Nunca creí que me enamoraría, mucho menos que fuera de una humana, que lucharía y haría hasta lo imposible para porder estar con ella.
Incluso arriesgar a los seres que luchan a mi lado.
Nuestro amor causaría grandes perdidas pero, ¿valdrá la pena?.
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•Cariño•
" Un posible cariño casi imposible "
Han pasado varios días desde aquel trato que sello su destino con los humanos, desde entonces Elizabeth ha estado viviendo con al menos dos de ellos cada día.
Ninguno de ellos parecía querer mantener una comunicación con ella, a excepción de Hazel, aquella impura además de seguirla a todas partes cuando era su turno de mantener su seguridad ya había dejado de ser tan fría con ella.
Han mantenido conversaciones más largas que las cortas que con mucho trabajo habían mantenido al principio.
Hoy nuevamente estaba a cargo de ella junto con Romy que seguro estaba en el techo peleando con Solene.
Estuvo a punto de entrar a su habitación y trabajar cuando una idea paso por su cabeza.
- Oye - Hazel que se mantenía a unos pasos detrás de ella la miró esperando que continuara - No me malinterpretes, pero me es un poco incómodo dormir sabiendo que estás afuera viendo fijamente mi puerta - Hazel no esperaba que ella dijera eso.
- Está bien - Estuvo a punto de caminar lejos de su habitación cuando la mano de Elizabeth la estuvo.
- Me refiero a que me gustaría que me cuidarás a dentro de mi habitación si no te molesta. - Hazel se quedó solo viéndola - Pero si es mucho para ti, no importa - entró a su habitación y al estar por cerrar la puerta la mano de Hazel la detuvo.
- Creo que sería mejor cuidarte desde a dentro, así me aseguro que sigas viva -
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Romy por su parte estaba acostada mientras observaba el cielo oscuro que era iluminado por las estrellas.
Sintió un aura conocida acercarse a ella, no se movió.
- ¿No deberías estar vigilando? - Solene se acomodó cerca de ella, pero tampoco muy cerca.
- Hola, cariño - Romy se sentó para verla con una gran sonrisa en su rostro, Solene dejó de molestarse por como la llame la impura. - Nunca pasa nada por aquí -
Solene se quedó mirando el bosque que rodeaba el palacio, era cierto ya había pasado un tiempo desde que intentaron matar a Elizabeth.
-Oh, ¿Por qué ella está? - la pura miró con duda a Romy. - No importa, dime amorcito, ¿Te sientes sola cuando no estoy contigo? - una sonrisa coqueta acompañaba su pregunta.
La pura giro los ojos, decidiendo ignorarla.
- Cariño contéstame - tuvo el impulso de abrazarla y claro que lo hizo.
- Oye, no me toques - Solene forcejeo sin mucha fuerza.
Romy sabía que los puros eran seres cálidos al contrario de ella que eran seres fríos.
- Sabía que ustedes eran cálidos, pero no creí que en serio fueran tan calientes - Romy cerró sus ojos dejando su cabeza sobre el pecho de la pura, nunca había sentido tal calor.
Solene solo la observó y suspiró, ella sentía el cuerpo de la impura frío, muy frío como un cubo de hielo.
Ambas por un pequeño momento se distrajeron, lo que les dio tiempo a un grupo de invasores entrar al palacio.
Hazel que observaba a la humana dormir tranquilamente sintió una extrañas presencias acercarse.
Eso era raro, Romy ya hubiera avisado o quizás algo sucedió.
Se acercó a una ventana, no logro ver a nadie, ni siquiera a los humanos que daban vueltas por las noches vigilando.
Algo sin dudas no estaba bien.
Romy abrió los ojos, se sentía bien abrazar a su enemiga.
- Ya me soltarás - Solene se había cansado de tratar de soltarse.
- Eres muy - Se quedó en silencio, apenas se separó de la pura llegó a su olfato un pequeño olor a sangre.
- ¿Qué sucede? - Solene notó como las pupilas de Romy se dilataron.
- Hay invasores - Sin esperar que la pura reaccionara, saltó del techo y corrió dentro del palacio, sintió a Solene seguirla desde atrás.
Se distrajo, ¿Cómo pudo distraerse? No tardó en llegar a la fuente del olor. Era humanos, humanos que estaban asesinando a los humanos que estaban haciendo guardia.
Romy se lanzó a ellos y enseguida todos estaban tirados sobre el frío piso sin vida en sus ojos.
Solene llegó a su lado y miro a los humanos muertos y luego a la impura que tenía sangre en su ropa como en su boca.
No diría nada, odiaba asesinar a los humanos, pero esos no buscaban nada bueno.
Romy volvió a salir corriendo dirigiéndose a la habitación en la que estaba Hazel.
Al llegar se topó con un gran número de humanos desangrándose en el suelo, Hazel fijo si vista en ella.
- Tardaste - se dio la vuelta y tomó el brazo de la humana que cuidaban. - Ellos no son los únicos, aún hay varios de ellos intentando entrar al palacio -
- ¿Qué? - No sentía a nadie, igual que la vez que se encontraron al grupo de humanos en el pueblo - No los siento -.
- Ellos deben de tener un material que los hace pasar desapercibidos de los impuros como tú - Elizabeth habló seriamente, esos malditos humanos, Romy suspiró le era algo complicado detectar a los humanos solo con su olfato.
- Romy, encárgate de los que quieran entrar, y haz el esfuerzo de mantener tu camuflaje, cuidaré adentro, Narine y los demás no deben tardar en llegar - Hazel camino a otro lugar llevándose a Elizabeth a un lugar más seguro.
- Bien - murmuró para intentar caminar a las afueras del palacio, pero Solene le puso en su camino - ¿Qué pasa cariño? No hay tiempo de más abrazos - su típica voz coqueta la acompañaba en cada palabra que le dirigía a la pura.
- Te acompañaré, esos humanos posiblemente tengan armas contra ti - Fue lo único que dijo para correr, Romy sonrió y la siguió.
- ¿Te preocupas por mi cariño? - Se colocó a su lado sonriéndole tiernamente.
Solene suspiró aquella impura era realmente molesta.
Ambas llegaron a las afueras y vieron a humanos matándose unos a los otros, Romy sin pensarlo se lanzó a una gran velocidad sobre ellos en unos segundos se deshizo de un gran número de ellos, Solene también atacó, pero al contrario de Romy ella solo los dejaba inconscientes.
Al ver que parecía que ya no había nadie más queriendo entrar, la impura suspiró seguía sin sentir a nadie y no sabía si debía preocuparse por eso.
- Bien creo que era todos - Se sentía cansada.
Solene observó los alrededores presentía que había alguien allí.
Sin darse cuenta un humano apunto una flecha hacia Romy.
Solene lo notó y se encontraba lanzándose contra Romy, ambas cayendo al suelo, evitando así que la flecha golpeara a la impura.
- Oh, no sabía que tenías tantas ganas de estar sobre mí -
Ambas escucharon un crujido, giraron sus ojos hacia Narine que de un movimiento rompió el cuello del humano.