NovelToon NovelToon
La Obsesión Del Jefe De La Mafia

La Obsesión Del Jefe De La Mafia

Status: En proceso
Genre:Mafia / Casarse por embarazo / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:41.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Una noche. Un secreto. Una obsesión que lo cambiará todo.

Stefania solo buscaba escapar.
Damián solo buscaba control.
Pero cuando sus mundos chocan en Atenas, el deseo los arrastra a una noche tan intensa que marca a fuego sus almas.

Ella huye antes de que él descubra quién es.
Él la busca sin saber cómo encontrarla.

Lo que ninguno imagina es que un lazo invisible ya los ata para siempre:
un hijo concebido entre la oscuridad y la pasión.

Cuando la verdad salga a la luz, deberán enfrentarse a sus familias, a sus demonios…
y a una obsesión que ni el tiempo ni la distancia han podido destruir.

La Obsesión del Jefe de la Mafia.
Un romance oscuro donde amar es peligroso…
pero pertenecer es inevitable.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Caprichosa

Damián

Miro con recelo la comida que hay sobre la mesa. Debería haber pedido comida rápida, pero necesitaba tanto volver a sentir el cuerpo de mi ahora esposa, que no pude hacer nada más que follarla por la última hora.

–Puedo pedirte hamburguesas y papas fritas –le digo mientras sostengo su mano contra mi boca, en un intento de pedirle disculpas. Tendré más cuidado de ahora en adelante.

Stefy arruga su nariz de una forma adorable y luego acaricia su vientre.

–Estos bebés no aprecian la buena comida –se queja con un mohín adorable–. No he podido acercarme a ningún McDonald. El pescado se ve delicioso –le dice a Iris, quien aparece con una bandeja llena de pescado asado a las finas hierbas.

–Creo que mis hijos heredaron mi buen paladar –la molesto antes de besarla.

Pone los ojos en blanco antes de sentarse en el puesto, que generalmente usa Irene, a mi derecha.

Comienza a dar saltitos en su silla cuando Iris le sirve un buen trozo de pescado.

–¿Está bien cocido? –le pregunto a Iris. Sé que escuché por algún lado que las embarazadas no deben comer nada crudo.

–Claro, cariño. No tienes que preocuparte –dice y luego golpea mi hombro con suavidad.

Me siento al lado de mi mujer y por varios segundos solo la observo comer, se ve adorable.

Papá aparece y arruga su ceño cuando ve a Stefy. –Imagino que los americanos no tienen modales –gruñe antes de sentarse–. Se debe esperar a que todos los comensales se sienten en la mesa antes de comenzar a comer, señorita.

Golpeo la mesa con mi puño, furioso. –Papá –siseo en advertencia, pero me callo cuando Stefy toma mi mano.

–Mi nona nos enseñó que la comida se come apenas toca la mesa –devuelve con una sonrisa que Iris imita–. Creo que por ahora prefiero los modales americanos –agrega antes de seguir comiendo.

–Y ese es el puesto de mi esposa –dice papá.

–Hay más sillas –devuelve Stefy de inmediato–. Yo seré la única mujer que se sentará al lado de este grandote –agrega golpeando mi muslo.

–Por ahora –devuelve papá.

Mi mujer ríe con tan buen humor, que lo único que puedo hacer es sentirme orgulloso.

Palmea su vientre, el lugar dónde están creciendo nuestros hijos. –Creo que por mucho tiempo –le responde con una sonrisa orgullosa, que adoro.

–Veremos si esos niños son de mi hijo –gruñe papá y pierdo mi mierda en serio.

Me levanto dispuesto a lanzarle la mesa al hombre que me dio la vida, pero la risa suave de Stefy me detiene una vez más.

–Si supieras como folla tu hijo no te quedaría ninguna duda –dice e Iris suelta una carcajada–. Te aseguro que puede dejar embarazada a cualquier mujer con solo mirarla.

Papá se trapica con la comida mientras yo oculto una sonrisa detrás de una copa de vino. Es demasiado divertido ver a mi papá tan escandalizado.

–Tu esposa habla como un motoquero –masculla.

–Oh, eso me recuerda –dice mirándome con esos ojos que consiguen todo–. Papá enviará mi motocicleta en los próximos días. ¿Tienes espacio en el garaje?

Asiento. –Hay espacio, pero no te subirás en ella.

Stefy toma mi barbilla y me lanza un beso, como si yo fuera un niño chiquito con una pataleta.

–No bromeo –digo.

–Yo tampoco. Es mi motocicleta y puedo montarla cuando quiera. Además, los paisajes a nuestro alrededor son hermosos y sé que disfrutaré de un buen paseo.

–No –digo–. Esta es mi casa y las reglas las pongo yo.

Los ojos de mi esposa se estrechan y, antes de que pueda decir algo más, se levanta de la mesa hecha un basilisco.

–Gracias por la comida, Iris. Lástima que la compañía no sea la mejor –dice antes de salir caminando como si fuera la reina de este lugar y nosotros sus sirvientes.

Caprichosa y mimada… creo que comienzo a entenderlo ahora.

–Esa mujer será un problema –empieza a decir mi papá, pero lo detengo con una mano. Ya estoy harto de sus sandeces–. Si no le enseñas quién manda serás el hazmerreír de todos.

–Claro, como tú con Irene –dice Iris y luego enrojece, consciente de que cruzó una línea que nunca había cruzado antes–. Bueno, ya lo dije.

–Iris –susurra papá, dolido y sorprendido.

Iris se encoge de hombros y bebe un poco de su vino antes de ponerse de pie. –Creo que Stefy tiene razón, se me quitó el apetito –dice antes de desaparecer.

Dejo los cubiertos en la mesa y me levanto.

–Si no puedes cambiar tu actitud tendrás que irte de esta casa –declaro antes de ir en busca de mi caprichosa esposa.

Imagino que esta primera cena familiar fue un fracaso total.

Subo la escalera rápidamente y trato de entrar a mi habitación, pero la puerta está cerrada.

–¿Stefy? –la llamo, pero no escucho nada–. ¿Estás ahí? –insisto, pero nada–. ¡Stefania Greco abre la maldita puerta antes que la tire! –gruño furioso.

No puedo creer que esta caprichosa mujer no me deje entrar a mi propia habitación.

–¡Vete! –gruñe de vuelta.

–Abre ahora mismo –siseo.

–Duerme en el puto garaje –me sisea de vuelta–. No quiero verte.

Harto de todos, sobre todo, de su comportamiento infantil, lanzo todo mi cuerpo contra la puerta y ésta cede ante mi fuerza.

Stefy coloca sus brazos en jarra y levanta su ceja perfectamente rubia. –Imagino que ya empezamos a redecorar, ¿no, cariño? –pregunta con desdén y pasa a mi lado con una almohada y la lanza contra mi cabeza–. Vete a dormir a otro lugar.

–Esta es mi habitación –digo lanzando la almohada lejos–. Y no pienso irme, menos por un arrebato infantil.

Se cruza de brazos. –No me vas a decir qué puedo y no puedo hacer, Damián Greco.

Tomo su rostro. –Lo haré, porque eres mi mujer y llevas a mis hijos en tu interior –espeto–. Y si tu papá no te enseñó a respetar las reglas, lo haré yo.

Aleja su rostro de mi mano y se ríe. –No ha nacido el hombre que pueda imponerme su voluntad.

Sujeto su barbilla con firmeza. –Ya nació. Lo estás viendo. Esta es mi casa y tendrás que respetarme, niña.

Levanta su celular y me mira de forma insolente. –Llamaré a mi papá y antes de que puedas pestañear estaré de vuelta en mi casa, grandote. Veremos a quién vas a mandar ahora.

Tomo su teléfono y lo lanzo al suelo. El aparato se rompe en docenas de pedazos y Stefy voltea a mirarme como si hubiese lanzado esa cosa contra un cachorro.

Su mirada se nubla y comienzo a sentir un dolor en mi pecho, como si me hubiesen clavado una cuchilla.

Quiero decirle que lo siento, pero mi orgullo es más grande. No me doblego ante nadie.

El tiempo se detiene mientras ambos nos miramos sin saber qué decir o hacer a continuación. Estamos suspendidos en un instante y no sé si quiero salir de este congelamiento, porque temo lo que pasará a continuación.

Pero luego pasa, se aleja varios pasos, como si me tuviera miedo.

–Stefy –la llamo con voz suave y cojo su brazo, pero se sacude.

–¡No te atrevas a tocarme! –sisea–. Nunca en toda mi vida… –susurra mirando su celular hecho añicos–. En mi casa nunca vi esta violencia y eso que conviví con mis primos –masculla–. No llevamos ni un día juntos, Damián. ¿Qué pasará mañana?

–No pasará nada. Todo estará bien –digo tratando de calmar el dolor que veo en sus preciosos ojos–. Tienes que obedecerme y todo estará bien, lo juro.

–¿Y si no lo hago qué? –pregunta cruzándose de brazos–. ¿La próxima vez lanzarás eso contra mi cara?

–¿Qué? –pregunto molesto–. ¡Por supuesto que no! –exclamo–. Estás exagerando, cariño.

Se gira, recoge la almohada y sale disparada. –Dormiré en otro lado esta noche y no te atrevas a seguirme, porque te juro que te arrancaré los ojos.

–Stefy –la llamo sin saber qué decir o hacer para arreglar esto.

–Y más te vale que mañana me des otro teléfono, porque te aseguro que si mi papá no tiene noticias mías quemará esta ciudad –suelta antes de desaparecer.

Me siento en la cama y paso las manos por mi rostro.

Su mamá me pidió que no acabara con su espíritu rebelde, pero sinceramente no sé si podré cumplir esa promesa.

1
Liana Gonzalez
muy buena
Isabel Balbuena
jajaja hay Stefy lo bueno que no estás enamorada por qué si no quien sabe jajaja
Isabel Balbuena
jajaja es suegro es un hueso duro de roer pero podrás con el ya verás que si Stefy
Isabel Balbuena
Buenos consejos Salvatore Pero tú padre y Apolo no son amigos amigos jajaja hay algoas ahí... ya lo verás
Isabel Balbuena
bueno, osea que tú corazón si late x Stefy.... lo bueno de esto es que estás ahí de incondicional con ella
Isabel Balbuena
hay Salvatore me estás poniendo en dudas jajaja
Isabel Balbuena
jajajaja no quiere al papá de su mejor amigo como papi jajajaj
Isabel Balbuena
hay Salvatore que estás haciendo, dónde Damián se entera que andas de mano suelta con su mujer te mata y de está no te salvas.... por qué homosexual no eres jajaja
Isabel Balbuena
jaja lo dije.... pobre de Stefano
Isabel Balbuena
jaja el no quiere que vuelva de seguro tuvieron que sacarlo arrastras del cuarto de Stefy jaja
Eleanna Beltran
Yesenia, me tienes completamente enganchada a todas tus obras. Eres excelente!!!!
Yesenia Bello González: Gracias por leer y por la puntuación 💛 😊 💕 🙌 💜 ♥️ 💛
total 1 replies
Yuhaly Hernandez
Todas las batallas no se ganan pero la guerra si vamos con todo Stefany a demostrar de q estás hecha ni Apolo ni Damian ni Salvatore con sus jueguitos de probar a ver si caes
Rosa Pandui
Ay Stefy,, tú le gustas a Salvatore ya te lo dijo,,y un diez de excelencia por tu comida
Alondra Reynoso
A huevo cabron!!!!!
A HUEVO!!!
Rosa Pandui
Muy bello
Yesenia Bello González: Gracias por leer y por la puntuación 💛 😊 💕 🙌 💜 ♥️ 💛 😊
total 1 replies
Naty💖R.
para Salvatore que no te salvaremos de Damian, deja de tocar , búscate a otra corazón...
Naty💖R.
a mi ya me enamoró 🥰🥰🥰
Suleima Dominguez Guzman
Yesenia otro capítulo está de ataque gracias por actualizar
Evelyn Padilla
ya llego x quien llorabas, diría mi madre... 😅
vamos Stefy no seas egoísta y dale a Damian de tu comida y veras como se vuelve loco con su sabor...
Evelyn Padilla
bueno... viene de Italia con Iris... yo creo q si tuvo algo más sabroso en la boca y ella también /Chuckle/
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play