Cuando piensas que la vida de una familia con hijas altaneras y un esposo que jamás hace respetar a su esposa como madre, Aurora Manrique pensó que todo era normal y que en todo hogar había estás clases de problemas, pero al recibir la traición en forma de bofetada por parte de sus hijas y su esposo ella despertó y se dió cuenta que su cruel realidad fue soportarlo todo por amor a su familia.
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¡Guapa!
Aurora lo observo y noto algo de nerviosismo, en su presentación, al principio ella sonrió y al recordar el accidente se tensó. Por su parte Javier trató de disimular los nervios, y a su vez explico lo sucedido echándole toda la culpa a su caballo, también manifestó que sus familiares estaban por llegar, Aurora no era una mujer incomprensible, pero al ver los gestos seremos de hombre se molestó, ella recordaba muy bien accidente y no esperaba que él le mienta.
Aurora---: Estás diciendo que tú no tienes la culpa sino tu caballo.
Javier---: Escúchame, que te puedo decir pero Cirilo es un caballo terco que pronto lo enviaré a la carnicería y te aseguro que no provocara más accidente. (dice frotando su nuca).
Aurora---: Para mí fue el jinete, el caballo es guiado por el jinete, usted fue el culpable de que yo esté en este lugar y se escuda echándole la culpa al caballo.
Javier---: Mire guapa no lo tome a mal, realmente fue el caballo.
Aurora---: ¡Guapa!..
Javier no sabía cómo explicarse, parecía que su lengua estaba aplasta por quintales de plomo, él quería hablar y no sentía su lengua no podía pronunciar ni un fonema "no soy tartamudo" fue lo primero que pensó, tampoco entendía que sucedía con sus emociones hace más de 20 años que no se sentía así de nervioso y ahora parecía un quinceañero ilusionado, la mujer era muy hermosa antes sus ojos, por no pensar que talvez ella era la mujer casada.
Quiso explicarse más, pero la puerta se abrió de golpe y las miradas frías de Álvaro Manrique se encontraron con Javier Mendoza, y al instante también llegó Alfredo preocupado por su madre, él no le prestó atención a la persona que estaba en la habitación con su madre, lo único que quería saber que su mamá esté bien.
Alfredo---: Me asusté mucho, tuve temor de perderte.
Aurora---: Estoy bien amor, no tengo ningún daño en mi cuerpo.
Álvaro---: Hay que denunciar al causante del accidente (mirando a Javier enojado).
Javier---: Bueno que puedo decir, según la ley dice que el aparente culpable del delito en este caso el accidente deberá hacerse responsable de los gastos médicos de los accidentados... Pues ya pague los honorarios médicos, exámenes, tomografía, radiografía y otros, también pague la habitación y créame que no es cualquier habitación, está en una sala vip, tengo facturas de todo, la señora está bien buena...
Álvaro---: ¿Qué dijiste?.
Javier---: Que está bien buena de salud (nervioso) yo me retiro, Aurora gusto de conocerte, buenas tardes a todos (se va)
Alfredo---: ¡Bien buena!
Aurora---: No le hagas caso, hay personas que no se saben expresar.
Alfredo---: Claro, iré a conversar con el médico, abuelo te quedarías con mamá.
Álvaro---: Si ve, yo me quedo con mi hija.
Alfredo miró a su madre le sonrió y salió, en busca de Javier, él era hombre y sabía a qué se refería Javier en decir que ella estaba buena, a pesar de que su padre falló él todavía tenía algo de esperanza que sus padres vuelvan a estar juntos y ser la familia que antes eran. A ningún hijo le gusta que sus padres estén separados a pesar de que ellos ya están grandes y son mayor de edad, también recordó las lágrimas de su hermana menor.
Mientras tanto afuera de la clínica, Javier permitió que las personas que estaba ahí terminen de tomarse fotos con su caballo Cirilo como llamaba al cabello era un purasangre original traído desde Reino Unido, cuando él viajo a Inglaterra para visitar a su tío que trabajaba en los establos de personas de alta sociedad en ese país, los dueños vieron dificultades en el caballo al nacer, tenía una oreja pequeña y otra más grande para ellos era un caballo discapacitado y no les servía, incluso ordenaron desaparecer al potro recién nacido, Javier compro sin dudar al pequeño potro, y además tuvo que pagar una gran suma de dinero para trasladar el caballo a Ecuador, también le urgió de manera inmediata compra un lugar para que su pequeño potro crezca sin problema, después de cinco años su caballo era hermoso y su pelaje brillante negro decía que el caballo estaba bien tratado.
Javier---: Creo que es hora de irnos.
Mientras Javier estaba por subir a su caballo cuando escucho una voz juvenil que lo llamaba, Javier alzó las miradas encontrándose con el joven que había llamado mamá a Aurora.
Alfredo---: Quería que me aclare ¿qué quiso decir usted que mi madre está buena?
Javier---: (sonríe) hijo, créeme que no lo dije con mala intención, y como hombre sabes lo que quise decir, ahora siento algo de envidia de tu papá que la tiene a su lado (sube al caballo) nos vemos espero que tu mamá se recupere rápido.
Alfredo solo miró con fastidio aquella figura masculina que se alejaba de su campo de visión, sabía que su madre era hermosa que no aparentaba su edad y a su vez se lamentaba por la decisión de su padre. Lo que Alfredo no entendía era que ya Aurora había dejado definitivamente a sus hijas y marido atras, ya que ellos habían elegido a otra mujer en sus vidas y eso Aurora no iba a perdonar y jamás regresaría con José Luna que le prometió protegerla el resto de su vida y le mintió.
Alfredo---: Diablos papá, si no pones pilas seguro habrá un hombre que conquiste el corazón de mamá.
En la ciudad de Babahoyo, José estaba sentado a un lado de la camilla mientras le hacían una ecografía a Lucia, él escuchaba el sonido del corazón del pequeño embrión que se formaba en vientre de su amante, Lucia sonría y buscaba con sus manos a José que sonría con desgano, el también recordó cuando acompañaba a Aurora a las citas médicas durante su embarazo ahí él se sentía emocionado muy diferente a los sentimientos que siente ahora.
Cuando salieron del consultorio, Lucia queria tomar su mano, pero José la ignoró y metió sus manos al bolsillo, como estaba serio Lucia trato de animarlo aunque José seguido su camino sin darle una mirada, pero aun así ella se colgó de su brazo.
Lucía---: Ahora que ya vimos como se está formando nuestro hijo, creo que es hora de unir nuestras vidas.
José---: ¿Qué quieres decir?
Lucía---: Es hora de casarnos.
José---: 25 años con Aurora y no me case, quien dice que contigo es diferente, le debo una boda a la madre de mis hijos.
Lucía---: (ríe) Pues si no me das un matrimonio entonces porque tiene que vivir el niño, además ella se fue y podría haberse ido hasta con otro hombre y tú aquí lamentándote.
Los ojos de José se oscurecieron y lleno de coraje y con sus grandes manos de un mecánico aprieta el delgado cuello de Lucia sin importarle que ella llevaba a su hijo en su vientre
José---: Como te atreves decir tonterías, Aurora no es como tú, ella es una señora que siempre se hace respetar y jamás pensaría en otro hombre que no sea yo...
