Resiliencia:La Historia De Amelia Hidalgo

Josefina era una mujer muy contradictoria porque cuando se encontraba en su lugar de trabajo era la persona más amable y dedicada del mundo, y todos amaban a la doctora Hidalgo, pero cuando se trataba de su familia era implacable.

—¿Qué vas a hacer con la suripanta de Lisa? — preguntó Josefina cerrando los puños con rabia contenida.

Era difícil de creer que una persona tan amable como Josefina podía ser tan implacable en su forma de hablar y actuar cuando la hacían enojar, solo tenía tres debilidades: su esposo, su padre y Amelia.

—No pienso hacerle nada — dijo Amelia observando su manicura con descuido.

Josefina la observaba con desconfianza porque conocía a su hermana y no era de las que permitía que se burlaran de ella, debido a su sobrepeso siempre recibió mucho bulling y por eso aprendió a defenderse.

—Amelia, no intentes engañarme— dijo Josefina cruzando los brazos.

Amelia soltó una carcajada porque su hermana la conocía muy bien, y aunque entre ambas había una diferencia de 04 años, y que la madre de ambas murió por complicaciones durante el parto todos en su familia la amaban porque era la más parecida físicamente a ella.

—Esta bien Fina— dijo enarcando una ceja con un gesto dramático —La verdad es que voy a hacer que se casen.

Todo el grupo soltó la risa porque a pesar de que podía ser un momento trágico, también era una estrategia brillante además de que era más fácil romper un compromiso que divorciarse y el peor castigo para dos infieles … era casarse.

—Sabía que no te quedarías tranquila, por eso nunca entendí tu amistad con esa suripanta.

La familia Hidalgo era muy unida a pesar de que perdieron a su madre a tan temprana edad, porque su padre encontró el balance perfecto entre el éxito profesional y la familia.

—Siempre creí que era como nosotras, porque su padre murió, y su madre se volvió a casar haciéndola a un lado así que ella estaba sola — dijo Amelia.

—Mely, puedes tratar bien a una víbora, pero eso no garantiza que esta no te muerda— dijo Miguel con pesar.

Miguel sentía un genuino afecto paternal por Lisa por eso lo decepcionaba mucho que traicionara a Amelia, sin embargo, por su profesión estaba acostumbrado a ver lo peor de la sociedad así que no le extrañaba, aunque no dejaba de sorprenderlo.

—Lo se papá, pero igual no deja de ser doloroso, porque Lisa me hizo perder mas de lo que imaginaba— Amelia pensaba con nostalgia en Ezra el cual se alejó de ella debido a las intrigas de Lisa.

—Lo importante es que te enterase a tiempo así que hay que ponerse en manos a la   obra para no perder más por la cancelación de la boda.

Cancelar una boda a solo una semana del evento, sin que el novio no se enterara era todo un reto, pero si en algo era experto Miguel Hidalgo era en usar la Ley en su propio beneficio.

—Descuida Amelia, estamos todos para ayudarte —dijo Kate mientras caminaba en dirección al grupo mientras enviaba un par de mensajes.

Poco después Amelia recibió un SMS del lugar reservado para la boda pidiendo disculpas y diciéndole que el lugar no estaba disponible ese día debido a una fumigación y que le devolverían su depósito además de una compensación por la cancelación, Amelia no lo podía creer porque esto era mejor de lo esperado, porque esos eran sus ahorros y los había recuperado.

—Kate que bueno que pudiste visitarnos— dijo Fina con sincero afecto.

Kate se acercó y la abrazó con naturalidad y a diferencia de Lisa, cada vez que Josefina se encontraba con ella la trataba con verdadero afecto como si se tratara de un miembro de la familia.

—Papá es mi culpa que Amelia llegara tarde — dijo haciendo un puchero encantador.

Miguel la observó con ternura como si se tratara de una hija más, sentía afecto por ella además era tan amable con su hija que no le costaba nada tratarla bien.

—No necesitas preocuparte por esa nimiedad —dijo Miguel en tono paternal.

Kate se sentía más en familia en la casa de los Hidalgo que en su propio hogar con su familia para la cual solo era la inútil hija menor en la cual siempre parecía sobrar, se escucharon pasos en la entrada y llegó la persona que menos querían ver en ese momento.

—Papá, Fina, Mely … llegué — anunció Lisa con fingida emoción

Todos volvieron el rostro al darse cuenta de que Lisa había llegado, y habían olvidado que aún tenía llave de la casa, por suerte no escuchó la conversación anterior, todos fingieron normalidad, como si no ocurriera nada, aunque no fue fácil, porque Kate deseaba abofetearla y arañarle el rostro, pero sintió como Fina la rodeaba con sus brazos y la acercaba y le susurraba al oído.

—Ten paciencia, porque esa mujer no vale el esfuerzo.

Josefina estaba muy enojada pero no deseaba darle el gusto a Lisa de que dañara la reputación de Kate, porque si alguien terminaría en el lodo sería esa malagradecida.

—Veo que llegué a buena hora porque papá está preparando el desayuno — dijo Lisa con descaro.

Miguel respiró hondo y comenzó a emplatar la comida, sentía ganas de escupirle la comida a Lisa, pero pensó que solo era una semana y que luego esa ingrata saldría de sus vidas.

Ya sentados a la mesa Lisa intentaba conversar con todos como si nada hubiera pasado.

—Mely no deberías comer tanto o no te va a servir el vestido de novia — dijo Lisa con cizaña.

Fina soltó sus cubiertos y esta vez fue Kate la que la observó con intensidad pidiéndole contención.

—¿Lisa, acaso no sabías que dejar de comer puede debilitar a una persona y, en algunos casos, producir el efecto contrario y engordar?

Lisa se sintió expuesta en ese momento porque sabía que fue muy indiscreta y que Fina no toleraba que nadie criticara a Amelia por su peso en su presencia.

—Fina no lo tomes a mal, es que estoy preocupada por Mely.

—Si tanto te preocupa, deberías hablarle de salud cardiovascular o prevención de diabetes, no de estética.

Josefina a diferencia de Amelia, era amante de la vida fitness, sin embargo, nunca criticaba a su hermana por su cuerpo y las veces que hablaban de su exceso de peso era más por sus  preocupaciones como doctor de que desarrolara una enfermedad cardiovascular o diabetes.

—Esa no era mi intención Fina …

—Si ya sabemos cual era tu intención — dijo Kate mordiendo un trozo de sándwich—Hacer sentir mal a Amelia porque es de talla plus a diferencia de ti, que está siempre a dieta.

Lisa se sentía abrumada mas que por el sarcasmo era por los olores fuertes después de todo estaba en su primer trimestre y cuando Miguel con malicia apenas disimulada colocó en el centro de la mesa su famoso paté de pescado Lisa palideció y tuvo que correr al baño para devolver todo el contenido de su estómago.

—Por fin puedo comer en paz — dijo Miguel untando el paté de pescado en su pan tostado con una sonrisa de satisfacción.

—¿Crees que pase mucho tiempo en el baño? — preguntó Amelia con curiosidad.

—Es posible, y si no comenzaré a preparar mis camarones al ajillo bien especiados — dijo con una sonrisa traviesa.

Ninguno de tomó la molestia de ir a preguntarle a Lisa como se sentía porque era raro que Miguel cocinara, o que la familia pudiera sentarse junta a la mesa dado a que todos estaban muy ocupados.

—Papá gracias por estar siempre para nosotras — dijo Amelia con ternura.

—No seas tan dramática— dijo Miguel restándole importancia aunque sus ojos se humedecieron.