Oliver Harris, tuvo una infancia complicada, su familia fue atacada cuando el apenas tenía cuatro años en su casa, pero su padre y hermano menor sobrevivieron, pero con el tiempo Oliver juró venganza, en una noche de celebración en un club tiene intimidad con una desconocida, pasados los años se vuelven a encontrar, pero ella guarda un secreto qué a él lo lleva a tomar una improvisada decisión.
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La nueva cocinera
MANSIÓN HARRIS
Edward tenía la entrevista con la nueva cocinera pero Katia miró en ella que no tenía pinta de serlo, se veía que acababa de teñirse el pelo, usaba lentes de contacto, tenía las manos muy bien cuidadas, era raro que una doméstica fuera tan exclusiva, pero más parecía que la estudiaba, no quería pensar mal o quizás la paranoia de recordar lo que a hablado con Oliver la tenía viendo duendes en la encimera, se retiró para no pensar mal.
Mirna se la encontró cuando iba a su habitación con el pequeño Aiden en brazos, la miró con sospecha, ¡No me digas que vienes de la habitación de Trevol!— ¿Porque crees eso?—¡Porque el mismo fue por Aiden cuando fui haber si ya habían terminado de decorar la sala! —¡Y me dijo que lo tendría con el un rato en su habitación!—Ademas tienes el labial hasta por los ojos! Y solo falta que el triga de corbata tus bragas, me van a traumatizar a mi hijo, le dijo sosteniendo al pequeño dormido.
—Solo fui haber si estaba bien mi niño—Katia ya no pudo aguantar la risa, —¡Y de paso te lo follaste mientras que Aiden dormía! — ¡Ya no siguió alegándole porque escucharon la puerta del estudio abrir, las dos voltearon a lugar pero no vieron a nadie,—¡Creo que hay fantasmas! Dijo su amiga fingiendo estar asustada, vio al concejal también ir a checar, pero se regresó al ver que estaba cerrado, también las mujeres se fueron Katia fue a recostar a su hijo, no tardaba mucho en despertar.
Edward se encontraba reposando los últimos detalles de la casa que habían terminado de decorar, cuando la mujer que acababa de contratar, se acercó a él, — ¡Vengo personalmente avisarle que ya está listo el almuerzo! Edward hizo un gesto, no tenía que hacer eso pensó, asintió no le diría nada, pero no se le había pasado desapercibido qué esa mujer tenía un acento diferente.
Frank lo topó cuando estaba por regresar, ¡Señor, ¿Puedo hablar unos minutos con usted? Edward le hizo una señal para que lo siguiera, fue hasta la puerta que daba a la salida, dónde estaba la estación techada para los guardias en los días de tormenta y resgurdarse del sol cabían tres cómodamente en cada una con dos sillas muy cómodas y un sofá, una mesa con sillas.
Ahora si dime Frank, señor ya investigue, y la mujer no aparece en la lista de la agencia, ellos dicen que no han mandado a nadie, Edward no dijo nada, — Además me encontré esto en el estudio, es un micrófono, busqué cámaras pero creo qué no ha terminado de hacer su trabajo, estoy seguro que lo hará si lo permitimos.
Avísales a todos que no prueben ningún tipo de alimentos que esa mujer haya preparado, deténganla, antes que cometa una desgracia.
Oliver fue avisado inmediatamente del estraño suceso, por lo que se fue hasta la Mansión, los guardias le avisaron que no la encontraron, Si no vieron que salió aquí está aún, les dijo dando órdenes para que la encontraran, se fue directamente a buscar a su esposa, pero lo que vio lo dejó sin habla, la cocinera estaba golpeada su esposa la tenía sentada en la alfombra amarrada de pies y manos.
—¡Está mujer trató de llevarse a Aiden!— dijo gritando furiosa, Oliver miró a la mujer que no bajó la mirada, encarándolo llegó el concejal junto con su padre quien al ver a la mujer comprendió, la mujer debe trabajar para alguien, mandó a uno de sus hombres que la llevaran junto con el otro hombre que tenían, prácticamente la arrastraron.
Oliver estaba orgulloso de su esposa, aunque sabía que la mujer hubiera quedado en el intento no había podido pasar por la seguridad, ya habían visto las imágenes, y habían visto lo que intento hacer, pero al ver cómo la esposa de su jefe la atrapó y dándole la golpiza de su vida, decidieron dejarla hasta que terminara.
Trevol también llegó hasta Oliver, viendo como llevaban a la nueva cocinera, — ¡Encontramos al
Que lleva y trae información,— Los llevaron a Sayboll! — ¡Háganlos hablar! —Ordenó con una mirada qué Katia no había visto en el.
Después cambió la mirada hacia ella, — ¿Le hizo algún daño a Aiden? — ¡No, solo el echo de haber querido llevárselo! La alcancé cuando iba bajando con él, le quité al niño no me lo quería entregar, fue un tonterizmo de su parte, porque ya la tenía los guardias no permitirían que llegara lejos, pero me llené de rabia he indignación y el error que cometió le quité al niño de un jalón se lo entregué a Mirna mientras la jale del pelo la arrastre hasta la habitación porque pataleo hasta que la dejé noqueada.
—¡Me orgulleses, eres muy valiente!— ¿Sabías? Mi hijo no podía estar en mejores manos que contigo, le dice acumulando un sentimiento que nunca había sentido, diferente a lo que su hijo le provocaba, incluso al que sentía por su padre y hermano, no pensaba que era amor porque jamás había experimentado algo tan profundo como ella le producía.
Apenas tenía un poco más de cuatro meses que estaba con él, por eso no creía que fuera verdadero amor, nunca pronunciaría esas palabras, porque simplemente no creía que un hombre como él fuera capaz de sentirlas.
Fue a ver a su padre haber si se encontraba bien lo encontró en el estudio con el concejal, mostrando lo le pareció un micrófono diminuto, se lo pidió para observarlo, — ¡Si, es un micrófono para computador! — dijo sin perder detalle de la elaboración,— Voy a mandarlo analizar, voy haber donde lo hicieron.
— ¿Tú crees que sean ellos?— Preguntó su padre mientras Oliver se quedó pensando…¡Puede ser!uno de los nuevos guardianes, resulta ser un espía, la supuesta cocinera también debió serlo lo que no entiendo es que busca o que pretende.
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