La Hija Fea

Zafiro está en el campo de entrenamiento, estos meses ha preparado a más de 50 reclutas entre hombres y mujeres, no todos ha soportado el entrenamiento y han renunciado, algunos cubren su rostro y otros solo no les importa mostrar su rostro, sobre todo los hombres, solo hay uno que por el momento a decidió estar cubierto.

-Eres bueno, no me has decepcionado

-Mi señora, gracias por la oportunidad.

-Espero que no falles, pedí muchos favores para que estés aquí.

-Jamás.

**Recuerdo de un pasado hace algunos meses**

En una mansión del puerto Parker, un caballero es escoltado a la salida, le han quitado su espada y su uniforme, para un caballero eso es la más grande humillación, sin saber que hacer solo camina a la playa, ahí frente a un gran acantilado solo el viento mueve su cabello.

-Fui un estúpido, he fallado en todo, no vale la pena seguir viviendo.

Elena sale a correr cubierta en las noches mientras está en casa, este día la luna está más que hermosa, ella se detiene en el acantilado y ve a un joven en la orilla, sus pies se mueven sin pensarlo pues aquel caballero soltó la bolsa que tenía y solo abre los brazos, ella llega con él al momento que él solo suelto su cuerpo.

Él solo ve como una sombra negra le sostiene la mano, Zafiro por el viento pierde el velo que la cubría y él ve como aquella mujer de cabello negro y ojos verdes son tiene su mano.

-Te tengo, que haces? Que puede ser tan malo?

-Lo es, déjeme... No quiero seguir viviendo, he fallado como hombre, como caballero, mi honor está en el piso por mis errores.

-Entonces deberías afrontarlos, siempre hay una solución, se lucha por la vida que los dioses nos han dado, si cometiste errores debes afrontarlos, fueron tus decisiones.

-Si, por eso...

-Entonces en lugar de estar aquí, sé un hombre... Acepta que te equivocaste y en lugar de tomar esta decisión, intenta cambiar.

El caballero solo ve como Aquella mujer se aferra a su mano y no la suelta, es la primera vez que ve un rostro tan hermoso, aquellos ojos verdes, su cabello negro que brilla por la luz de la luna, su mano que no lo suelta.

Ambos voltean pues sienten un movimiento, son las rocas del acantilado que no soportan el peso de los dos, ella intenta subirlo, pero entre más fuerza hace más se desprende el piso.

-Rayos!!

-Suélteme mi señora... No vale la pena arriesgarse por mí.

-No…

Ella con todas sus fuerzas intenta subirlo cuando lo está logrando las piedras ceden, Pero aquel caballero ya estaba arriba, también él reacciona y quita a zafiro del acantilado.

-Dios!! Eso fue peligroso

Le dice Zafiro mientras acomoda su cabello y se cubre con su velo negro.

-Eres una rosa... Gracias.

-Es tan malo para saltar.

-Para mi sí... Me han quitado mi espada...

-Has traicionado a tu señor?

-Rompí mi juramento de caballero, al inicio me enamore de la persona que jure cuidar, después solo fue por la aventura, ella no es buena persona, yo tampoco lo soy.

-Ahora puedes cambiar, pronto saldré al Marquesado Bennett con los reclutas nuevos, si quieres un inicio ahí puede ser, una nueva oportunidad, no prometo regresarte tu uniforme Pero si una nueva vida, dónde entrenaras sin descanso, jugaras lealtad y si rompes nuevamente tu juramento, el castigo no será para nada blando.

-Es la muerte... Lo sé, pero mi señora, para entrar ahí necesito mis documentos y no los tengo.

-Caballero, aún tiene palabra?

-Claro

-Entonces de rodillas y prométeme que su vida pasada quedó ahí, que hoy ya no es aquel que quería morir, me dará su palabra de que quiere cambiar y yo prometo ayudarle.

Él se pone de rodillas ante ella y le promete que jamás volverá a cometer los mismos errores.

-Entonces vamos.

-La sigo.

Ella lo lleva a un campamento donde el capitán le da ropa y se cubre el rostro.

-Zafiro cada hombre aquí ya pasó las pruebas, no puedo integrarlo a él.

-Yo respondo por él, si hace algo que comprometa todo yo misma lo mato.

Raquel caballero solo abre los ojos por la sorpresa y un escalofrío recorre su espada, aquella mujer puede ser hermosa Pero no está jugando.

-Está bien, le daré un uniforme

Zafiro solo se despide del capitán y del caballero, él solo ve como se va.

-Hey ojos aquí, ella es un capitán, será la que los entrene, como te llamas.

-Yo... Solo dígame Liam...

-Bien Liam, ve por tu uniforme

Él solo va por su uniforme que es todo negro, sin escudo, sin armas, solo se lo pone y se cubre.

Así el día de partir él sale con todos, solo ve el puerto dónde un pasado queda justo ahí, ve como Zafiro ordena salir, ella toda de negro en su caballo, nadie a excepción de él sabe cómo es, una bella y letal mujer,

Solo ve como es el gran territorio de los Bennett, Ve salir a todo galope a Zafiro en dirección de la gran mansión.

-Liam, prepara el campamento estaremos unos días aquí.

-Sí...

-Quieres dejar de verla, sea lo que sea que estés pensando eso jamás será, debes conocer tu lugar.

-Lo se, no cometeré los mismos errores, es solo que ella me ha dado la oportunidad de estar aquí.

-Entonces no le falles.

-Jamás...

**Presente***

-Liam ahora estarás en el puerto Rogers, ahí la baronesa es la más exigente, sigue así, tu entrenamiento de caballero sirvió y también te diste cuenta de que no era suficiente.

-Lo sé, este entrenamiento es muy duro... ¿Mi señora te volveré a ver?

-Si, tal vez, no puedes decirle a nadie como luzco

-Eres una noble no es así.

-No

-Si lo es mi señora, hay actitudes que no se pueden ocultar, le juro que nadie sabrá cómo es su rostro.

-Zafiro tienes correspondencia del duque -Le dice un capitán que le entrega unas cartas-

Liam reconoce él escudo de una de ellas, es Bennett, el ha estado aquí varias ocasiones, tal vez si estuviera descubierto el marqués ya lo habría matado, Zafiro se va y solo se pregunta a qué cosa noble pertenece ella, sobre todo por qué Bennett le habla con tanta confianza.

-El sabe quién es ella... Si lo sabe es por eso que el viene

Él solo se va a preparar sus cosas pues en unos días salen a su nuevo destino.

Zafiro Lee la carta del duque primero que ordena que ella y los capitanes regresen, Robert solo le dice que todo el papeleo del compromiso está listo y en cuanto llegue deben ir al templo, pues ella debe firmar personalmente los documentos, las leyes cambiaron y si ella no firma de su puño y letra no tiene validez.

Así ella sale en su caballo a todo galope, al llegar solo llega a dormir, su madre al día siguiente la inunda de preguntas que tiene que contestar una a una, Robert llega poco después

-Es necesario ir hoy al templo?

-Tu padre irá a la capital, y... aún no vas con Hunter verdad?

-Llegué ayer en la noche, ¿por qué? Paso algo?

-No, solo quiere que acompañes a alguien a un viaje.

-Bueno, después voy.

-Este... Te ves bien con ese vestido.

-Gracias, es solo que quiero que no me veas siempre de negro.

-Te ves Hermosa -Le dice besando su mano-.

Te besaría pero ahí viene tu madre, ella va con nosotros y tú padre nos verá en el templo.

Al llegar el ayuda a bajar a su futura suegra y a Eleonor, evidentemente hay ojos que los ven, sobre todo a Eleonor que casi no hace vida social.

-La próxima vez viste de negro.

-Jaja.

-No me gusta que te vean.

-Estas celoso?

-Si

-Jaja no exageres.

Ellos entran y el sacerdote ya tiene los documentos listos.

-Bienvenidos, ya está todo listo solo falta la firma de la señorita.

-Gracias, dónde firmo.

-Lady Eleonor de la vera, está usted de acuerdo con este compromiso, no está siendo presionada o bajo amenaza.

-Claro que no, yo quiero este compromiso.

-Bien, entonces firme aquí...aquí y aquí.

Robert solo ve como ella firma y está más que feliz, ahora puede llevarla del brazo y decir que es su prometida, nadie podrá separarla de él.