Diana...
El rostro de Susana cambió rotundamente, esperaba otro tipo de respuesta por parte de Edwin, por lo mínimo, que la considerara una opción mucho más seria, y no qué cogiera a Diana por encima de ella...
Edwin salió de la mansión, dejando a la familia sorprendida por su decisión. Aunque, Mateo no estaba muy desacuerdo, una sonrisa apareció entre sus labios.
Susana, totalmente furiosa, se dio la vuelta, no podía controlar el odio que llevaba por dentro, su corazón latía tan fuerte, como si en cualquier momento iba a salir de su pecho.
Diana se mantuvo parada en el mismo lugar, sus pies parecían estar clavados en el piso, sintió una enorme felicidad, al escuchar que Edwin la escogió a ella y no a su prima.
Susana llegó hasta Diana, solo para darle dos fuertes bofetadas. Diana no pudo evitar caer al suelo, de inmediato, llevó sus manos a sus mejillas, un fuerte ardor se apoderó de su rostro.
_ ¡No mientas, y finjas que te han dolido las dos bofetadas!... _ Susana señaló a Diana con su dedo.
Susana, no conforme con golpear a la chica. Agarró a Diana de los hombros y la sacudió con todas sus fuerzas, Susana era realmente una mujer perversa.
Al primer descuido de Diana, Susana lo aprovechó, para aplastar los dedos de la mano de Diana contra el piso...
Fue tanto el dolor que Diana sintió, que al no poder gritar, mordió con fuerza su labio inferior, rápidamente, la sangre floto por la herida del labio.
__ ¡Maldita muda!. ¿Cómo te atreves a pasar sobre mí?... _ Mencionó Susana apretando con más fuerza la suela de su zapato encima de la mano de la chica.