No siempre lo que crees que fue verdad lo era
No siempre la mujer que creíste amar te amaría
No siempre lo que tú creíste que eran leales a ti lo fueron
regrese a mi primer vida después de experimentar otra vida en otro mundo
Quieres conocer más de mi historia la del principe heredero Alexander D Angello del imperio Zafiro quédate y te contaré mi dolor y vivencias y por lo que en está vida lucharé por ser mejor y proteger a mi familia de la traición de los que nos rodean.....
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descubriendo a los traidores
El emperador, ya más tranquilo, se acerca a su hija y le deposita un beso en la frente.
—Alexander, cuida de tu hermana. Prometo venir más tarde. Por el momento, te voy a mandar a alguien de mi confianza para que los atienda a ti y a tu hermana mientras yo no esté. -
—Está bien, padre. Ve con cuidado, yo me encargaré de cuidarla. -
—Magnus, ven. Yo mismo te llevaré a los aposentos donde podrás descansar. -
Así, aquellos hombres abandonan los aposentos del príncipe, pero antes de salir, le dice al capitán: 'No dejes ingresar a nadie que no esté autorizado por mí. Más tarde enviaré a Lord Daniel con la persona que se encargará de suplir todas las necesidades de los príncipes. Pongo mi confianza en usted, que velará por la seguridad de mis hijos, capitán Salvatierra.'
- Mi señor, le prometo que cuidaré con mi vida a los príncipes. Pierda cuidado, no me despegaré de esta puerta ni dejaré entrar a nadie que no esté autorizado por usted, mi señor. -
Magnus mira al mocoso; tiene muchas preguntas que hacerle, pero sabe que no es el momento. Algo muy grave está sucediendo, y aunque va a estar de invitado en el castillo, ayudará al mocoso a cuidar de los príncipes. Se ha encariñado de ellos. Por ahora, necesita descansar; ha utilizado demasiado su poder mágico para controlar y sellar el poder de la princesa, lo que realmente consumió mucho de su maná...
- Bien, ahora sí, Magnus. Te llevaré a donde podrás descansar. -
Camina por el pasillo, no muy lejos de los aposentos del príncipe heredero. El emperador se detiene frente a una puerta.
- Magnus, quédate aquí por el momento. Más tarde enviaré a un sirviente para que te lleve a los aposentos que realmente vas a utilizar. -
Al ingresar, se da cuenta de que es una habitación pequeña. No es de su agrado, pero bueno, ¿qué se le va a hacer? Por el momento, está bien; se quedará aquí, dice mientras cierra la puerta en la cara del emperador.
El emperador solo suspira; sabe que los gustos de ese viejo son difíciles de complacer. Tendrá una tarea complicada al momento de arreglar un lugar de estadía para él. Mejor no piensa más en eso y sigue su camino. La verdad es que tiene varios pendientes y necesita llegar cuanto antes a su oficina...
Tiempo después
Ya en su oficina, el emperador, sentado en su silla con un documento en mano, escucha que tocan a la puerta. Da permiso para que ingrese la persona, que es su asistente, después de horas sin saber de él.
— Espero que me traigas la información que te pedí y que me expliques por qué demonios, bajo mi techo, alguien estaba maltratando a mi hija y nadie se había dado cuenta. —
" Mi señor, quisiera excusarme. La verdad es que siempre que le preguntaba a la niñera de sus hijos, ella mencionaba que todo estaba bien. En una ocasión, le informé que su comportamiento no me causaba ninguna seguridad, pero usted me dijo que dejara de pensar tonterías, ya que ella era de total confianza, pues había venido con la emperatriz y esta confiaba en ella. Además, que era un familiar lejano de la emperatriz, pero eso no me exime de mi error. Pido disculpas a su excelencia por no haber tratado bien los asuntos de los príncipes. "
- Daniel, tienes razón, fue mi culpa. La verdad, nunca dudé de ella; mientras estuvo Luna, siempre fue muy devota. No vi ni sentí nada inusual en su comportamiento. Además, estuve ausente de mis labores por un tiempo y te dejé casi todo en tus manos. Yo solamente me ocupaba de las cosas que necesitaban de mi aprobación y presencia. No te culpo; después de todo, son mis hijos y es mi responsabilidad su seguridad y bienestar, más no la tuya. -
- Mi señor, independientemente, los príncipes son los herederos del imperio Zafiro; por lo tanto, también son mi responsabilidad. Era mi obligación verificar y comprobar los antecedentes y el comportamiento de aquellas personas que tenían a su cargo el bienestar y la seguridad de los príncipes...
- Mi señor, no lo juzgo y lo comprendo. Sé que no fue fácil la muerte de la emperatriz; su enfermedad fue tan letal que la atacó de un momento a otro. Esto ocasionó que usted estuviera con ella, dejando a mi cargo asuntos oficiales. Para liberar un poco mi carga, usted confió el cuidado de los príncipes a personas que creyó que estarían bien, pero estas traicionaron su confianza. -
" Tienes razón, Daniel. Me centré mucho en la enfermedad de Luna; fue algo inesperado y consumía gran parte de mi tiempo. No quería dejarla sola, y además, no me arrepiento de haber estado a su lado hasta el último momento. Pensé que podría salvarla, pero no fue así. Después caí en depresión y no pensaba con claridad, aunque creía que mis hijos estaban en buenas manos. En fin, no solucionaremos nada quedándonos en el pasado. Dime qué has averiguado hasta el momento. "
- Su majestad, en total hemos encontrado a más de 30 espías dentro del castillo, además de las dos doncellas que se encargaban de la princesa. Hasta ahora, lo que hemos podido recopilar de información es que estos eran enviados por algunos nobles de la corte. Además, encontramos en la oficina del asistente del contador pruebas de traición, así como a un sargento de la guardia imperial. Mi señor, lamento informar que esto es solamente la punta del iceberg. Creo que hay más implicados. También descubrí quién fue la persona que envenenó al príncipe, pero esta no se encuentra en el castillo, ya que salió al pueblo. Fue lo que averigüé al no encontrarla, por lo que mandé a una de las sombras a averiguar a dónde fue y estoy esperando respuesta.-
¡M*****! Daniel, ¿me estás diciendo que hay más espías dentro del castillo? ¡Mira el emperador a su asistente con los ojos como platos!
" Fuera de los que ya capturaste, me imaginé que teníamos traidores, pero nunca pensé que estos malditos viejos se atreverían a tanto. Lo que no entiendo es por qué no habían hecho nada antes y se metieron con mis hijos; creí que me atacarían a mí personalmente. Creo que estos malditos imbéciles se olvidan con quién están tratando, pero les recordaré que meterse conmigo lo pagarán con sus vidas..."