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El Imperio De La Mafia

El Imperio De La Mafia

Status: Terminada
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Amor en la guerra / Familias enemistadas / Completas
Popularitas:43.5k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Giise Flor

Pia es vendida por sus padres al clan enemigo para salvar sus vidas. Podrá ser felíz en su nuevo hogar?

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 18

Leonardo se detuvo frente a la puerta de la habitación de Pia. Respiró hondo antes de golpear. No estaba acostumbrado a pedir permiso para entrar en su propia casa, pero con ella… todo era distinto.

Tocó dos veces, pausado. No hubo respuesta. Esperó. Al tercer intento, la voz de Pia, seca, impaciente, cruzó la madera:

—¿Qué querés?

Leonardo entreabrió la puerta. Pia estaba de espaldas, sentada en el alféizar de la ventana. Llevaba una remera blanca simple y jeans, el cabello recogido con un broche mal puesto. Aun así, había algo en su silueta que lo paralizaba. Tal vez era esa mezcla entre orgullo y dolor que ella cargaba con tanta dignidad. O quizás era simplemente que, por más que lo odiara, él no podía dejar de verla.

—¿Puedo pasar? —preguntó, sin moverse.

—No.

Leonardo tragó saliva. Entró igual. Cerró con cuidado.

—Solo quiero hablar.

—¿Para qué? ¿Para decirme otra amenaza disfrazada de consejo? —ironizó ella, sin volverse.

Él la observó unos segundos en silencio. Aquel tono, ácido, herido, se le clavaba como aguja bajo la piel. Y sin embargo, se lo había ganado.

—No vine a pelear, Pia.

—No hace falta pelear cuando uno ya se siente derrotado.

Leonardo se acercó un par de pasos, pero ella seguía sin mirarlo.

—Sé que me odias.

—No te odio —corrigió, al fin girando el rostro para encararlo con la mirada—. Te desprecio. Que es distinto.

Él asintió. No era una sorpresa. Lo esperaba.

—Vittorio no merecía lo que le hice —reconoció Leonardo—. Fue una reacción impulsiva… estúpida. Pero no lo toqué. Está bien.

—¿Y su familia? —disparó ella, con un nudo de rabia contenida en la voz—. ¿También amenazarlos fue parte de tu "reacción impulsiva"?

Leonardo apretó los labios. No tenía defensa.

—Quería alejarlo de vos. Y lo logré, lo sé. Pero no lo hice por capricho.

—¿Entonces por qué?

—Porque no soportaba la idea de que alguien te tocara. Porque… sentí celos. No te lo voy a negar.

Pia se puso de pie. Estaba temblando.

—¿Y eso te da derecho a manipular la vida de todos a tu alrededor? ¿A romper lo poco que me quedaba? —La voz se le quebró—. ¿Qué sabés vos del amor, Leonardo?

Él dio un paso más.

—Más de lo que pensás.

—Mentira.

—¿Creés que todo esto es fácil para mí? —preguntó él, con un dejo de impotencia en la voz—. No tenés idea de lo que siento cada vez que me mirás como si fuera un monstruo. No sabés lo que me pesa...

—¿Que te pese no te hace menos culpable! —lo interrumpió ella—. Me quitaste a la única persona que me hacía sentir viva en esta casa. Y después venís, con cara de arrepentido, como si eso pudiera arreglar algo.

Leonardo bajó la mirada.

—No quiero arreglar nada. Solo quiero que sepas que no pienso lastimarte más.

—Demasiado tarde.

Pia se alejó hacia el otro extremo de la habitación. Estaba tan herida que parecía querer rasgarse la piel para sacar el dolor de adentro. Y él… él no sabía cómo acercarse sin hacerle daño otra vez.

—¿Vas a hacer que me encierren ahora? ¿Como hiciste con Vittorio? —preguntó, mirándolo con desdén—. ¿Vas a encerrarme en esta casa hasta que me acostumbre a vos?

—No —respondió Leonardo, casi en un susurro—. No te voy a obligar a nada.

—¿Y entonces qué hacés acá? ¿Querés limpiar tu conciencia?

—Quiero que me conozcas. No como el jefe del clan. No como el hombre que cometió errores. Quiero que veas al tipo que… que se equivocó pero está dispuesto a cambiar.

Pia se cruzó de brazos. Le temblaban las manos.

—¿Cambiar? ¿Vos?

Leonardo se acercó un poco más. Estaban a escasos pasos. Por primera vez desde que Pia había llegado a esa casa, sus ojos se encontraron con los de él sin intermediar insultos, gritos o amenazas. Y aunque el desprecio seguía latente en los de ella, también había algo más: una duda. Una grieta diminuta.

—No me importa si nunca me perdonás, Pia —dijo Leonardo—. Pero no quiero que vivas con miedo. Esta casa no es una cárcel. No quiero ser tu verdugo.

Ella lo miró con rabia contenida, como si cada palabra que él dijera la hiriera más.

—¿Y por qué todo esto ahora? ¿Por qué este show de “buen tipo”? ¿Es una estrategia nueva?

—Porque me importás. Porque, aunque suene absurdo, me importás de verdad. Y no quiero perderte más de lo que ya te perdí.

Pia retrocedió un paso. El pecho le subía y bajaba con rapidez. Era demasiado. Todo era demasiado.

—Te tengo miedo, Leonardo. Aunque digas que no vas a hacerme daño, aunque jures que cambiaste… yo no te creo. No puedo confiar en alguien que destruye lo que ama por no saber amar bien.

La frase lo golpeó con más fuerza que cualquier bala. Quiso responder, pero se contuvo. Tenía razón. Todo lo que había hecho hasta ahora había sido bajo sus propias reglas. Incluso las cosas que creyó hacer por ella, las había hecho sin consultar su voluntad.

—No te voy a pedir que me creas —dijo al fin—. Solo que me observes. Que veas si, con el tiempo, mis actos coinciden con mis palabras.

Pia tragó saliva. Una parte de ella quería seguir gritándole. Otra parte… se sentía agotada. Vacía.

—No vuelvas a hablarme de Vittorio —dijo, girándose de espaldas—. Y no vuelvas a entrar acá sin que yo te lo permita.

Leonardo asintió, aunque ella no lo viera.

—Está bien —murmuró.

Salió de la habitación en silencio, cerrando la puerta con suavidad. Al otro lado, Pia apoyó la frente contra el vidrio de la ventana. El corazón le latía con furia, con rabia, con dolor.

¿Y si decía la verdad?

¿Y si realmente quería cambiar?

Pero ¿cómo confiar en alguien que tenía tanto poder sobre su vida? ¿Cómo volver a respirar tranquila sabiendo que cualquier cosa que quisiera… podía quitársela de un solo golpe?

En la planta baja, Leonardo caminó hacia su despacho. La conversación lo había dejado desarmado, vulnerable. Pero, por primera vez en años, no le importaba haber mostrado debilidad. Si eso le daba al menos una oportunidad de sanar lo que había roto, entonces lo valía.

No sabía cómo, ni cuándo. Pero algo en él… ya había empezado a cambiar.

Y esta vez, lo haría bien.

Aunque ella lo odiara por siempre.

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María del Rosario Rincón Basto
los argentinos, sí....
MARIA LUISA CAMACHO ANGULO
me gusto
Maribel Cisneros
Me encantó tu historia gracias gracias gracias /Angry//Angry/
Griselda Enrique
yo sabía que de ese caparazón de ogro había un gran c❤️ de hombre solidario
Griselda Enrique
es hora de que empieces a contar tu historia LEO de xq sos así o que fue lo que te llevó ser así de INEXPRESIVO
Griselda Enrique
u yyyyy MAMI QUE ROLLO TENES EN LA SABIOLA ni vos misma te entiendes
Griselda Enrique
siempre me gustó ser abogado del diablo y si realmente LEONARDO la está protegiendo y x razones de la vida el es así de expresarse y la quiere ayudar??????
María del Rosario Rincón Basto: porque la besó???
total 1 replies
Griselda Enrique
enigmática y muyyyy interesante
Cristina Donoso
muy buena la historia y que pasó con vitorio?
Gloria Yoyi
esta niña con todo lo que a pasado deberia madura, y a srrcarse mas a el
Sabrina Aguirre
quisiera que le enseñen a Pia a defenderse
Mirta Liliana Lopez
Muy buena novela. me encantó.
Yuli Perez
autora pía queda con Vittorio o Leonardo no entiendo
Lorenza Malpica
Ni siquiera sabe porqué es que su padre la vendió ni porqué dice que es por protección
Lorenza Malpica
Bueno creo que ésta niña no aprendió nada en su casa de los mafiosos,fué su padre quien la vendió por su vida.Y está vengandose con este tipo que le habló bien de un principio,ella es la que lo provoca y provoca ,como si el tuviera la culpa de estar ahí. Aparte va a provocar que le hagan daño al chico que la vigilancia,está como medio despistada,tiene que ser estratégica ya no es una niña y no tiene los ojos tapados
Lorenza Malpica
Cuanto tiempo a pasado? pensé que solo un día, pero ella dice desde que estoy aquí, no entiendo
marbella torres
por favor que protagonista tan gafa escritora por favor cuando escribas no pongas ésas protagonista tan gafa
Elinol Duerto
buena novela
La Comandante
Ella es muy hermosa, por razón, puso al viva a patinar, porque es más viejo que ella ese viejito, mándamelo para mí
Viviana: 😁😂😁😁😁😋
total 1 replies
La Comandante
Éstas son las cosas que hacen que fracasen las novelas las historias los libros por Dios yo estoy que le entró a esa muchachita, tiene la edad de una de mis nietas y deveras que se merece las trompas que le dan y mira que yo me voy con el abuso contra las mujerespero bro allá nada más se le ocurre provocar un varón y más sabiendo el tipo de actitud que tiene como que que quiere que le dé las gracia, pues dale las gracias porque te van a volver a buscar y ya como que no entienden la jerga por Dios escritor se te corrió el lápiz otra vez
Florcita: si no le gusta no lea. re simple besitos
total 1 replies
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