Stalker

...En la tonada final de la campana, me encontrarás mirando fuera de tu ventana....

Desperté en medio de la noche, sudando, la chica durmiendo a mi lado a penas se movió, ya sus vendajes estaban secos, eso era bueno.

Me asomé por la ventana, estaba lloviendo. El cartel rojo del motel parpadeaba, a penas se veían los carros pasar.

El cartel se apagó.

Se volvió a encender.

Fuera del motel, de pie en medio de la lluvia, una silueta conocida me veía fijamente, iluminada por el color rojo del cartel, cartel que manchaba de rojo su pegajoso cabello. Observé las botas chapotear mientras caminó y se perdió de mi vista, entrando al motel.

— Oye, despierta, hey, vamos — Levanté a la chica durmiendo en la otra cama.

— ¿Levi...? ¿Pasa algo...? — Dijo despertando con dificultad.

— Tenemos visitas.

Estar constantemente escapando no era de los mejores planes, pero no podía hacer mucho más. ¿O sí?

11:34 A.M

— ¿¡Qué!? — Me levanté de golpe.

— Levi, ayer, en la madrugada, mataron a Elio.

Témpera no tenía sangre en las venas para decir algo así o yo seguía dormido, pero no, eso no podía ser.

— No, no, ¿Qué dices? ¡Ayer él estuvo ahí con nosotros toda la noche!

— Levi, enciende el puto televisor, está en las noticias.

— No tengo televisor, ¿La muerte está en las noticias?

— Dios mío, Levi, muévete a Biscuit, ahí estaré con Mónica.

Colgó.

Me senté en la cama mirando el suelo. Reno me sacó de mis pensamientos y me puse alerta.

¿Elio?

...

12:02 P.M

Entré al café Biscuit y busqué con apuro a Mónica o Samantha.

Mi mente daba vueltas, ¿Qué estaba pasando? Hacía nada que estuve con Elio. ¿Cómo que estaba muerto?

Mónica y témpera estaban sentadas casi al final del café.

— ¿Me quieren explicar qué carajos pasó? — Las ví, buscando respuestas.

— Levi... Siéntate — Dijo Mónica.

Tragué saliva, ambas me vieron con una mirada fría.

En aquel café el silencio podía cortarse con una tijera. Me senté.

Ambas tenían cafés negros frente a ellas.

— Levi — Mónica fué la primera en hablar — Ayer, cuando subiste a despedirte de los gemelos... ¿Los viste?

— No, les dije que no. Le toqué la puerta y una mujer me dijo que todo estaba bien.

— Pues... Mira esto.

Me mostró en su teléfono, un reportaje del noticiero local.

Era la misma casa en donde habíamos estado, estaba acordonada y habían patrullas, ¿en qué momento ocurrió esto? Parecía el amanecer.

...Se halló sin vida el cuerpo de un joven el día miércoles por la madrugada en una zona residencial cercana. Las autoridades acudieron bajo el llamado de su hermano, quien comentó que se realizó una fiesta en horas de la noche. El cuerpo fué identificado como el joven Elio Bernetti, quien, segun la declaración oficial del cuerpo policíaco de la ciudad, fué torturado y asesinado en su habitación....

Se terminó el fragmento del reportaje.

No podía creer lo que estaba viendo. Elio estaba bien, de todos nosotros era el que más consciente se había mantenido, no tomó tanto alcohol como el resto.

— ¿Qué... Qué es esto?

— Levi... Témpera fué quien halló el cuerpo de Elio.

Volteé a ver a témpera. Lucía diferente. Se notaba en sus ojos y cara hinchada que había llorado, sus manos temblaban y me miró en silencio, su mirada perdida destilaba tristeza.

— Y-yo... Dejé mi cartera en casa de los chicos, y... Luego de que Mónica se bajó del taxi, le pedí que regresara para buscarla — Empezó a hablar entre lágrimas.

— Tranquila, oye, cuéntanos bien qué fué lo que pasó — La calmó Mónica.

— Sí — Se recompuso y respiró hondo — Ehm... Bueno, volví a casa de los chicos y cuando me bajé del taxi me dí cuenta que la puerta estaba abierta. Pasé sin preguntar, y empecé a llamar a alguien, pero nadie respondió y... Subí hasta el segundo piso, toqué la puerta y se abrió sola, estaba abierta ya. Cuando pasé lo ví, lo ví ahí — Su voz se empezó a entrecortar — Estaba ahí, ahí en la cama, Mónica, era horrible, era horrible — Empezó a desesperarse y se llevó las manos a la cabeza.

Aún Samantha llevaba la misma ropa que la noche anterior, se le veía el cansancio en el rostro.

— Oye, Samantha, tranquila, estamos aquí contigo — Nunca fuí bueno para calmar a la gente que lloraba.

— No, Levi, no lo entiendes, era realmente espantoso, no entiendo nada, ¡Tenía el pecho completamente abierto, las tripas estaban afuera, las paredes estaban manchadas de sangre, todo era horrible, no sé qué pasó ahí, parecía como si un animal lo hubiera devorado o, no sé, no sé, no sé!

— Tranquila Samantha, respira hondo — Dijo Mónica y la abrazó.

Sentí mis manos congelarse escuchando a témpera.

— Espera. Y ¿Enzo? — Pregunté tratando de asimilar todo.

Témpera me miró y asintió con la cabeza, tratando de respirar bien.

— En cuanto ví todo eso grité, grité muy fuerte y... Enzo al parecer había salido con la chica de ojos azules, en ese momento iba llegando y... Subió corriendo, me encontró en la habitación. Sus gritos... Me eriza la piel de sólo recordarlo. Al final él fué quien llamó a la policía.

— ¿Y dónde está él?

— Sigue con la policía. Yo dí mi declaración hace horas, ahora mismo él debe estar con ellos, pero básicamente la policía dijo que no había un sospechoso principal, ya que estaba sólo en la casa al momento que lo encontré. Si no fuera porque Mónica estuvo conmigo en el taxi, yo sería la sospechosa. Ahora mismo están analizando en busca de huellas dactilares y pistas. Quizás hablar con Enzo les ayude a aclarar algún asunto.

— Entiendo.

12:27 P.M

Justo en ese momento, Enzo entró al café, al verlo todos nos pusimos de pie.

— Oigan, ahm... Siéntense, hablemos.

Parecía calmado, al menos más calmado que todos nosotros. Se sentó a mi lado. Su cabello estaba desordenado, y su cara, ya muy delgada de por sí, se veía aún más demacrada.

— Creo que ya saben lo que pasó, eso quiero suponer — Empezó a decir — Y... Honestamente no sé qué decir ni cómo tomarlo. Nuestros padres estaban de viaje, ellos nos dieron el permiso para la fiesta, la casa es de ellos, pero... Pues, ya lo saben.

— Enzo — Dije — Nosotros... Estuvimos ahí poco tiempo antes de todo esto... Realmente no entiendo cómo pudo pasar... — Agaché la mirada. Realmente no podía entender cómo su reacción era tan serena.

— Dijeron que... Lo que le pasó a mi hermano, probablemente fué un proceso que tomó horas. No fué rápido. Fué... Doloroso.

Todos lo miramos en silencio y tragamos saliva.

— Enzo, no... No hay nada que ninguno aquí podamos decir sobre esto, estamos aquí, pero... No podemos hacer nada... — Dijo Mónica con lágrimas en los ojos y la voz quebrada.

— Tranquilos, yo tampoco puedo aceptar nada de esto... Es... Ni siquiera sé cómo debo reaccionar — Enzo tenía una mirada vacía.

— Y... — Preguntó Samantha — ¿La policía no dijo nada más?

— No... Sólo dijeron que iban a seguir investigando y... Bueno... Que no encontraron nada en la habitación que fuera realmente relevante. Ya saben, algunas botellas y papeles regados. Nada que fuera realmente de importancia.

— Esto es una mierda... — Dijo témpera encendiendo un cigarrillo.

— Sí... — Respondió Enzo y sacó una bolsa de su chaqueta — De hecho, me dieron esto, son las pertenencias de Elio, parece que las llevaba en la ropa o qué se yo... — Tiró la bolsa en la mesa.

Había una cartera, unas llaves y... Un papel, con el número -52 escrito en él.

...Mónica y yo nos miramos y abrimos los ojos de par en par....