Una Esposa Para El Príncipe Maldito

El principe Jahir llegó al palacio aun furioso. ni el viaje de regreso ni los lujos del carruaje real lograron calmarlo; todavia sentia el eco de las risas de Nora Aldridge y el frio del agua corriendole por el cuello.

al entrar en la sala principal, los guardias hicieron una reverencia, y el aire olia a incienso y hierbas curativas. el rey Jafar, su padre, lo esperaba sentado en un sillón cubierto con mantas. se veia cansado, pero habia en su rostro una luz que Jahir no recordaba haber visto en mucho tiempo.

Principe: padre..

Rey: ¡Jahir! me alegra verte, hijo. he recibido maravillosas noticias del ducado Aldridge.

Jahir frunció el ceño.

Principe: ¿maravillosas…?

Rey: si.. me contaron que en la escuela los niños te adoraron, que gritaban tu nombre, que las maestras te sonreian. incluso se dice que donaste libros y organizaste un banquete. ¡maravilloso, hijo mio! ¡por fin el pueblo te ve con afecto!

el principe parpadeó, atónito.

Principe: ¿que…? eso fue un malentendido. esa mujer..

Rey: Lady Nora Aldridge..

Principe: ¡ella manipuló a esos niños, padre! les dijo a..

el rey Jafar lo ignoró con la calma de un hombre que ha vivido demasiadas batallas.

Rey: hijo, lo que sea que haya hecho, logró algo que tu no habias conseguido en años.. que la gente sonriera al verte.

Jahir lo miró, ofendido, pero el rey siguió hablando, con los ojos brillando de satisfacción.

Rey: esa joven tiene carácter, inteligencia, encanto y el valor de mirarte a los ojos sin temerte. eso, Jahir, es lo que necesita un futuro rey..

Principe: padre, ella es insoportable. altanera, impertinente, descarada..

Rey: perfecta.. exactamente lo que este reino y tu necesitan.

el principe cerró la boca, incapaz de replicar. el rey lo observó en silencio, con la sabiduria de quien ya ha visto demasiados orgullos arruinar grandes coronas.

Rey: no la pierdas, Jahir.. o me asegurare de que seas tu quien se arrepienta.

Una hora despues el principe visita nuevamente a su padre..

Principe: padre.. , he estado reflexionando sobre lo que dijo… y tiene razón. si debo comprometerme, lo hare como corresponde a la casa real de Deira.

el rey levantó la vista, sorprendido y feliz.

Rey: ¿entonces… aceptarás el compromiso?

Principe: si.. pero no será una simple cena discreta. quiero una gran celebración. que todo el reino sepa que el heredero al trono y la duquesa Aldridge unirán sus destinos.

el rey lo miró con orgullo y emoción.

Rey: ¡por fin, hijo mio! la gente necesita esperanza, necesita verte feliz… ¡una fiesta asi será recordada por generaciones!

el principe inclinó la cabeza con respeto, pero apenas el rey apartó la vista, su sonrisa se torció.. no lo hacia por amor, ni por el reino. lo hacia por fastidiarla, por devolverle cada burla, cada sonrisa arrogante.. queria verla perder la calma frente a todos.

esa misma tarde, ordenó preparar los anuncios oficiales y personalmente escribió la carta dirigida a Nora Aldridge..

“Mi estimada prometida,

le informo con agrado que nuestro compromiso se celebrará dentro de un mes, en el Palacio Real de Deira. Será una festividad digna de nuestra unión, con invitados de todos los reinos aliados. Espero su presencia… y su mejor sonrisa.

—Principe Jahir Hassan.”

cuando el sello real cayó sobre el papel, el principe sonrió con una satisfacción oscura.

[veamos, duquesa, cómo sales de esta sin perder los estribos.]

el rey Jafar estaba encantado con la decisión de su hijo, sin imaginar que el motivo real del principe Jahir era puro despecho. cuando el mensajero partió con la carta oficial, Jahir imaginó a Nora furiosa, quizá rompiendo el papel o lanzándolo por la ventana.

sin embargo, la respuesta llegó dos dias despues… y no era lo que esperaba.

la carta tenia el aroma de flores, escrita con una caligrafia impecable:

“Su Alteza Jahir Hassan,

agradezco con todo mi corazón la noticia de tan majestuosa celebración. me asegurare de llevar una sonrisa tan grande como el tamaño de su ego y un vestido tan resplandeciente como su paciencia, que, segun todos, es inexistente.

Con la mayor de las expectativas,

Nora Aldridge.”

el principe apretó los dientes.

[¿una sonrisa tan grande como su ego?... maldita insolente.]

sin dudarlo, tomó pluma y papel, escribiendo con calma gelida..

“Lady Nora,

me alegra saber que su entusiasmo por el evento iguala su sentido del humor, aunque espero que esta vez su vestido brille más que su lengua. la corte real prefiere las damas elegantes… no los comediantes.

Con cordialidad,

Principe Jahir Hassan.”

pero tres dias despues, un nuevo sobre llegó con el sello del ducado Aldridge.

la respuesta era aun peor..

“Su Alteza,

me tranquiliza saber que aprecia mi sentido del humor, es una de mis virtudes más notables. intentare no opacarlo con mi presencia en la fiesta, aunque si es su deseo, puedo llevar un espejo para que admire a la verdadera estrella de la noche.. usted mismo.

Con sincero afecto,

Nora Aldridge.”

el principe arrugó el papel, conteniendo la risa y la rabia al mismo tiempo.

[esta mujer… me va a volver loco.]

el rey Jafar, al verlo tenso, sonrió sin comprender.

Rey: parece que te estás enamorando, hijo.

Principe: no, padre.. esto es una guerra.

el principe Jahir no soportaba la idea de que Nora tuviera la ultima palabra. asi que, esa misma noche, pidió pluma, tinta y el mejor papel de la corte.

su letra era firme, arrogante, y cada palabra estaba calculada para irritarla..

“Lady Nora,

me alegra saber que asiste a la fiesta con tanto entusiasmo. confio en que sabrá comportarse como corresponde a la futura princesa de Deira y no convertirá el evento en uno de sus espectáculos. recuerde.. la elegancia no se demuestra hablando, sino guardando silencio.

Con la debida cortesia,

Principe Jahir Hassan.”

la carta llegó al ducado Aldridge dos dias despues, y el mensajero juró haber visto humo saliendo del estudio de la duquesa al leerla.

Nora, con una sonrisa helada, tomó su pluma y respondió..

“Su Alteza,

no se preocupe, prometo mantener el silencio mientras usted deleita a los invitados con su natural calidez y encanto. estoy segura de que todos quedarán fascinados con lo amoroso y comprensivo que es, tan diferente de los rumores que circulan por el reino.

Mi mayor anhelo es que nadie más le tema, y si puedo contribuir a ello, lo hare con gusto.

Nora Aldridge.”

cuando Jahir leyó la carta, la tinta del cáliz casi se derrama de lo fuerte que apretó la copa.

[que nadie me tema? veremos quien se rie en la fiesta.]

respondió sin pensarlo dos veces..

“Lady Nora,

agradezco su preocupación por mi reputación, aunque no necesito que nadie me deje de temer. el respeto y el miedo a veces son la misma cosa. pero no tema, sabre ser el caballero perfecto a su lado… incluso si usted olvida comportarse como la dama que todos esperan.

Principe Jahir Hassan.”

Nora se mordió el labio al leerlo, no de tristeza, sino de pura furia contenida.

tomó aire, pidió más papel y respondió con una calma fingida que solo la hacia sonar más provocadora..

“Su Alteza,

que alivio saber que será el caballero perfecto. yo, en cambio, hare mi mayor esfuerzo por ser la dama que todos esperan.. sonriente, amable y obediente… aunque, por supuesto, eso no me representa en lo absoluto. estoy ansiosa por mostrarle a todos cuán unidos estamos. será una noche inolvidable.

Con dulzura y falsa ternura,

Nora Aldridge.”

el principe dejó escapar una carcajada, mitad furia, mitad admiración.

[perfecto, Nora.. si quieres una noche inolvidable… la tendrás.]