Briza necesita un nuevo empleo con urgencia. Daniel necesita una secretaria que además de hacer su trabajo prepare un buen café.
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capitulo 17
Estoy reunida con las locas de mis amigas discutiendo que ver. Yo insisto en ver Sandman y ellas quieren ver algo más romántico. Mi jefe está trabajando y se podría decir que me dejo su departamento a mi antojo. O algo así porque él está en el despacho.
Terminamos viendo una película de Drácula. La versión esa que tiene algo más romántico.
—Yo quería ver Sandman —me quejo como niña pequeña. Cruzo mis brazos y hago un puchero.
—Después dile a tu Morfeo que vean la seri juntos —dice Sylvanas llenando su boca de palomitas—. Hay como quisiera que Luck me clave los colmillos.
—¿Mi Morfeo? —pregunto y no entiendo a qué se refiere.
—¿Quieres ver una serie y no tienes idea de que se trata? —de eso se trata, quiero saber de qué va, aunque...
—Me llamo la atención el actor —admito.
—¿Qué raro la babosa? —murmura Cecilia.
—Me van a decir que no está bueno, esa cara de indefenso mmmm.... —acato mordiendo mis labios.
—Si como la de tu Morfeo —Vuelve a decir Sylvanas.
—A mi Morfeo lo tengo en penitencia —ahora todas me miran—. Le dije que no quería que nadie en la oficina se enterara que teníamos una relación y hoy la recepcionista nos pescó besándonos.
—Pero no era que habían llegado a un acuerdo donde tu dejarías de lado lo que piensan los demás y disfrutarías de tu jefe, que esta para comerlo antes y después de cada comida —aporta Amy y todas la miramos. Siempre deja en claro que su “ojitos de arcoíris” es el más lindo y todas esas babosadas.
—Guau cuñada al fin dejas de ver solo por mi hermano —casi le aplaude Sylvanas.
—Eso nunca —dice ella—. Pero que tu Morfeo esta para darle eso no lo puedo negar.
—¿De qué Morfeo hablan las señoritas? —todas gritamos al escuchar la profunda vos de mi jefe, el muy condenado está parado frente a nosotras con un pantalón de gimnasia, una remera ajustada a su formido cuerpo y el cabello húmedo. Los pies descalzos.
Mis amigas lo miran con cara de babosas arrastradas y yo me levanto para pararme frente a él e impedir que estas aves de rapiñan me lo quieran comer de a poco.
—No seas celosa, que no te lo vamos a comer —dice Amy, todas ríen y yo me pongo roja, él se ríe.
—¿Qué miran? —pregunta pasando una de sus manos por mis hombros.
—Drácula la historia Jamás contada —dice Marion.
—¿Y qué tiene que ver el dios del sueño en todo esto? —pregunta ahora sin entender de que estábamos hablando.
—Lo que pasa que acá tu querida novia quiere ver la serie de Sandman y no tiene idea de que se trata —dice Sylvanas.
—¿El de Matrix no se llamaba Morfeo? —pregunta pensativa Marion— ¿O era Neo?
—Hay dos personajes con esos nombres en Matrix, peo nada que ver ese Morfeo con el de Sandman —acata Dan.
—A mí me gusta Keanu Reeves —sigue diciendo Marion.
—Y a mí me encanta Luck Evans con esa armadura —dice Sylvanas señalando la pantalla—. Podemos terminar de ver la película y luego hablamos de todos los actores que están como Morfeo como para comerlo antes y después de cada comida.
—Sigo sin entender de que Morfeo hablan —vuelve a mencionar desorientado mi jefe y todas me miran.
—Luego te cuento ¿Sí? —digo mientras lo empujo a la cocina—. ¡Buscare algo de comida, ya vuelvo!
—¿Quieres comerme a mí? —pregunta con esa sexy voz que hace humedecer mis sentidos.
—Tu estas en penitencia —le indicó y tomo otro paquete de palomitas para meterlo al microondas.
Mientras veo como el paquete da vueltas y comienza a hincharse siento como sus manos se posan en mi cintura y su boca deposita besos en mi cullo arranándome un jadeo. Aprieta la piel de mi cintura y pega su dureza en mi trasero para refregarse.
—Ya ansió el momento en que dejes de poner resistencia y levantes esa penitencia, cuando así sea te juro que no podrás caminar de lo duro que te voy a dar —susurra en mi oído y me suelta para salir de la cocina dejándome más cachonda que nunca, sabiendo que ya perdí la batalla.
Vuelvo con el táper lleno de palomitas y todas me miran, no sé qué cara cargo, pero todas se ríen.
—creo que a alguien la dejaron con muchas ganas —dice entre risas Cecilia y yo solo me pregunto ¿Tanto seme nota?
Luego de terminar de ver la película cada una se fue a su casa y como yo estaba en modo pelotudo y no quería perder, arme un lio con mis cosas para irme a mi departamento.
—¿Se puede saber dónde vas? —pregunta Dan mirando como intento que entre mi ropa en mi mochila.
—A mi departamento —espeto sin mirarlo, pero sé que me mira.
—¿Huyendo señorita Riles? —escucho sus pasos al acercarse a donde estoy.
—No, Señor Black. Necesito ir a mi departamento, casi lo tengo abandonado —digo todavía reusando su mirada, sé que si lo miro ganara la guerra que tenemos y no quiero, quiero que me comprenda, que entienda que me incomoda que todos piensen mal de mí.
—¿Quieres que te acompañe? —pregunta y quiero asentir, pero no.
—No, cuando comprendas mi incomodadas hablaremos de nuevo, mientras tanto, Señor Black solo lo limitaremos a un trato profesional —trata de sonar convincente, me volteo y veo como me mira con sus manos en la cintura tratando de buscar el chiste en mis palabras. Frunce el entrecejo.
—¿Hablas en serio? —pregunta con un deje de tristeza.
—Si, señor.
—Amor, ¿Sabes lo que me cuesta tener un trato profesional contigo sin querer desnudarte a cada hora? —pregunta y trata de poner una mano en mi cuerpo, pero me alejo.
—Entonces renuncio.
—Bien acepto tu renuncia, pero de acá no te mueves, bueno solo si es debajo de mí, arriba, de costado o la pose que quieras —dice mientras me saca de las manos la mochila que estaba por colgaren mi espalda.
—No me quedare sin trabajo, solo para satisfacer tus instintos —digo algo molesta ya que al parecer el solo se fija en lo que el necesita.
Se separa de mí y me mira serio, tanto que tiemblo.
—¿Eso crees de mí? ¿Qué solo quiero satisfacer mis instintos? —dice y se aparta— Te recuerdo que te dije más de una vez que lo que quiero contigo es serio no algo pasajero para calmar mi calentura. De ser así no estaría aquí y menos discutiendo este asunto conmigo —comenzó a caminar de un lado a otro haciendo que me sienta mal ¿En serio pienso eso de él?
—Creo que necesitamos relajarnos y pensar bien las cosas —digo tratando de buscar algo de lógica en todo esto.
—Yo no necesito pensar nada, yo sé lo que quiero y es a ti al cien por ciento, no dé a ratos y a escondidas como si fuera algo prohibido, ¡maldición! —gritó exasperado, acercándose a mí, me mira a los ojos— Mentiste cuando dijiste que si a mi proposición de no ocultarnos más, yo te dije que estaba cansado de eso y tu aceptaste pasar de todos.
—Se lo que dije, pero no estoy lista para que todos me juzguen y para tener que enfrentarme la cara de todos, con esa mirada acusadora —digo tratando de que me entienda—. No soy tu, no puedo hacer de cuenta que no soy inferior a ti.
—No lo eres, eres mucho mejor que yo en todo —se acerca tomando mi cara entre sus manos— Por favor, no me dejes, no volveré a dejarte sola, aremos que esto funcione y si te sigues sintiendo incomoda puedo ayudarte a conseguir un buen empleo si es lo que quieres, pero no me dejes. Me moriría sin ti, cinco años lejos de ti fue más que suficiente.
Mierda con eso me tiene a sus pies, dejo de resistirme a lo que siento y mi boca busca la suya. Con hambre con desesperación. Enseguida me despoja de cualquier tipo de prenda que cubre mi cuerpo y le sigo el paso haciendo lo mismo con la suya.
—¿Llevabas la cuenta? —me alegra no ser la única que llevaba esa cuenta.
—Si, sabes las veces que me masturbe pensando en tu cuerpo —dice mientras deposita besos en la base de mi cuello.
—Me alegra no ser la única loca —me mira por un segundo para luego con desesperación tomarme y mientras caigo en su cama y abre mis piernas para colocarse entre ella y sin ningún tipo de templanza entra en mí.
—Te dije que no sería suabe, lo siento, pero todo el día me tuviste al límite —dice en mi oído mientras sin parar y de una forma desenfrenada entra y sale de mi interior.
—No te contengas, haz de mi lo que quieras —le pido entre jadeos cargados de sensualidad.
No se contiene y sin piedad toma todo de mí y le doy todo mi ser para que haga lo que se le antoje, estoy a su merced.
Cada vez que estaba por llegar, se apartaba y con su boca jugaba con mi piel sensible de mis pechos, mi vientre, mis pliegues y luego nuevamente se unida entre mis piernas para darme sin piedad, arrancarme más de un jadeo, déjame sedienta y con la garganta ardiendo de tanto gemir. Así me tubo alrededor de una hora hasta que no aguante más y le rogué que me dejara terminar y cuando lo hice el me siguió dejándome tan agitada y relajada al mismo tiempo que dudo que mañana pueda caminar. Al fin y al cabo, es lo que él quería, dejarme inhabilitada.
Se levanta de la cama y nos trae algo fresco para tomar, mi garganta me arde, al igual que cada centímetro de mi piel. Mi centro está igual que mi garganta, pero no puedo creer que quiera más, este hombre me ha vuelto una enferma. Lo necesito tanto que no puedo ni respirar.
—¿Qué pasa amor? —pregunta al ver como lo observo.
—Creo que tengo algún tipo de enfermedad —digo seria.
—¿Te duele algo? —pregunta preocupada.
—Todo, pero puedes creer que quiero más —le digo sin poder creer lo que necesito.
—Pues si estás enferma yo padezco lo mismo, porque la verdad estoy en igual de condiciones que tu —murmura y lleva su mano a su entrepierna mostrando lo excitado que se encuentra.
Se levanta de la cama y va al baño escucho que corre el agua, vuelve a la habitación y me toma en brazos.
—Un baño nos sentara bien —dice. Entramos al agua que se encuentra cálida y placentera. Pero como dije antes no puedo con esta necesidad, necesito sentirlo dentro de mí.
—¿Amor?
—Mmm...
—Por favor... —digo como en suplica, el me entiende y con un suave movimiento me levanta de las caderas y coloca la punta de su miembro en mi entrada.
Me quedo quieta un momento para sentirlo en mi interior, luego lentamente mis caderas se mueven en sincronía con las suyas. Esta vez despacio y sin prisa nos amamos en esa bañera hasta que el agua se enfrió y nuestra piel se arrugo.
y mis respetos para ti, por poder expresar e hilar bien las ideas de lo que quieres pasmar. felicidades y continúa así y sobretodo con miras hacia adelante.